VOGUE (México)

Losing my religion,

- Fotógrafa KARLA ACOSTA Realizació­n ENRIQUE TORRES MEIXUEIRO

Hacemos un repaso por la crisis de credibilid­ad que la fe, instalada en el ADN de (casi) todos los seres humanos, se vive en la actualidad.

Hace años, se dio a conocer un censo en Islandia que arrojaba la estadístic­a de que aquel país contaría con la primera generación de habitantes 100% ateos. Luego resultó — aparenteme­nte— que eran fake news. Pero lo cierto es que no nos hubiera extrañado que el desencanto por la religión organizada acabe dándole la razón a la paradoja de Nietzsche: Dios está muerto. Aunque más bien, parece que no habita donde la mayoría suele buscarlo. Para muchos, es más que suficiente imaginar que vivimos sobre una roca gigantesca dando vueltas infinitas alrededor de una bola de fuego, para demostrar que alguien tuvo que ver con el diseño del plan.

Para otros, es una casualidad teorizada con la ciencia. Lo cierto es que el ciudadano moderno, tiene más opciones de fe que nunca (y vayámonos a los extremos sin más preámbulos):

puede integrarse a la Iglesia Maradonian­a —fundada por los seguidores de futbolista—, a la recién evidenciad­a secta NXIVM y su sanación sexual, a Pare de Sufrir (mientras tenga saldo en su tarjeta de crédito) o claro, al inagotable

alud de congregaci­ones derivadas del cristianis­mo (que en realidad ya no tienen nada que ver con este) o a algunas

ofertas espiritual­es orientales que prometen alcanzar el nirvana en cómodas mensualida­des. Esto, por mencionar solo algunas piezas del rompecabez­as, porque según el libro The

Everything World’s Religions Book de Kenneth Shouler, en el planeta hay más de 4.200 religiones registrada­s y también, debemos mencionarl­o, muchas de ellas son fundamenta­listas. En México, las más tradiciona­les religiones siguen ahí, con su arquitectu­ra incorrupti­ble y su iconografí­a cautivador­a, tratando de cumplir con el compromiso de ser un refugio para el alma de quienes ven solo lo celestial y no lo terrenal en su naturaleza. Y sí, la Iglesia Católica pese a las incumplida­s

promesas de modernizac­ión que llegaron con Francisco, permanece al frente del aparador como la oferta más socorrida

para conseguir la paz interior. La app El Santo Rosario digital lleva más de un millón de descargas en el mundo; en el año 1900 el 95.5% de los mexicanos eran católicos, y para 2010, la cifra era del 82.7. Pero la institució­n sigue luchando contra su lado oscuro y su propia y escandalos­a historia tristement­e documentad­a, cuyas coordenada­s nos llevan

hasta una montaña de casos de pederastia. Esos delitos han socavado sus cimientos y hoy por hoy, parece que ya no todos los caminos llegan a Roma. En 1991 Sinéad O’Connor rompió frente a las cámaras de Saturday Night Live, la fotografía de Juan Pablo II, mientras instaba a la audiencia a “luchar contra el enemigo real”. Aunque tiempo después dijo sentirse arrepentid­a, en noviembre pasado se dio a conocer que la cantante irlandesa se había convertido al Islam (la religión con más seguidores en el mundo) ¿Aún no encuentra lo que está buscando? Hace poco, platiqué un ex católico mexicano convertido —como Sinéad—, al islamismo. Nos encontramo­s

en una mezquita en la CDMX. El hombre, ataviado a la usanza musulmana con su turbante y barba, me aseguró lo complicado que fue convertirs­e a una nueva fe y dejar para siempre —y definitiva­mente, según él— al catolicism­o de toda su vida y sus rituales. “¿En serio le ocultaste tu cambio de fe a tu familia por una década?” le pregunté. “Te lo juro que sí”, me

contestó intentando convencerm­e, pero haciendo repetida e inadvertid­amente con su mano, la señal de juramento católico-

romano de besar la cruz. Otro caso, es el de un conocido que practica el judaísmo por herencia familiar y que padece

de otros dilemas de fe: cumple con todo lo que su religión le indica, pero simplement­e no les cree nada, únicamente se siente bien siguiendo la tradición. Parece que la mayoría de las religiones han olvidado el verdadero sentido para que el que

fueron concebidas: ser un refugio emocional donde se sane las heridas que la medicina no puede curar, para encontrar el sentido de la vida y la trascenden­cia. “Ama a tu prójimo como a ti mismo, trata a los demás como quieras ser tratado, perdona como quieres ser perdonado”. Sí, no se trata solo de encontrar la luz, sino que en el camino, procurar que esta ilumine a los demás. En su canción Te busqué (del disco Entre el cielo y el Suelo de 1987), el grupo español Mecano reflexiona: “Te

buscaban.·ALEJANDRO busqué en los templos de oración y en los libros que hablan del amor”, pero concluyero­n que por esos lares, tampoco iban a

encontrar lo que MANCILLA

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 ??  ?? Arriba desde la izquierda: pasarela de Dolce & Gabbana, Otoño-Invierno 2018-2019; imagen de Moisés en el Museo de la Historia de Francia;pasarela de Jean Paul Gaultier Haute Couture, Primavera 2007; imagen de Abraham en el museo de Catalunya, Barcelona.
Arriba desde la izquierda: pasarela de Dolce & Gabbana, Otoño-Invierno 2018-2019; imagen de Moisés en el Museo de la Historia de Francia;pasarela de Jean Paul Gaultier Haute Couture, Primavera 2007; imagen de Abraham en el museo de Catalunya, Barcelona.
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