Elegancia eterna,
No te pierdas la conexión atemporal entre la moda y el cine que cobrará vida con la exposición dedicada a Grace Kelly en el museo Christian Dior.
Nunca nos hubiéramos imaginado que una noche del seis de mayo de 1955, una de las actrices estadounidenses más reconocidas de Hollywood viviría un auténtico cuento de hadas, conocería al príncipe de sus sueños y se revelaría la gran historia de amor del siglo XX. Grace de Mónaco tuvo muchas otras vidas. Madre, mujer de mundo y princesa, de un reino con realidad histórica.
A pesar de la gran negativa de sus padres, empezó su carrera como actriz. La televisión le abrió las puertas a Hollywood y de par en par su nombre se convirtió en un monumento. Encontró una filosofía distinta: “Las reglas están hechas para romperse” aplicándolo así durante toda su existencia. Conquistó Hollywood y también Mónaco –específicamente al príncipe Rainiero III– gracias al festival de Cannes. Lo hizo con su rubia elegancia, sofisticados guantes hasta el codo, joyas deslumbrantes y una personalidad tan brillante como ella misma. Se enamoraron, casaron y formaron una familia y aunque su vida siempre estuvo llena de tropiezos, ella siempre permaneció aferrada a su esencia, lo que la convirtió en el ícono de moda y mujer que honramos al día de hoy. Después de casi cuatro décadas de su muerte, su nombre sigue siendo un referente de elegancia y no hay otra casa de moda que pudo haber combinado más con su estilo que la de Christian Dior.
Marc Bohan, el hombre que estaba al frente de la casa francesa de 1961 a 1989, se convirtió en su diseñador favorito elaborando vestidos exclusivamente para ella. Grace fue una de las clientes más leales de Dior, brilló y se mantuvo fiel a la marca durante toda su vida, al punto en el que la única ropa que utilizaba tenía que ser del diseñador. Encantada por la elegancia atemporal de los diseños de Bohan, la princesa hizo apariciones en conjuntos de lana hechos a medida, con una gran debilidad por sombreros y vestidos airosos de color pastel, que emparejaba con accesorios clásicos, que acentuaban su legendaria belleza. Creció muy cerca de la casa, se convirtió en la patrocinadora de la primera boutique de Dior para bebés inaugurada en 1967 y en cuanto a las fragancias, también había vínculos muy fuertes. Nada era demasiado bueno o demasiado raro para el palacio, en varias ocasiones, los frascos de los perfumes favoritos de la pareja fueron rediseñadas, hechos a mano y decorados especialmente solo para ellos.
La casa francesa ha hecho honor a la imagen de Grace en muchas ocasiones, exposiciones, anuncios de televisión, entre otras cosas y este año no sería la excepción; a lo largo de su vida y debido a la lealtad de Grace a la marca, se recolectaron muchas de sus pertenencias más personales dignas para rendirle honor.
La exposición Grace de Mónaco, Princesa en Dior tendrá lugar en el museo Christian Dior de Granville, en el norte de Francia y estará desde el 27 de abril al 17 de noviembre de este año. En la Villa Les Rhumbs se expondrán 90 diseños de la princesa, cuidadosamente conservados en el Palacio de Mónaco, una sorprendente exposición que reconstruye, a través de vestidos de ensueño y frascos de perfumes raros, décadas de la relación tan especial que existió entre Dior y el principado. Una oportunidad única que pone en evidencia la sofisticación de la siempre princesa de Mónaco, Grace Kelly.