Nicole Kidman
PARA CONSTRUIR TIENES QUE DESTRUIR, TAL PARECE HABER SIDO EL CASO DE NICOLE KIDMAN QUE, TRAS DÉCADAS DE GLORIA, RENACIÓ DE SUS CENIZAS. EL ÉXITO SÓLO LE SUPO BIEN CUANDO LOGRÓ SU PROPÓSITO: COMPARTIRLO CON UNA FAMILIA.
Nicole se confiesa una romántica empedernida. Esta pasión, característica de una buena actriz, ha sido el motor de su exitosa carrera, pero también de sus relaciones intensas, las cuales la han llevado en un viaje del amor al desamor y de regreso. A pesar de ser una de las celebridades más populares a nivel mundial, cambiaría todo en un instante por su familia, así lo dijo al periódico Irish Examiner luego de su divorcio con Tom Cruise en 2001. “No necesitaba tener un gran éxito. Me hubiera conformado con hacer ocasionalmente alguna película que me estimulara, puede que suene triste pero escogería un matrimonio y una familia intacta sobre mi carrera”.
Tras haber estado 10 años juntos y adoptado a sus dos hijos, Isabella y Connor, la power couple de la época se separó, las razones aún hoy día no son claras. Corrieron rumores de que trabajar con el director Stanley Kubrick en Ojos bien cerrados (película de tintes eróticos sobre un matrimonio infeliz) los llevó al colapso, de igual manera se dijo que Tom tendría que darle una pensión muy alta a Nicole en caso de divorcio si superaban una década casados, y que por eso prefirió romper la relación meses antes de su décimo aniversario, o incluso, la teoría más sonada: que Nicole no quiso unirse a la cientología, la fe de su exesposo que, entre otras ideas, asegura que tuvimos vidas pasadas extraterrestres.
Cualquiera que sea la razón de su separación marcó un antes y un después en la vida de la actriz australiana, quien, de la noche a la mañana, tuvo que mudarse sola porque Tom obtuvo la custodia de los niños. Desde entonces, Isabella y Connor han mantenido su distancia, dejando libertad a su madre para dedicarse exclusivamente a su carrera. Su fama despegó casi en el instante en que firmó el divorcio, pasó de ser la esposa de Tom Cruise a brillar por vez primera con luz propia, llegó a la cúspide en 2002 cuando ganó un Oscar por su actuación en Las horas, pero aún así nunca se sintió más triste.
Las horas más largas
“Estaba sentada en el hotel Beverly Hills con la estatuilla en mis manos y todo era extraordinario, pero también fue lo más solitario que he vivido”, dijo en entrevista para el festival Women of the World. Su única celebración fue pedir comida al cuarto. “No podía manejar mi realidad en ese momento, pero como
actriz tienes la posibilidad de perderte en la vida de alguien más por un tiempo”, y eso fue lo que hizo, el trabajo se convirtió en su refugio. “Cuando todo ese esfuerzo fue aplaudido, me di cuenta que podía aceptar mi propia vida, pero la verdad es que me tomó varios años”. Con el corazón recompuesto tras el éxito de Moulin Rouge!, Los otros y Las horas, por fin pudo mirar adelante. Mantuvo un breve romance con Lenny Kravitz en 2003 y, aunque se comprometieron, terminaron de manera amistosa tras un par de meses de noviazgo, luego entró en escena Keith Urban, el cantante de country que, al igual que Nicole, estaba a punto de vivir la mejor etapa de su vida.
Flechazo instantáneo
La pareja se conoció en una fiesta en 2005 y, de modo sorpresivo, se casó al verano siguiente. “Era mi cumpleaños 38 y él estaba parado con flores afuera de mi casa a las 5 de la mañana, en ese momento me dije: ‘Éste es el hombre con el que quiero casarme’”, explicó a la revista People. “Fue muy intenso. Tal vez porque soy una romántica o porque soy actriz o porque tengo mucha fe, pero en ese instante pensé que había encontrado al amor de mi vida”. Por vez primera, en mucho tiempo, retomó el entusiasmo; sin embargo, los problemas llegaron rápido, apenas cuatro meses después de la boda, en octubre de 2006, Keith entró a rehabilitación por abuso de sustancias.
“Causé la implosión de mi matrimonio y sobrevivió de milagro”, dijo el cantante a Rolling Stone, que atribuye a su esposa el hecho de que no ha recaído desde entonces. “Considero que no estaba consciente de hasta qué punto tenía un problema, me encontraba en negación, pero ella me salvó. Fue algo hermoso”, declaró a la publicación, admitiendo que se casaron sin que Nicole estuviera al tanto de sus adicciones. A pesar de todo, se mantuvieron fuertes. “Tengo una buena relación, es reconfortante, él es un hombre fuerte, cálido y amable, y soy afortunada de tenerlo y poder acurrucarme ahí. Éste es un mundo solitario ¿cierto?”, confesó la actriz a Glamour UK, “es extraordinario haber encontrado eso, particularmente tarde en la vida”.
Segundas oportunidades
Nicole fue abierta con sus problemas de infidelidad durante su matrimonio con Tom Cruise y no creyó que fuera posible convertirse en madre, pero su primera hija con Keith, Sunday Rose, llamada así en honor al día de la semana favorito de la pareja, nació en 2008 de manera biológica, cuando Nicole tenía 41 años, mientras que su segunda hija, Faith, lo hizo en 2010 por
medio de una madre subrogada. “Me encantaría haber conocido a Keith mucho antes y tener más hijos con él. Si hubiéramos tenido dos hijos más hubiera sido glorioso”, declaró a la revista Vogue. ¿Pero qué pasó con Isabella, ahora de 28 años, y Connor, de 26? Sus hijos adoptivos parecen un capítulo del pasado.
Al momento de que ganó un Emmy en 2017 por la serie Big Little Lies (en la cual comparte créditos con Reese Witherspoon, Meryl Streep y la hija de su ex, Zoë Kravitz), la victoria le supo más dulce que el mismo premio Oscar, agradeció a sus hijas por la inspiración y dijo que les iba a ofrecer el galardón cuando llegara a casa; sin embargo, olvidó mencionar a sus hijos mayores y desató todavía más los rumores de distanciamiento. No es secreto que no los ve mucho y la cientología parece ser la causa, ya que en 2010 dijo a la agencia Associated Press que le hubiera gustado pasar más tiempo con ellos, “viven con Tom, es su elección, me encantaría que lo hicieran a mi lado, pero ¿qué se puede hacer?”, la situación no ha cambiado desde entonces. La última vez que se observó a la también productora en público con ellos fue durante un partido de basquetbol en 2004, mientras que Tom ha sido fotografiado en varias ocasiones a su lado, la más reciente en 2019, mientras se disponían a tomar un vuelo juntos.
Nicole ha encontrado consuelo pensando que “la maternidad es un viaje, vas a hallar montañas y valles, ya seas madre adoptiva o biológica”, según dijo a The Sun en 2018. “Ellos eligieron ser cientólogos y es mi trabajo como madre ofrecer amor incondicional”. Esta iglesia, rodeada de misterios, es muy estricta con quienes deciden no ser integrantes y la actriz es considerada como una ‘persona supresora’, es decir, alguien que no comparte su fe o intenta derrumbarla y, por lo tanto, ya no tiene cabida en la vida de sus hijos. Connor se casó con una líder de la cientología en 2019 e Isabella se convirtió en una especie de reclutadora de nuevos integrantes.
“Soy una mujer afortunada que puede decir que tuvo un padre maravilloso y que tiene un esposo maravilloso. Me encanta decirlo y poder hablar de los buenos hombres que han influenciado mi vida”, dijo a Entertainment Tonight.
