Un Lazo de Nobleza
Llegó el final de un año y una película me hace reflexionar en cuánto disfrutamos las fiestas con nuestros HIJOS de una manera especial sin dejar de agradecer a quienes nos ayudan en su crianza. Un TRIBUTO merecido a las mejores colaboradoras y lo que aportan a nuestras vidas
Sentada en el aeropuerto de Miami no puedo evitar pensar que parece que fue ayer que estuve aquí, en abril. Pero las fiestas de fin de año ya llegan y me entusiasma disfrutarlas con mis hijas que ya me preguntaron quién es el hombre de la barba en todas las decoraciones. Damos la bienvenida a los duendes y todos los retos que enfrentamos los padres para que esta experiencia sea lo mejor para nuestros pequeños, por eso es que iniciamos
una tradición en La Biblia de la Moda de incluir un especial dedicado a ellos: Vogue Niños. La fotógrafa Anna Palma y el estilista Jill Rothstein nos propusieron una sesión de fotos con una modelo de 12 años llamada Lennon Sorrenti, la hija de Cedric Buchet y Vanina Sorrenti, una bella jovencita con habilidades naturales para el modelaje y que un día pudiera estar en cine. Eso me recuerda cómo, después de tener a mis hijas, se hizo difícil para mí ir al estreno de una película. Sin embargo, este año he visto Nace una Estrella, Bohemian
Rhapsody y conduje hasta Morelia a ver Roma, de Alfonso Cuarón. En una historia especial para Vogue México, hablamos con una de sus protagonistas, la oaxaqueña Yalitza Aparicio. El filme se ubica en la Colonia Roma de los años 70. La madre de cuatro niños se encuentra de repente criándolos con la ayuda de su empleada doméstica, Cleo. Filmada en blanco y negro es una trama estimulante y emotiva. Mientras la veía, no pude evitar pensar en nuestra relación con esas personas que nos ayudan a criar a los niños. Como mujer que trabaja, tener alguien que colabore conmigo para cuidar a mis hijas, y en quien confíe plenamente, es una necesidad. Lo que me impacta es que estas personas suelen ser a su vez jóvenes que están sosteniendo a los suyos. Su niñez termina demasiado pronto por
la necesidad de trabajar, y en el proceso, nos ayudan a avanzar en nuestras carreras y a ser mejores madres. Ellas merecen que les ayudemos a tener una vida mejor y así poder cuidar
de sus propias familias como lo hacen de las nuestras. En un mundo plagado de temas escabrosos, es hermoso rendir un homenaje a esas mujeres que nos ayudan. Puede que no nos una la sangre y que salgan y entren de nuestras vidas, pero mientras están con nosotras,
creamos lazos entrañables que merecen ser celebrados.