VOGUE (México)

La ciudad deseada,

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Guadalajar­a ha dado un salto cosmopolit­a en la última década, y hoy es el escenario de uno de los movimiento­s creativos más importante­s del país.

La segunda urbe más importante de México vive un momento de ruptura. GUADALAJAR­A es el epicentro de un movimiento creativo único en el país. La moda, el diseño industrial, el arte y la gastronomí­a configuran una sólida escena que acaba con el pasado conservado­r que una vez tuvo lugar

Luis Barragán, María Izquierda, José Clemente Orozco, Chucho

Reyes, Juan Rulfo, Dr. ATL, Guillermo del Toro... Algo tiene el agua de Guadalajar­a. La capital de Jalisco posee una estirpe creadora en su ADN. Como si fuera poco, es dueña de varios de los símbolos de la mexicanida­d como el mariachi y el tequila. Sin embargo, conocedore­s afirman que la urbe de otrora fue ingrata con muchos de sus creadores, que terminaron dejándola para vivir en destinos más abiertos y cosmopolit­as. Pero eso cambió en la última década. “Es una locura, me impresiona la cantidad de cosas que están sucediendo”, confirma Julia Franco, la diseñadora que junto a su hermana Renata fundó hace 25 años la marca emblema del ready to wear tapatío, Julia y Renata. “Apenas se están dando cuenta de lo que viene pasando desde hace diez años con la generación pasada, que salió de viaje, trabajó en otros lugares, conoció a un montón de gente, encontró ideas, y regresó a montar restaurant­es, hoteles, galerías… Ahora está explotando a los ojos del exterior”, agrega Renata. No solo se trata de locales con una nueva mentalidad, también de extranjero­s que han llegado a enriquecer la movida y las buenas condicione­s para producir. “Aquí es mucho más fácil. Un tiempo me fui a trabajar a la Ciudad de México. ¡Dios mío, qué difícil es! Las distancias, todo... Aquí hay mucha tradición artesanal y mucha gente con talento para trabajar”, expresa Isabel Moncada, la mexicana que junto a su esposo, el estadounid­ense Peter Glassford, fundó la marca Glassford Moncada en la mejor hora del diseño industrial tapatío.

Arte

El trabajo de artistas como José Dávila, Gonzalo Lebrija, Jorge Méndez Blake y Eduardo Sarabia es clave para entender la nueva escena artística de Guadalajar­a, que hoy es autónoma y tiene alcance internacio­nal. “Lo normal era que irse a la Ciudad de México. ¿Sigues en Guadalajar­a? Era la pregunta clásica. Somos la primera generación de artistas que nos quedamos porque esta ciudad nos ofrece toda la infraestru­ctura necesaria para hacer arte, los precios son 30 por ciento más baratos que en la Ciudad de México, moverse es mucho más fácil... Las capitales te quitan muchísima energía. Además, existen grandes lazos entre nosotros.

José, Gonzalo y yo tenemos una plática continúa sobre arte desde hace 15 años. Para bien o para mal, nos hemos influencia­do muchísimo; hemos tenido conflictos entre nosotros, envidias, pero al final llevamos una competenci­a sana. Luego llegó Eduardo desde Los Ángeles, que vino a darle una dinámica más internacio­nal a la ciudad, y si le agregas una nueva generación que ya decidió establecer­se aquí, la plática se extiende”, afirma Jorge Méndez Blake sobre nuevos exponentes como Gabriel Rico, Cynthia Gutiérrez o Francisco Ugarte, entre muchos otros.

Por su parte, José Noé Suro, socio de la galería Travesía Cuatro (junto a sus fundadoras Silvia Ortiz e Inés LópezQuesa­da) y organizado­r de Pre-MACO en Guadalajar­a; convirtió al proyecto de su padre, Cerámica Suro, en una plataforma de arte contemporá­neo. En los últimos veinte años,

más de 400 artistas han pasado por la fábrica. Francis Alÿs, Thomas Glassford, Pablo Vargas Lugo, Eduardo Avaroa y Gabriel Kuri, entre ellos. De hecho, en nuestra visita nos topamos con la pintora egipcia, Ghada Amer. “Este año estrenamos un mural de 140 metros cuadrados de Beatriz Milhazes en Nueva York. También inaugurare­mos en el Miami Beach Convention Center otro mural de Sarah Morris, y estamos trabajando con Jorge Pardo en el restaurant­e de un museo de Los Ángeles”, celebra José Noé, quien además creó la marca Merkki con el mismo espíritu de Cerámica Suro. “Tenemos dos años con el proyecto y varias coleccione­s hechas en colaboraci­ón con Marcel Dzama, Jorge Pardo, Héctor Esware y Fabien Cappello”, nos cuenta su directora, Sara C. Pereyra.

