Tesoro ESCONDIDO
Inmerso entre los encantos coloniales del centro Histórico de la Ciudad de México yace un ÍNTIMO y pintoresco recinto para hospedarse... Se trata del Hotel Boutique Domingo Santo
Ubicado en República de Cuba, una de las calles más emblemáticas del majestuoso Centro Histórico de la Ciudad de México, se destaca en el portal central de la Plaza Santo Domingo el hotel boutique Domingo Santo, una amena e íntima joya en cuyo recinto convergen la arquitectura moderna y antigua. Lo que fuere un sitio de escribanos, una escuela de medicina, siglos atrás, hoy es un hotel boutique que ofrece confort y lujo en su máxima expresión. Sus nueve habitaciones son minimalistas con detalles mexicanos y un tanto coloniales con todas las comodidades necesarias para una estadía placentera. Estas habitaciones se dividen en junior, master,
suite deluxe y master suite, todas son tipo love, con camas king size y cada una con excelentes amenidades. Siete de ellas tienen vista a la plaza, una de ellas hacia la calle de República de Cuba y solo una de ellas se ubica en el interior, lo que la convierte en la más asediada para quienes buscan privacidad. Los nueve cuartos conservan el contexto arquitectónico
original y esto se puede observar en cada detalle, desde sus paredes, los muebles y hasta en los objetos decorativos. La terraza es, sin duda, uno de los atractivos a destacar. En esta se localiza el restaurante que ofrece desayunos, almuerzos y cenas; para los sibaritas ahí se puede encontrar una gran variedad de mixología, especializándose en destilados mexicanos y cervezas artesanales los cuales son ideales si de refrescarse se trata. Su vista hacia la plaza es toda una experiencia y durante la semana celebran distintos eventos de jazz, música en vivo, catas, maridajes, entre otros; tanto el restaurante como el bar permanecen abiertos a todo el público, sin duda hoy es un sitio imperdible de la ciudad.
En cuanto a la gastronomía del restaurante, quien lleva la batuta es el chef Erik Acevedo Viaduarri quien ha creado un menú de cocina mexicana con toques frescos e innovadores, los infalibles son los escamoles Domingo, la crema de la casa, el pastel azteca de nopala-chicle y el molcajete de rib eye.
En la planta baja del lugar, justo en la esquina del hotel, se encuentra el Café Santo Domingo, donde se puede degustar la mezcla de granos de café de cuatro regiones distintas del país, su especialidad es el chocolate mexicano, el pan dulce y el matcha
latte. Otro punto del recinto es un curioso mezzanine que resguarda una cava, en la que es posible alquilar un espacio para guardar botellas de vino y licores para, posteriormente, degustar sus bebidas cuando el cliente lo desee, este es un espacio que a su vez se puede utilizar como sala para reuniones.
Con casi cinco siglos de historia, la Plaza Santo Domingo conserva una arquitectura colonial que hace del barrio un sitio único e inolvidable para propios y visitantes; además, se cree que en la plaza yace sobre lo que fuera el palacio tlatoani mexica de Cuauhtémoc, lo que vuelve más enigmático
metrópoli.· y encantador al lugar que, sin dudarlo, ofrece toda una experiencia que se entremezcla la cultura, la tradición, el goce de los sentidos y la modernidad de una gran