Estrella multifacética
Puede que su vida personal haya sido un sube y baja, pero la profesional siempre ha estado en ascenso constante, la única diferencia es que, ahora, gracias a su soporte familiar, se siente capaz de disfrutarla y de tomar el control artístico. A sus 53 años, Nicole se reúsa a ser un estereotipo del cine forzado a dejar a las actrices más jóvenes los roles centrales. ¿Por qué habría de hacerlo? Basta con darle un vistazo a su impresionante lista de películas y saber que, al igual que su amiga y modelo a seguir, Meryl Streep, sabe por experiencia propia que las mujeres de su edad tienen historias tanto o más interesantes que las veinteañeras, y Nicole está determinada a contarlas. Antes del estreno de Big Little Lies, “me dijeron muchas veces que haría otros tres o cuatro proyectos buenos y luego se terminaría”, explicó a la revista Glamour UK, “pero usó a Meryl como faro, porque ella siempre dice que aún hay mucho trabajo que hacer, y sí, lo hay”. Nicole forma parte de una generación revolucionaria (junto a actrices como Reese Witherspoon, Charlize Theron y Jennifer Aniston) que se niega a dejar de lado su lugar bajo los reflectores, no por ganas de atención, sino como un medio de rebelión contra quien intente ponerle fecha de caducidad a la belleza y talento femenino. Una batalla que están ganando a paso lento pero seguro, convirtiéndose en líderes de la industria que no esperan a que los papeles lleguen a ellas, sino que los crean. Nicole tiene su propia empresa productora Blossom Films, con la que ha realizado series como The Undoing, uno de los dramas más exitosos de 2020 que estelarizó junto al actor Hugh Grant.
Irónicamente, en la actuación no es fácil cambiar de género cinematográfico una vez que tienes éxito en uno, es raro que los héroes de acción cambien a romance, y las estrellas del drama no se dirigen a la comedia, pero cual camaleón, Nicole se ha transformado a lo largo de su carrera de tal manera que es imposible encasillarla. De las escenas eróticas de Ojos bien cerrados (1999) a un personaje chispeante con talento musical en Moulin Rouge! (2001), de su actuación aclamada y terrorífica en Los otros (2001) a una superheroína en Aquaman (2018), incluso se atrevió a cambiar su rostro para interpretar a Virginia Wolf y a besar a un niño en Reencarnación (2004). Coloca encima un poco de risas en Una esposa de mentira (2011), su lado infantil en Paddington (2014) y el infaltable tema #MeToo en El escándalo (2019), y tiene una carrera impredecible. Nicole nos entrega justo lo que esperamos de una estrella de cine: renovación, novedades y cero planes de desacelerar.
Antes de la pandemia, Nicole y Keith dividían su tiempo entre Nashville y Londres o adonde quiera que la actriz estuviera filmando, pues tienen la regla de no separarse por más de tres días.
I love Nicole
Se dice que se encuentra en pláticas para interpretar a la mítica comediante Lucille Ball, famosa por la serie I Love Lucy, en una película junto a Javier Bardem, además podría estar preparando el lanzamiento de la tercera temporada de Big Little Lies (aunque aún no hay fecha confirmada) y el estreno de Nine Perfect Strangers, una miniserie junto a Luke Evans y Melissa McCarthy, producida por ella misma. Con una agenda tan ocupada, que se las arregló para continuar con sus proyectos aún en tiempo de pandemia, podría sorprender que tenga tiempo para hacerle carteles de cumpleaños a su esposo o el desayuno a sus hijas, como muestra a sus seguidores en Instagram, pero ya nos quedó claro que son ellos, y no su prolífica carrera, el motor de sus días. “Me doy cuenta de que suelo elegir películas sobre mujeres que, a pesar de todo, consiguen salir adelante”, dijo a The New York Times, con seguridad se debe a que es la personalidad con la que más se identifica, una mujer que no espera el final feliz de Hollywood, sino que se esfuerza todos los días para crearlo. ●