PLUMA INVITADA
¿Te gusta procrastinar?, por Rosalinda Ballesteros.
Si has escuchado el término procrastinar, ya sabes a qué problema me refiero: a dejar para ‘otro momento’ tus tareas hasta perder el control sobre ellas. Una práctica perjudicial que nos puede llevar a incumplir con los objetivos más importantes de nuestra vida o que, simplemente, no nos permite dar lo mejor de nosotros mismos. Todo lo resolvemos en el último instante.
Podemos dejar para después tanto el tendido de la cama como la decisión de la carrera que vamos a estudiar; escribir la nota de agradecimiento para un amigo como la conferencia que nos invitaron a impartir; tanto casarnos como divorciarnos, o qué tal vacunarnos o no.
Todo tiene una explicación. Es muy probable que esa tarea que postergas te provoque un temor interior, consideras que no lo vas a hacer bien, que algo va a salir mal y, mejor, lo dejas para después.
Si te fijas trabaja tu subconsciente. El canijo construye un pretexto: “Si fracaso es porque no tuve tiempo suficiente”. Linda justificación.
La buena noticia es que “no eres tú, es él”: tu subconsciente, y lo podemos engañar.
Así que no te apachurres, no procrastines la lectura, hallarás tres sugerencias de la psicología positiva para que combatas esa mala costumbre.
Ten piedad de ti En lugar de criticarte, impúlsate: “yo puedo”, “ahí la llevo”. Imagina que eres un amigo querido ¿cómo lo animarías para acabar sus tareas? En ese tono debes hablarte.
Bájale dos rayitas Si ya te pedí que seas compasiva es porque debes ser benévola y realista contigo. Las cosas no van a salir perfectas y menos a la primera vez. Ponte un objetivo alcanzable, pero que te deje satisfecha. La siguiente exigencia será mayor y así sucesivamente hasta que cubras tus expectativas.
Sé compasiva Cuando tenemos miedo al fracaso, nuestro subconsciente pone al final de la lista de actividades aquellas a las que más temor le tenemos o que menos nos gustan. Toma la lista y que el azar decida en qué orden lo harás, así no le darás oportunidad al subconsciente de que te vuelva a engañar.
Evita el perfeccionismo y ponte a trabajar, ya verás que hasta olvidarás cómo se dice procrastinar.
Si ya te pedí que seas compasiva es porque debes ser benévola y realista. Las cosas no van a salir perfectas y menos a la primera vez.