Decoración con sazón
¡Para meterse hasta la cocina!
Aveces nos esforzamos por dejar superlucidoras las áreas sociales de la casa y nos olvidamos de espacios como la cocina, lo cual, es un error, pues el diseño debe abarcar todos los rincones. En lo personal, las cocinas me parecen un reto fascinante ya que, además de lo estético, combinan aspectos de funcionalidad y tecnología muy específicos. Si eres como yo, sabes las muchas veces que una reunión empieza o acaba ahí, por eso intento ubicar la estufa en una isla al centro para generar una verdadera zona de convivencia.
En mis proyectos siempre reviso las circulaciones, quiénes cocinan, cuándo cocinan, y hasta detalles como si son zurdos, pues eso cambia la configuración del lugar; esta es una de las partes del proceso de diseño en la que me mantengo en comunicación con los arquitectos.
Coloco cajones grandes, donde se pueda ver y organizar todo, desde electrodomésticos hasta sartenes y ollas; con el plus de que es más cómodo abrir un cajón, que agacharse a buscar algo al fondo de un anaquel.
La idea es que cada objeto tenga un lugar para simplificar las labores. Procuro que la alacena tenga una zona de guardado adecuado, con repisas escalonadas a la altura de los ojos donde se puedan colocar y distinguir fácilmente cosas pequeñas.
Prefiero que las cubiertas sean de colores claros para poder observar los alimentos cuando se preparan y, por ser un área de trabajo, instalo iluminación predominantemente blanca.
Repito con frecuencia que cocinar es un asunto de tiempos, así que en mis propuestas siempre hay un reloj de pared para estar al tanto de la hora y normalmente transformo alguno de los muros en pizarrón para poder tener la receta a la vista, la lista de compras o algún mensaje; y dejo un cajón pequeño con material de oficina como hojas, plumas y cinta adhesiva.
Cocinar es un momento lleno de amor, así que bien vale la pena revisar que el espacio donde lo hacemos nos inspire a reunirnos en familia y a gozar de estar juntos.