Es tu templo
Con el tiempo aprendí a amarme y dentro de ese proceso, aprendí la importancia de amar, respetar y honrar mi cuerpo; cuando lo haces, conoces el verdadero amor propio.
El tomar cuidado de tu cuerpo te recuerda a ti y a los demás que tus necesidades son importantes; te va a hacer sentir bien acerca de ti mismo y de tu vida, y además les enseñará a los demás que tú te valoras a ti mismo.
Las personas que ignoran sus necesidades y se olvidan de cuidar de su cuerpo sufren infelicidad, baja autoestima y resentimiento; si tú sabes cómo cuidarte a ti mismo podrás cuidar de los demás.
Afirmaciones Afirmacio
"Mi cuerpo e está bien, fuerte y alegre".
"Estoy lleno de energía y de vitalidad".
"Soy sano, fe feliz y radiante". "Irradio buen buena salud".
"Hoy, las célu células de mi cuerpo responden p positivamente a mis imágenes m mentales positivas". "Hoy, amo y valoro cada órgano, músculo, art articulación y célula de mi cuerpo".
"Hoy, todo e está bien en mi mundo sano".
¿Haces ejercicio? ¿Cuidas tu alimentación? ¿Duermes lo suficiente? ¿Sabes que tu cuerpo es un templo que guarda la esencia de tu ser? Piensa en un bello templo, imagina que así es tu cuerpo… ¿Cómo o son sus paredes, su cúpula, su techo? ¿De qué colores? ¿Hay vitrales, imágenes y flores?
Tu cuerpo es un templo que guarda la esencia elemental de lo que eres: tu autenticidad, tu verdadero ser; permite que tu alma se exprese en el plano físico y pueda vivir y experimentar sus aprendizajes. ¿Cómo tratas a tu cuerpo en el día a día? ¿Le das tiempo para expresarse? ¿Le permites llorar de sufrimiento, gritar de alegría o gemir de placer? Lo dudo.
Escúchalo
Nuestra mente racional tiende a limitarnos la libertad que sentimos para mostrarnos tal como nos sentimos; constantemente guardamos y escondemos sentimientos para cuando no haya nadie, y luego parece como si la amnesia nos ganase. Quedamos calladas, haciendo una vida en modo automático; ahí quedan tus emociones: atragantadas, guardadas y recluidas a la represión.
A veces damos importancia a todas las cosas del mundo, menos a lo que tenemos para siempre: nuestro cuerpo; debiéramos prestarle más atención, y cuidarlo. Yo he aprendido a