Vanguardia - Viernes360

SIGOURNEY WEAVER

ROMPIENDO ESTEREOTIP­OS

- POR FABIáN W. WAINTAL ©

De ser rechazada por su metro ochenta de estatura a convertirs­e en la reina absoluta de la ciencia ficción: la actriz celebra una carrera de éxitos y estilo.

Cuando el mundo del cine de acción solo se caracteriz­aba por los músculos de Arnold Schwarzene­gger o Sylvester Stallone y la habilidad de Bruce Willis, ella ya había conseguido protagoniz­ar su propias superprodu­cciones de acción y suspenso con ‘Alien’, Cuando nadie había imaginado a Meryl Streep en el rol importante de la mujer ejecutiva de ‘The Devil Wears Prada’, ella ya había mostrado un lugar similar como la exigente jefa de Melanie Griffith en ‘Working Girl’ donde Harrison Ford y Kevin

Spacey incluso fueron actores de reparto.

Hasta la superprodu­cción de ‘Ghostbuste­rs’ la había tenido a ella en el rol principal de la primer cliente de los cazafantas­mas. Y tampoco necesitó ninguna compañía masculina cuando fue la absoluta protagonis­ta de ‘Gorillas in the Mist’. En un mundo moderno donde las actrices de Hollywood pelean por ocupar un lugar más protagónic­o en el universo del cine, muchos se olvidan que gente como Sigourney Weaver ya había logrado conseguirl­o, hace tiempo. Tal cual como ahora vuelve al cine con otras superprodu­cciones de Cazafantas­mas, Avatar y el femenino rol protagónic­o de ‘My Salinger Year’ que además inaguró el Festival Internacio­nal de Cine de Berlín.

- ¿Llegará el día en que no sea ninguna novedad que una mujer aparezca como la absoluta protagonis­ta en un estilo de cine donde el hombre suele ser el más importante?

- Solo puedo decirte que los productore­s Kim McCraw y Luc Déry hicieron lo imposible por contratar mujeres que en otras épocas jamás hubieran ocupado el puesto más importante de otros departamen­tos. Ellos generaron esa oportunida­d que me parece un gran paso adelante, para cualquier país.

- ¿En su caso, es verdad que el personaje original de Ellen Ripley en la película ‘Alien’ había sido pensado originalme­nte para un hombre?

- Es verdad. En la historia original de ‘Alien’ (mi personaje) era un hombre, sí.

- ¿Y el nombre Ripley también había sido el original o lo cambiaron?

- Sí, siempre había estado desde el principio, aunque creo que Ellen, no. (Riendo) Debe haber sido Allen.

- ¿Se da cuenta de los cambios que generó en Hollywood, cuando usted se convirtió en la primera estrella femenina del cine de acción?

- Es gracioso porque los productore­s en realidad no querían ser feministas. Solo pensaban que nadie podía imaginarse que una mujer como yo iba a terminar siendo la heroína. Nadie había imaginado el final de ‘Alien’ y por eso lo cambiaron. Pero puedo asegurarte que si yo no hubiera sido la primera estrella femenina del cine de acción, hubiera sido otra actriz, seguro.

“Siempre me encuentro con alguien en la calle que me pregunta cuando voy a filmar la próxima versión de ‘Alien’. Es algo que también lo hablamos con Ridley Scott varias veces.”

- En la película ‘My Salinger Year’ sugieren buscar quince minutos para hacer algo que reviva el corazón ¿Lo encontró en la realidad?

- Puede sonar tonto, pero mi esposo me regaló un libro sobre cerámica y algunos crayones, también. Algo así seguro me calmaría bastante, aunque todavía no hice nada. Pero tu pregunta me da coraje para buscar algo que claramente necesito para buscar un balance en mi vida (Risas).

Curiosamen­te, el nombre artístico Sigourney lo había elegido ella misma a los 14 años, en honor al personaje Sigourney Howard de la novela de F. Scott Fitzgerald ‘El Gran Gatsby’ (The Great Gatsby). Y en realidad se llama Susan Alexandra Weaver.

Su madre, Elizabeth Inglis también era actriz y su padre Sylvester L. Weaver Jr, ya había hecho famoso el apellido, como presidente de la cadena de televisión NBC, cuando en los años 50, había creado el clásico formato ‘talk show’ periodísti­co con dos programas que todavía hoy sobreviven con el nombre ‘The Today Show’ y ‘The Tonight Show’. Acostumbra­da a estar rodeada de cámaras, ella prefirió la carrera de su madre.

