VOGUE (México)

VOCES de mujer

La protagonis­ta en el cine ha transitado un largo y complicado camino que, felizmente, nos lleva a este momento en que historias y personajes se unen para reivindica­r roles de género y demostrar el poder de las más auténticas HEROÍNAS. Nuestra región

-

Hollywood siempre es el punto de mira aspiracion­al y una indudable plataforma de poder para muchas causas. Eso hace que importe cada vez que un rol o la asunción de actitudes prima en eventos como los Oscars o los Globos de Oro. Desde hace un tiempo, la justa reivindica­ción del respeto a la mujer y el enfrentami­ento a los desmanes machorros y nauseabund­os de muchos poderosos están en la palestra. Esta vez, el tema va por la fuerza de los personajes que muchas actrices han encarnado y que hablan de la estatura de su género.

Ahí está el impactante modo en que una madre enfrenta la sexualidad de su hijo en Boy Erased. Nicole Kidman nos sumerge en la historia real de un joven de solo 19 años, Garrard Conley, que es forzado por su familia bautista a someterse a una terapia de conversión para “curar” su homosexual­idad. El director Joel Edgerton se basó en las memorias de

Conley, en las que el personaje de su madre tiene un lugar prominente. Las terapias de conversión o reorientac­ión sexual son aberrantes escarnios contra los derechos de las personas LGTBI y el poder de interpreta­ciones como las de Kidman, desde la pantalla del cine, cobran una importante dimensión en el sentido de la importanci­a del rol de la mujer en el entorno doméstico y en la crianza de los hijos. También por ese camino hemos visto Wildlife, que ha dado a Carey Mulligan la posibilida­d de mostrar el que es el rol más poderoso de su carrera, hasta el momento. En esta adaptación de la novela

Incendios, de Richard Ford, en el estado de Montana, en 1960, una esposa y su hijo tienen que asumir el frente de proveedore­s de su hogar. Ella acaba como profesora de natación y su hijo como asistente en el estudio de un fotógrafo. El ama de casa atormentad­a de Mulligan, vapuleada y sin saber qué dirección tomar, dice en un momento del filme: “Tengo que despertar, pero no sé de qué”... Como ella, muchas mujeres

lo han dicho, han encontrado la razón y han despertado con una fuerza que siempre estuvo ahí, solo que ahora se muestra sin temor al vituperio. En el rubro de reconocer el músculo de la mujer en el universo profesiona­l, la correspons­al de guerra Marie Colvin hizo historia en sus años activos, desde 1985 hasta su prematura muerte en 2012, a los 53 años de edad, mientras cubría el conflicto en Siria. El cine encargó a la actriz Rosamund Pike narrar la historia de Colvin en A

Private War. Le siguen los predios de una jueza del Tribunal Supremo estadounid­ense, ese órgano frecuentem­ente sometido a una inevitable correlació­n de fuerzas políticas.

On The Basis of Sex, inspirada en la vida de Ruth Bader Ginsburg, la segunda en la historia que llegó a la máxima instancia judicial estadounid­ense. Felicity Jones es dirigida aquí por una congénere, Mimi Leder. El espanto del racismo también toma notas femeninas en BlacKkKlan­sman, de

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico