REcetas ESpirituales
Aves, mariscos, pescados y dulces de todo tipo llenan las MESAS de la mayor parte de los países del mundo durante la Navidad, una LITURGIA milenaria de orígenes religiosos transformada en una FESTIVIDAD global
Recetas espirituales, La temporada decembrina ha llegado y con ello las recetas se coronan como símbolo espiritual que reúne cultura, tradición y placer en la mesa de muchas familias en todo el mundo.
Hace tiempo que la Navidad abandonó su vocación espiritual y religiosa para convertirse en una de las celebraciones que mejor representan los valores de ese cliché que conocemos como Occidente. La Navidad es todo eso, sí. Y mucho más. Enumeremos. La Navidad es una amalgama de recuerdos, reuniones familiares, compras, y por supuesto, gastronomía. Cientos de países y culturas de todo el mundo se reúnen durante la última semana del año en torno a una epifanía de nostalgia en la que la comida juega el papel (más) importante. La última semana del año acoge al que es quizá el único acto de bulimia respetado socialmente. Nadie juzga; nadie alecciona. Deliciosa bulimia, por cierto.
El cordero lechal de Castilla, los caracoles, el marisco del Cantábrico, o la sopa de pescado llenan las mesas de las cocinas españolas durante los días de asueto previos al cambio de año, mezclados con turrones y mazapanes. En Francia, los asados, lentos y jugosos, un pleonasmo cuando hablamos de este país, son los protagonistas. En un acto de canibalismo metafórico, los galos engullen en una acción freudiana al que es su símbolo nacional, el gallo de Bresse. El ave, con sus patas azules, cresta roja y alas blancas, simboliza los valores de la Republique y su preparación más conocida, el coq au vin, se remonta a tiempos de César y Vercigentórix. Sin embargo, Francia no escatima en aves. El faisán, el pato y el pavo también son populares durante las fechas navideñas, además de derivados como el foie gras y los patés.
Italia sufre, también en Navidad, su ya conocida fagocitación cultural. Es complicado elegir un plato navideño nacional en un país unificado en el siglo XIX y capaz de acoger a varias de las regiones más ricas y más pobres de la Unión Europea. Pero si hay que elegir, éste sería el panettone. Varias asociaciones del país tratan de defender el origen de la pizza, el calzone, la pasta y el tiramisú, entre otras recetas y pronto deberán emprender acciones similares para proteger al panettone, quizá la principal aportación italiana a la Navidad mundial. El bizcocho, cuyo origen debemos datarlo en la próspera región de Lombardía, se ha expandido a través de la inmigración italiana y es consumido en estas fechas en cuatro continentes. En Inglaterra rellenan el pavo con manteca de cerdo, tocino, carne y frutos secos, y para el postre se inclinan por su Christmas pudding; esto es, un bizcocho. Argentina celebra la Navidad en verano, con lo que el sempiterno asado al aire libre suele ser la preparación estelar. En México el bacalao, los romeritos y el ponche no faltan en ninguna reunión familiar, mientras que Alemania y los países nórdicos pierden su seriedad característica a base de dulces y galletas.
Pocas celebraciones de origen religioso han alcanzado la transversalidad cultural de la Navidad. El cine, la música, las grandes marcas y la propia sociedad hemos transformado una fiesta de origen espiritual y litúrgico, en muchas culturas relacionada con el solsticio de invierno, en un festín gastronómico de proporciones, aquí llega la paradoja, bíblicas. Brindemos. Comamos. No regrets.
EN NUESTRO PAÍS EL BACALAO, LOS TRADICIONALES ROMERITOS Y EL PONCHE NO FALTAN EN NINGUNA REUNIÓN FAMILIAR, MIENTRAS QUE ALEMANIA Y LOS PAÍSES NÓRDICOS PIERDEN SU SERIEDAD CARACTERÍSTICA A BASE DE DULCES Y GALLETAS CUYA RECETA EVOLUCIONA DEPENDIENDO DE CADA LANDER