MICHAEL Kors
Se le identifica como el creador de un estilo que traduce el dinamismo chic y práctico de la jet set norteamericana, pero Michael Kors es mucho más que eso y nos lo muestra en esta conversación EXCLUSIVA sobre su vida, su manera de asumir la moda y las claves para leer a sus clientas
¿Dónde suele encontrar la inspiración para sus colecciones? “En todas partes. Lo mismo si ando ocioso en una hermosa playa del sudeste de Asia que cuando camino por las calles chic de la ciudad de Nueva York. Constantemente estoy experimentando el mundo. Si tus ojos y oídos están alerta, nunca falta una fuente de inspiración”. Hay momentos profesionales en los que quisieras esconder tu cabeza y soportar así ser apedreado para purgar esa pregunta manida y aborreciblemente amateur que acabas de formular. Todo empeora cuando él, a pesar de todo, te da una respuesta inteligente. Justo eso he sufrido con lo de “¿qué te inspira?”, ante un hombre que ha sido capaz de volver a perfilar la jet set internacional escamándola de su esnobismo, democratizándola sin populismos y, en el camino, ha sabido
llegar a los 60 años creando un imperio sin dejar de tener vida privada con su esposo y rechazando elitismos estéticos.
Michael Kors no merece que le pregunten lo obvio. La Primavera-Verano 2019 del diseñador es una celebración de la inclusión en los estampados submarinos de Bora Bora
y Tetiaroa, los colores brillantes, las siluetas de camisolas surferas, los vestidos de algodón en tonos lima y sandía, toques de brocados metálicos y, también, en sus bien recibidos y leales proyectos monocromáticos. Todo eso ha sido pensado para los tipos físicos, los manierismos y estilos de vida más diversos que convivimos en este precario paréntesis de tiempo y espacio que se llama Planeta Tierra. Pero antes hubo un niño que empezó a descubrir la moda. “Lo primero que recuerdo es rediseñar
el vestido de novia de mi madre cuando tenía cinco años. Fui a una prueba con ella y no oculté muy bien lo que sentía.
Cuando ella me preguntó qué me pasaba le dije que tenía demasiados lazos. Hizo que el sastre eliminara los lazos y su
“DISEÑO PARA TODA MI CLIENTELA SIN LÍMITES EN CUANTO A RAZAS, EDADES O ESTILOS... QUIERO QUE MIS COLECCIONES Y MIS CAMPAÑAS REFLEJEN ESO. ME PLACE VER A ESAS MODELOS CON PERSONALIDAD DARLES VIDA A LAS PRENDAS”
vestido se hizo atemporal. Lo que siguió fue entrenamiento
y momentos catárticos. El momento más definitorio fue mi trabajo en Lothar’s, una boutique que estaba en la calle 57, en Manhattan. Allí diseñé ropa, hacía los escaparates y, además, trabajaba como vendedor. Aprendí cómo compran las mujeres y, lo más importante, aprendí a escuchar a mis clientes”, recuerda Kors. Aquí es cuando ya quedo ganado para su causa. Tener en cuenta al cliente no siempre mueve a un creativo y eso ha sido más o menos evidente en cada
década. “Siempre amaré las décadas de los 70 y los 80. Fueron mis favoritas. Cuando me mudé a Nueva York, en los años 70, las reglas de la moda se estaban viniendo abajo.
Todo era indulgente y nadie se limitaba. Las calles eran una explosión de estilo. Luego, cuando comencé mi marca y tuve mi primer desfile, en 1984, atestiguamos el ascenso de las súper modelos como Cindy Crawford y Naomi Campbell, y eso también fue importante”. Y todo el tiempo se ha
mantenido atento a su cliente, observando y traduciendo lo que demanda. Aunque pudiera parecer que los milenials están en un mundo aparte del de los jóvenes de los 80 y los
90, no creo que son tan diferentes. En esencia, nuestros clientes siguen buscando prendas que puedan adaptarse a sus agitadas vidas y hacerles sentir especiales. Están siempre en movimiento y viajando –lo mismo en persona que en las redes sociales– y quieren una moda que equilibre el lujo
y el glamour con la facilidad y el pragmatismo.
Sí. Este hombre tiene un metabolismo creativo hecho a la medida de esta era artística y sociológicamente inclusiva. La moda es parte del Zeitgeist, de manera que mimetiza el mundo en que vivimos. “Diseño para todas las mujeres –de todas las razas, edades y estilos– y quiero que nuestras pasarelas y nuestras campañas reflejen eso. Amo ver a modelos con personalidad darle vida a la ropa, y me place ver a la mayoría del mundo de la moda abrazando la diversidad y el reconocimiento de la individualidad”, expresa el diseñador. Pero la inclusión no es un término fácil cuando se trata de un diseño empresarial. “Seamos honestos: nunca vamos a complacer a todo el mundo. Para ser un diseñador exitoso tienes que conocer a tus clientes, generar empatía y mantenerte fiel a tu visión. La clave está en ser auténtico”, afirma Kors. Esto nos sugiere una reflexión sobre la realidad de que la inclusión debe ser un camino de doble vía, y el convencimiento de abrirnos a lo nuevo llega para quienes consumimos cuando nos sentimos seguros. “Todos tenemos inseguridades, pero siempre digo que no hay que esconderse tras la ropa. Las prendas deben tener la misma forma de tu cuerpo. No te vistas en base a tu edad, vístete para sentirte bien. Y no temas romper con las reglas de la moda, ¡diviértete al vestirte!”, confiesa a Vogue. Si se habla de que hay un concepto de lujo estadounidense, Michael Kors nos salta a la mente. ¿Cómo lo explica? Desde que empecé mi carrera me he mantenido fiel a la visión de crear
ropa informal glamurosa para la perfecta jetsetter –prendas y accesorios que sean capaces de funcionar para un ritmo de vida dinámico e intenso–. Con el paso de los años, ese sportswear ha pasado de ser un concepto estadounidense a entronizarse como el estilo de vida deseado en todo el mundo. Lo dicho, hay artistas que merecen estar por encima de las preguntas obvias. Michael Kors es uno.