LA PIEL DEL VERANO
Consulta esta guía para protegerte del daño solar y de la deshidratación sin sacrificar ese tono dorado que tanto te gusta. POR GABRIELA DEL FUEYO
Protégela del daño solar y la deshidratación con esta guía.
Estos meses no sólo pasamos más tiempo con la piel al descubierto y expuestas a la acción de la radiación ultravioleta, sino que tenemos contacto con el cloro de la alberca o la sal del mar, que tienden a deshidratarnos. El calor también nos hace sudar, por lo que eliminamos una buena cantidad de líquido que debe ser repuesto, de ahí la importancia de la prevención. Así que te comparto los pilares para blindar tu dermis en la época más cálida del año.
1 TU MEJOR DEFENSA
Los baños de sol nos revitalizan y son esenciales para la síntesis de vitamina D, pero diversos estudios han demostrado su efecto benéfico en nuestro estado de ánimo; no obstante, la exposición solar sin protección provoca alteraciones agudas (eritema y quemaduras), envejecimiento, manchas y cáncer de piel, por lo que es necesaria una adecuada fotoprotección con el fin de gozar de las bondades del ‘Astro Rey’ sin sufrir los perjuicios de la radiación UV (los cuales dependen de la dosis recibida de radiaciones como del color de la dermis).
¿Qué factor de protección solar elegir?
Tómalo en cuenta
Y ya que el calor y los largos ratos en la alberca o el mar producen una rápida evaporación de la humedad, lo mejor es tomar una ducha de agua dulce con productos suaves para retirar el cloro, la sal y los residuos de los artículos de fotoprotección, igual que emplear aceites de baño que limpian e hidraten al mismo tiempo. Y no olvides aplicar una emulsión para después del sol, ¡hidratante y reparadora!
El FPS que necesitas
El factor de protección solar o FPS es un índice que indica el tiempo de exposición al sol sin riesgo de quemaduras. Cuanto más alto es, mayor es la protección a los rayos solares. Para no fallar, siempre escoge un producto con el factor de protección solar máximo; es decir, 50+. Y no olvides revisar el PAO (periodo después de abierto), ya que si ya pasaron más de seis meses desde que lo abriste y lo usaste por última vez, no está asegurado que siga siendo eficaz.
Además de los productos solares existen otras opciones útiles:
1. Ropa con UPF Estas prendas ofrecen protección frente a los rayos UVA y UVB. El UPF mide la cantidad de radiación UV que penetra en el tejido. 2. Protección oral Una alternativa que también ayuda a aumentar la resistencia de la piel frente a la quemadura solar, pero esto es un complemento, no un sustituto del protector solar.
¿Cuánto usar?
La cantidad de fotoprotector que te pongas importa y mucho. Entonces ¿cuánto debes considerar? Lo mejor es usar como unidad de medida una cucharita de postre (5ml).
Una cucharita para cara, cuello, orejas y escote. Una cucharita para hombros y espalda.
Una cucharita para pecho y abdomen.
Una cucharita en cada pierna.
Una cucharita en cada brazo.