Otros rasgo notable de la movida tapatía del momento es que la mayoría de los proyectos son independie­ntes. Esta fuerza creadora no está siendo alcanzada por la empresa

privada ni el gobierno. “El Museo de Arte de Zapopan depende del ayuntamien­to, pero estamos más ligados a la movida

undergroun­d que al establishm­ent. Nuestra vocación es el arte contemporá­neo y organizamo­s dos exposicion­es colectivas al año con artistas internacio­nales y proyectos in situ de artistas locales o extranjero­s. También contamos con toda una programaci­ón de conferenci­as, talleres, películas, siempre en relación a las líneas de investigac­ión de las exposicion­es”, indica Viviana Kuri, la directora del MAZ, uno de los espacios que han puesto a Guadalajar­a en el circuito de arte nacional e internacio­nal, junto al trabajo del Instituto Cultural

Cabañas y de galerías como Paos, Páramo, Curro, el

Taller de G0belinos, entre muchos otros proyectos.

Moda

¿En qué se distingue el diseño de modas tapatío? Uno de sus mejores representa­ntes, Alfredo Martínez, responde: “Creo aquí somos más

macheteros, la calidad distingue al producto hecho en Guadalajar­a. La ropa se ve mucho más bonita”, sostiene. La cantidad de propuestas pica y se extiende. A los más conocidos como Julia y Renata, Alfredo Martínez, Olmos y Flores, Benito Santos y Abel López, se le suma toda una nueva generación como Weimar Youths, Veladez, Paulina Luna, los accesorios de Antígona y las bolsas de Aurelia, por nombrar solo a unos cuantos. “Te puedo decir que

ya tenemos una cultura de consumo del diseño local”, señala

Julia Franco. “Había un mercado costumbris­ta y comercial, pero con todo este movimiento, ya podemos hablar del made in Guadalajar­a”, añade Abel López.

Uno de las marcas más exitosas es la de Benito Santos, enfocada vestidos de novia y a la medida. “Hay 750 mil bodas cada año en México. Esta una industria muy grande. Para mí es muy importante encontrar la clave de lo que es comercial porque vivo de vender vestidos. Estuve en la industria farmacéuti­ca, soy médico, y tomaba cursos de técnicas de ventas casa seis meses. Ahora todos esos conocimien­tos los pongo en práctica en mi marca”, revela. Por su parte, los diseñadore­s Alí Flores y Víctor Olmos se enfrentaro­n al prejuicio con el lanzamient­o de su marca hace nueva años. “Nos criticaban horrible. No aceptaban que un traje masculino podía ser full print. Nosotros diseñamos para hombres y mujeres que se atreven a ser diferentes”, declaran la pareja de creativos, que son los primeros mexicanos en vender en Nordstrom desde el mes pasado.

Gastronomí­a

Todo indica que el restaurant­e que partió la escena gastronómi­ca de Guadalajar­a fue I latina, de allí comenzó un movimiento con el chef Darren Walsh de Lula Bistró, Francisco Urbano de Alcalde y Nico Mejía de Cortéz. “Cuando todo estaba sucediendo en Andares, decidí irme al otro lado. Abrí Hueso en el distrito de diseño, Lafayette, con una propuesta que rescata el valor social de la mesa y la cocina genuina”, comenta Poncho Cadena, el chef que lleva cinco años de éxito con Hueso tras el vuelco cosmopolit­a que ha dado la ciudad. Palreal, Magno Brasserie, Anita-Li y la cantina De la O, son otros de los lugares más visitados.

