Escritoras imperdibles
Son latinoamericanas y su narrativa te atrapará.
Desde Argentina hasta México, estas autoras han dedicado tiempo y esfuerzo a narrar el poder como experiencia cultural, pero también a dar visibilidad a temas como la orfandad o la necesidad de comprender el rol de la madre, los cuales tocan con soltura y brillante capacidad. Ellas representan un recorrido a través de todas las esferas y manifestaciones de nuestra cultura.
Pilar Quintana LOS DOLORES DE LA NOSTALGIA
La escritora colombiana, ganadora del premio Alfaguara 2021, es uno de los rostros más representativos de la voz femenina de los últimos años. Su libro Los abismos analiza el rol de la madre, como un concepto profundo acerca de la manera en que el continente latinoamericano concibe a la mujer.
“La maternidad sirve mucho para reconectarnos con el niño que fuimos, poder entenderlo y revivir esa etapa de la vida que de adultos se nos va olvidando”, expresó en el Chicago Tribune. Su necesidad del debate sobre la mujer como fuente de conocimiento no sólo tiene alto valor reivindicativo, sino también una simbología especial en nuestra época. Una autora imprescindible.
Camila
Sosa Villada SOBRE EL DOLOR
Se hizo famosa el año pasado con Las malas, donde la argentina narra de manera descarnada, pero emocional, los dolores y prejuicios que enfrenta la comunidad transgénero en una Latinoamérica con una gran historia machista. No sólo relata la orfandad legal de una minoría vulnerable, que en la mayoría de los países de la región resulta invisible, sino también la connotación del sexo y la sexualidad en medio de una cultura conservadora. Si bien Camila desconcertó a críticos y lectores, asombró por su reflexión, su franqueza y su gran sensibilidad sobre el prejuicio, la discriminación y el rechazo. Ella es, sin duda, una autora vital y una mujer fuerte en una condición poco frecuente. “Fui escritora toda mi vida. Siempre tuve un pensamiento literario, si se quiere: fabular, mentir, contar historias. Y salí a vivir una vida que me permitiera escribir”, expresó a El Clarín.
Guadalupe Nettel MIRADA A LO FEMENINO
La mexicana reflexiona acerca de la maternidad desde las dificultades. En La hija única visibiliza la discapacidad, el desarraigo y la soledad que enfrentan las familias que sufren situaciones semejantes y se concentra en reivindicar el papel de otro tipo de maternidad. Una perspectiva singular sobre la figura de la mujer hoy día y, lo que es más interesante, la manera en que se manifiesta como parte de algo más amplio. La novela, sobre tres mujeres enfrentadas a la maternidad y tres maneras de afrontarla, empieza por el dilema de su personaje central sobre ser o no madre y se desarrolla en un recorrido de elegancia literaria, a través del modo en que se percibe lo femenino en nuestro continente. Guadalupe, una de las voces más originales de la literatura latinoamericana, se esfuerza por superar los escollos de los prejuicios y las condiciones de la tradición. Una lectura obligada.
Wendy Guerra LIBRE TODO EL TIEMPO
Con su obra, la novelista y poeta cubana reivindica el rol femenino. “En el siglo XXI una mujer que no pueda tener voz en su país es una vejación. Yo no estoy presa ni me están buscando, sólo estoy desaparecida”, expresó a Infobae. Para Wendy, cuyo libro Domingo de revolución sorprendió a la crítica por su mirada peculiar sobre Cuba, el tránsito entre lo que cuenta y su propia identidad, es doloroso y difícil de definir. Y en su reciente libro El mercenario que coleccionaba obras de arte, ella logra que “Cuba entre por la ventana con sus ruidos legítimos y gemidos endémicos, repiqueteos de tambores, carcajadas sublimes y quejas insufribles”. No obstante, para Wendy, el músculo de la libertad es más fuerte que nunca: “Soy libre cuando pongo las manos en el teclado e interpreto. Cuando encarno a cada mujer en mis textos... Uno puede ser libre en cualquier circunstancia”.
Leila Guerriero LA PROSA PUNZANTE
Sus crónicas sobre la vida son poderosas, así como su crudeza al narrar el poder en nuestra región. Su obra, llena de periodismo de investigación y múltiples recorridos en un continente complicado, asombra por su responsabilidad moral con la identidad de la mujer en plena transformación, sin adherirse a pensamiento político alguno. Por supuesto, ser periodista y mujer en América Latina es un riesgo en sí mismo, el cual la autora argentina asume desde una obra brillante, con objetividad, firmeza y, sobre todo, honestidad. Desde Una historia sencilla (descrita como una crónica deslumbrante sobre un concurso de malambo, danza tradicional de Argentina), que muestra la desigualdad y el dolor cultural de su país, hasta Plano americano, que recorre los perfiles de destacadas personalidades desde una óptica desconocida, Guerriero abarca todos los rostros de Latinoamérica.