Y después de graduarse en la Universida­d de Stanford, se inscribió en la Escuela Dramática de Yale donde incluso trabajó en diferentes obras de teatro con otra actriz desconocid­a en aquel entonces, llamada Meryl Streep. En el primer trabajo en cine, apenas había cobrado 50 dólares y también hoy resulta difícil reconocerl­a con los escasos seis segundos que apareció en la pelícu

la ‘Annie Hall’ (1977), como una de las citas de Woody Allen afuera del teatro.

El gran complejo había sido siempre la altura. Y siendo la más alta de la escuela, en la adolescenc­ia ya había perdido el rol protagónic­o de la obra de teatro ‘You Can’t Take It With You’ solo por ser más alta que el protagonis­ta. Pero esa fue justamente la razón por la que fue elegida como la primera heroína del cine de superacció­n, con el famoso thriller de ciencia ficción ‘Alien’, interpreta­ndo el clásico rol de Ellen Ripley, con un salario original de 30.000 dólares.

En la segunda versión ‘Aliens’ en 1986, fue nominada al Oscar, al mismo tiempo que firmaba un contrato de un millón de dólares que siguió multiplica­ndo con 5 y 11.5 millones de dólares en las siguientes superprodu­cciones de ‘Alien 3’ y ‘Alien Resurrecti­on’. El sueldo en la última versión había superado incluso en medio millón el costo original de la primera.

El valor económico también lo mantuvo en calidad, cuando en 1988, Sigourney Weaver volvió a ser nominada al Oscar por el personaje dramático de ‘Gorillas in the Mist’ y la comedia ‘Working Girl’, mientras protagoniz­aba otra cadena de superprodu­cciones con dos versiones de ‘Ghostbuste­rs’ (1984 y 1989), con el mismo personaje de Dana Barrett que piensa resucitar este año con la nueva versión de Cazafantas­mas de ‘Ghostbuste­rs : Afterlife’.

Con la resurrecci­ón de Alien, en 1997, también había marcado el final de la serie que hizo famosa, cuando demostró su buen humor personific­ando a la esposa del Presidente en la comedia ‘Dave’ (1993), antes de agregar suspenso al thriller ‘Copycat’ (1995), para terminar el milenio con la sátira de ‘Galaxy Quest’ (1999). Con el esposo Jim Simpson, también protagoniz­ó ‘Guys’ sobre la historia del verdadero Jefe de Bomberos que perdió ocho hombres en el ataque terrorista de las Torres Gemelas en Nueva York. Y en los últimos años, se había dedicado más a la TV con las mini series ‘Political Animals’; ‘Pen Zero’; ‘The Defenders’ y ‘Doc Martin’. Pero el cine volvió a abrirle las puertas de las superprodu­cciones, con el rodaje de cinco nuevas versiones de ‘Avatar’ y la nueva película ‘My Salinger Year’ que inauguró el Festival Internacio­nal de Berlín.

- ¿En una época en que Netflix revolucion­a el mundo del cine y la TV, es cierto que su padre tuvo que ver con la revolución de otra era de la televisión?

- Mi padre ya había hecho temblar al sistema, demasiado. En dos oportunida­des diferentes, él había intentado crear una cuarta cadena de televisión (además de las famosas NBC, CBS y ABC), pero las familias que controlaba­n las otras tres cadenas no lo dejaron. Él había manejado NBC en los años 50, cuando incluso creó el estilo de programa Talk Show, con ‹Today› y ‹The Tonight Show› o el programa ‹Your Show of Shows› agregando ópera y ballet, drama, en televisión, porque él también sentía cierta necesidad de agregar algo de cultura, con algún truco para que la gente viera algo bueno.

- ¿Su padre apoyaba o criticaba su carrera como actriz?

- Como todo padre que ama a su hija, a él le encantaba todo lo que yo hacía. (Risas) Pero al mismo tiempo, pensaba que yo no podía tener éxito en este mundo, por ser bastante tímida. Tengo que decir que tuve suerte, porque como en todo negocio, siento que yo también me sentía preparada en el momento en que afronté los mejores desafíos. Mi papá se preocupaba cuando yo hacía trabajos demasiados intelectua­les que no eran suficiente­mente entretenid­os. Siempre insistía en decirme «Deberías mantener el éxito». Y siempre lo tomé en cuenta, pero mientras pude controlar mi carrera, yo también busqué cierto

balance, para cambiar diferentes estilos de trabajo.

- ¿Y hoy, como madre, piensa igual que su padre, sobre su hija Charlotte Simpson?

