¿UN CORRECTIVO CORRECTO?
A pesar de que es utilizado con regularidad, diferenciarlo del castigo es algo nebuloso, por lo que existen polémicas a su alrededor. ¿Qué recomiendan los expertos?
El ‘time-out', o tiempo fuera, es una técnica psicológica empleada para modificar la conducta, y su objetivo principal es disminuir comportamientos indeseables, explicó Ana Isabel Miramontes Valdez. “Se aísla a la persona, comúnmente niños, por un periodo de tiempo establecido, según su edad, esperando que identifique la conexión entre conducta-consecuencias”, dijo la licenciada en Psicología Clínica.
Asimismo, manifestó que tal procedimiento, basado en la teoría del condicionamiento operante de Skinner, también funciona como método de aprendizaje para autorregular y autocontrolar lapsos de frustración.
El razonamiento detrás del tiempo fuera, así pues, es que la persona no obtenga una recompensa positiva (atención, diversión) tan pronto realice un mal acto, sino que se aquiete y piense en ello estando solo.
No obstante, existen polémicas que rodean al tema, pues es posible que produzcan sentimientos contrarios a los esperados, como vergüenza. Platicamos un poco más con la experta para ahondar en el asunto.
¿Qué tan recomendable es aplicar técnicas de condicionamiento?
"Hay mucha controversia alrededor de esta técnica. Por un lado, se defiende la idea de que retirando un estímulo agradable se extingue la conducta; pero, por el otro, se establece la teoría de que provoca sentimientos de humillación y soledad. La realidad es que el ‘time-out', cuando se aplica de manera correcta, puede llegar a ser una buena alternativa de modificación conductual. Antes de su aplicación, sería recomendable evaluar todos los factores, como la edad del niño, la gravedad de la conducta, su nivel cognitivo, entre otros factores importantes. Cabe destacar que hay estudios que indican que esta técnica es solo eficaz hasta cierta edad antes de la adolescencia".
Al ser considerada como una alternativa al castigo físico, ¿puede ser aplicada sin necesidad de ser psicólogos?
"Claro que sí. Al ser una técnica basada en una simple premisa, puede ser utilizado en distintos escenarios y por distintas personas; no importa su profesión. Lo que es importante es la manera de aplicarlo, cuidando ante todo la constancia y el autoestima del niño. Un ejemplo de ello podría ser que, antes de aplicar el tiempo fuera, se le explique al niño que se le quiere, pero que esa conducta no es la correcta y que se le dará un tiempo para tranquilizarse. Posterior al tiempo, es necesario hablar con el niño sobre la razón que lo llevó a tener esa conducta y mostrarle alternativas de la misma. También puede procurarse ser graduales en el uso de la técnica, por ejemplo comenzar un ‘tiempo fuera' primero acompañado de un adulto en el que se le enseñe al niño métodos de autocontrol que posteriormente pueda utilizar él mismo".
¿Podría ser que inconscientemente nos sometamos a prácticas de este tipo para lograr algo personal?
"Sí, se pudiera asociar con un adulto que al presentarse una discusión prefiera quedarse callado y alejarse de la situación, hay personas que prefieren este tiempo fuera para calmarse a sí mismos y tomar decisiones más asertivas; esto como manera de resolución. En otros casos, inconscientemente como se menciona, se utiliza a manera de lograr un efecto en la otra persona, entonces, se retira el reforzamiento positivo (la atención), esperando algún tipo de reacción que favorezca a la persona que aplica esta extinción".
¿Qué precauciones o consideraciones hay que tenerle al ‘time-out’?
"Hay que tener en cuenta que no se puede generalizar una técnica, ya que esta misma no funciona en todos los niños y todos los casos. Consideraciones como la edad y los factores antes mencionados son esenciales para su éxito o fracaso. Se recomienda, también, encontrar un espacio conveniente para su aplicación, decidir la cantidad de tiempo, explicarle al niño la razón del tiempo fuera, ser congruentes como adultos con nuestra propia autorregulación, mantener la calma y no ignorar o humillar su sentir, sino mostrarle alternativas sanas para su frustración".
¿Existen alternativas similares?
"Efectivamente, en lugar del tiempo fuera puede utilizarse la distracción para disminuir la conducta, como invitarle a armar un rompecabezas o algo sencillo. También, en ocasiones en las que la conducta no es tan grave, algo tan simple como el contacto físico, un abrazo, suele ser efectivo para apoyar al niño a tranquilizarse. Otra sería una técnica de modificación de pensamiento en el que se le apoya introduciendo alternativas de pensamiento para enfocarse en otra cuestión que no sea la que le mantiene frustrado". Contacto:
Lic. Ana Isabel Miramontes Valdez anai87@hotmail.com