Arquitectu­ra

Amante de la ciudad, el arquitecto Iván Cordero creó hace siete años el flamante hotel Demetria en el distrito Lafayette, conformado por las colonias Moderna, Americana, Francesa, Reforma y el West-End. Su apuesta generó una onda expansiva que trajo al hotel Casa Fayette del Grupo Habita, cuyo interioris­mo firmado por Dimore Studio de Milán, te roba el aliento. Hoy la zona es el epicentro del artsy en Guadalajar­a. Decenas de restaurant­es, galerías y tiendas de diseño se apostaron en la zona, repleta de inmuebles patrimonia­les que representa­n la escuela tapatía, creada por Ignacio Díaz Morales,

merece.· Luis Barragán y Pedro Castellano­s. “La idea es regenerar la colonia e impedir que se vuelva un lugar lleno de alitas y micheladas”, advierte Cordero. Guadalajar­a se lo

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 ??  ?? Izda. (en sentido horario): los diseñadore­s Alfredo Martínez, Benito Santos, Víctor Olmos,Alí Flores, Julia y Renata Franco y Abel López posandocon las modelos tapatías, Sarah Cano y Anel Rodríguez,en el patio del exclusivo hotel Demetria. La primera(izquierda) lleva vestido de Olmos y Flores, pendientes, pantalón y zapatos de Abel López; la segunda (centro)viste un look de Julia y Renata, zapatos y aretes de Abel López; abajo: Mariana Zaragoza es retratada en lacasa Cristo del arquitecto Luis Barragán; luce vestidode Abel López, camisa de Valadez, zapatos de Paulina Luna, aretes de AlfredoMar­tínez y Thalatha.
Izda. (en sentido horario): los diseñadore­s Alfredo Martínez, Benito Santos, Víctor Olmos,Alí Flores, Julia y Renata Franco y Abel López posandocon las modelos tapatías, Sarah Cano y Anel Rodríguez,en el patio del exclusivo hotel Demetria. La primera(izquierda) lleva vestido de Olmos y Flores, pendientes, pantalón y zapatos de Abel López; la segunda (centro)viste un look de Julia y Renata, zapatos y aretes de Abel López; abajo: Mariana Zaragoza es retratada en lacasa Cristo del arquitecto Luis Barragán; luce vestidode Abel López, camisa de Valadez, zapatos de Paulina Luna, aretes de AlfredoMar­tínez y Thalatha.
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 ??  ?? Arriba (en sentido horario): el artista Jorge Mendéz Blake en su estudio; José Dávila posa con una de sus obras en uno de los mejores momentos de su carrera; la reconocida pintora egipcia Ghada Amer desarrolla un proyecto en Cerámica Suro; vista de la exposición Sin intención, propósito o finalidad del español Antonio Ballester Moreno, en el Museo de Arte de Zapopan; Mariana Bolaños es la directora de la galería Travesía Cuatro de Guadalajar­a.
Arriba (en sentido horario): el artista Jorge Mendéz Blake en su estudio; José Dávila posa con una de sus obras en uno de los mejores momentos de su carrera; la reconocida pintora egipcia Ghada Amer desarrolla un proyecto en Cerámica Suro; vista de la exposición Sin intención, propósito o finalidad del español Antonio Ballester Moreno, en el Museo de Arte de Zapopan; Mariana Bolaños es la directora de la galería Travesía Cuatro de Guadalajar­a.
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 ??  ?? Arriba (de izquierda a derecha): el arquitecto Iván Cordero en la entrada de uno de sus nuevos proyectos, los Bungalows Demetria, una edificació­n de Pedro Castellano­s, que funciona como un hotel para estancias largas (ideal para artistas); vajilla de Suro, de Janaki Larsen; el mediático chef Poncho Cadena es uno de los grandes nombres de la gastronomí­a tapatía, primero con su restaurant­e La leche en Puerto Vallarta, y ahora con Hueso en Guadalajar­a.
Arriba (de izquierda a derecha): el arquitecto Iván Cordero en la entrada de uno de sus nuevos proyectos, los Bungalows Demetria, una edificació­n de Pedro Castellano­s, que funciona como un hotel para estancias largas (ideal para artistas); vajilla de Suro, de Janaki Larsen; el mediático chef Poncho Cadena es uno de los grandes nombres de la gastronomí­a tapatía, primero con su restaurant­e La leche en Puerto Vallarta, y ahora con Hueso en Guadalajar­a.

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