Niños que llegarán alto
Ahora que nuestros hijos siguen tomando clases desde casa, debemos vigilar que su alimentación y actividad física sean las adecuadas para garantizar su correcto desarrollo. Aquí las pautas para detectar irregularidades.
Conversamos con la endocrinóloga pediátrica Angélica Martínez Ramos, quien nos compartió la relevancia de vigilar la talla, peso y estatura a los niños en este periodo de confinamiento, de este manera, sabremos si su desarrollo físico corresponde a su edad y, mejor aún, podremos potenciar su crecimiento, consiguiendo que los pequeños lo hagan plenamente.
Supervisión constante
A menudo pensamos que la estatura baja es normal en nuestro país, pero de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, esto es falso y puede ser enmendado con la detección temprana de talla baja en nuestros menores, lo cual nos permitirá tratarlos de manera oportuna para que alcancen la altura y peso ideales, según la talla blanco familiar (el rango que resulta de sumar la estatura de ambos padres, más 6.5 cm en caso de ser niño o menos 6.5 si es niña). Y es que “los papás juegan un papel fundamental en el estiramiento de sus hijos, por lo que es vital acudir a visitas médicas constantes entre los 0 y 18 años de vida, para revisar que su desarrollo sea adecuado”, explica la también integrante de la mesa directiva de la Sociedad Mexicana de Pediatría.
¿Cómo notar si su crecimiento no es óptimo?
De acuerdo con Angélica Martínez
Ramos, debemos estar atentas al cambio de talla en ropa y calzado. Según estudios de la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura, así como de la UNICEF, el porcentaje de población más afectada por talla baja son los niños y las mujeres, en especial en países en vías de desarrollo. Y cuando ello sucede es por falta de ejercicio, depresión, escasez de vitamina D y un horario de descanso menor a ocho horas.
Confinamiento y crecimiento
Ante el panorama que vivimos, los niños están pasando más tiempo en casa, por lo que es importante evitar el sedentarismo, comidas chatarra y el uso prolongado de gadgets, que suelen atrofiar la labor de la hormona del crecimiento (la cual trabaja a partir de las 7:00 pm a 12:00 am), ya que ésta se produce con mayor intensidad durante las horas de sueño profundo nocturno; es decir, cuando éste es al menos de nueve a 11 horas continuas”, afirma la pediatra. Por otro lado, es vital tener en mente que la velocidad de crecimiento cambia en cada individuo, pero existe un promedio anual de 20 a 25 centímetros en el primer año de vida; de 10 a 15 centímetros entre los dos y tres años de edad; de cinco a siete centímetros de los cuatro a los nueve años y de ocho a 12 durante la adolescencia, como asegura Francisco Valdez, gerente médico de la Unidad de Endocrinología y Fertilidad en Merck México. Así que un monitoreo de los hábitos de todos los integrantes de la familia ayudará a que los niños alcancen su talla, descansen mejor ¡y les vaya bien en clases! ●