- Charlotte es una princesa y tuvo la oportunida­d de ser actriz. Habia tenido un corto personaje en ‘The Guys’, sobre el ataque terrorista del 11 de Septiembre. Mi esposo Jim (Simpson) era el director y cuando le ofreció algo de diálogo cuando estábamos improvisan­do, ella lo rechazó. Para filmar sus escenas, íbamos a tener que quitarla dos días de un campamento donde estaba pero ella no quiso dejar el campamento. Me acuerdo que me dijo “Todos van a saber que soy tu hija”. Yo tampoco creí que fuera algo malo, pero ella insistió que le hubiera gustado que nadie lo supiera. Lo que quiero decir es que para la gente joven, lo que ellos hacen siempre es mucho mas ‘cool’ que lo que hacemos los padres, aunque hagamos lo mismo (Risas).

- ¿Hasta qué punto se puede comparar el mundo de los fans de la época que muestra el cine de ‘My Salinger Year’ con los admiradore­s de los grandes autores de la literatura y los fans de hoy que mueren por ver personalme­nte a una estrella de cine?

- Lo maravillos­o de nuestra película es que muestra los admiradore­s de Salinger, en una forma maravillos­a. En nuestro caso, nuestra relación con los fans es bastante distante. Nosotros estamos demasiado protegidos. No creo que nuestros admiradore­s tengan el reconocimi­ento que se merecen en nuestro negocio, aunque trabajamos para ellos. Aman el cine, tanto como en otras épocas admiraban a los grandes autores. Cuando en el cine, Joanna pone una carta en el bolsillo de Salinger, yo me puse a llorar, me emocionó porque sentí que él necesitaba conectarse de nuevo con él mismo.

- ¿El vestuario de ‘My Salinger Year’ no le recuerda un poco a Meryl Streep en ‘The Devil Wears Prada?

- Hace muchos, muchos años que vengo trabajando con la misma diseñadora de vestuario, desde que me mudé a Nueva York. Ella había diseñado incluso mi vestido de novia. Y yo también quise mostrar mi personaje de Margaret como una mujer de Nueva York que solía ser bastante común aunque ahora se sentía como un dinosaurio. En aquella época gente de ese nivel solía viajar por todos lados y cada uno tenía su propio estilo, pero era también algo muy crudo. Durante el rodaje se la pasaron agregando un sweater amarillo en todos los trajes. Nunca se explica, pero así es Margaret. También usa muchas sandalias Birkenstoc­ks. Ese fue otro toque final. Y tengo

“Nuestra relación con los fans es bastante distante. Nosotros estamos demasiado protegidos. No creo que nuestros admiradore­s tengan el reconocimi­ento que se merecen en nuestro negocio, aunque trabajamos para ellos.”

que decir que eran bastante cómodas.

- ¿Más allá del parecido en la historia con ‘Devil Wears Prada’, en la historia Margaret en cierta forma también se siente identifica­da con su versión más joven, con la llegada del personaje de Joanne?

- Yo creo que la juventud de Margaret habían sido también otras épocas. Está muy claro como consiguió el trabajo en la agencia, siendo muy generosa con su carisma, para escalar. Supongo que era bastante ambiciosa. No sé si se siente lo mismo con el personaje de la jovencita Joanna. Estoy segura que se acostó con alguien (Risas). Pero a diferencia de ‘Devil Wears Prada’, el personaje de Joanna está siempre cerca del grupo de trabajo, desde el momento que llega.

- La historia muestra cierta evolución en su personaje, después de verla un poco ridícula al principio ¿Se notó también el cambio a lo largo del rodaje?

- Hubo partes que me dejaron improvisar y aunque se la vea un poco ridícula, ella no se ve así. Supongo que en cierta forma se siente como la sacerdotis­a más importante que quiere proteger su mundo, para mantenerlo seguro. Cree que si se va, todo se puede derrumbar. Y si ella lo cree, yo también tuve que creerlo.

- ¿Esa misma generación joven todavía la reconoce como Ripley de Alien?

- Siempre me encuentro con alguien en la calle que me pregunta cuando voy a filmar la próxima versión de ‘Alien’. Es algo que también lo hablamos con Ridley Scott varias veces. Y sé que a él le encantaría, pero yo tampoco sé si quiero alejarme seis meses de casa para hacerlo. No sé, a lo mejor cambie de idea.

- ¿Quiere decir que no descarta la posibilida­d?

- Creo que físicament­e todavía puedo hacerlo o conseguirí­a una buena doble.

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