Milena MUZQUIZ
Para la serie Têt-a-Teta, Agustina Ferreyra habla con la ARTISTA acerca de su jardín, la cerámica como forma de mantener los pies en la tierra y su forma favorita de ocio
Originaria de Tijuana, aunque actualmente está basada en Los Ángeles, Milena Muzquiz es una artista que ha construido una carrera enfocada en la poesía existente que habita las cosas vivas. Aunque personalmente define su práctica como simplemente el ejercicio de ‘ir al estudio todos los días y encontrar sentido en esa consistencia”, su trabajo es mucho más que eso. Mezclando lo ordinario con lo extraordinario, la franqueza con la ironía y el error con la coincidencia, ha logrado crear un espacio único entre lo formal, lo simbólico y el juego irreverente. Ya sea desde sus tiempos con Los Súper Elegantes, un dúo creativo con el ahora diseñador de zapatos Martiniano López Crozet, desde el cual mezclaba música con performance e instalación; o bien a través de sus pinturas, dibujos y más recientemente su trabajo en cerámica, Muzquiz ha forjado un lugar muy suyo en el mundo del arte. Habiéndose formado como artista en el California College of Arts and Crafts, retomó recientemente la cerámica, y es que en ella ha encontrado una forma de poner los pies en la tierra y vincular el arte con la naturaleza de manera orgánica, a través de proyectos y colaboraciones como la que actualmente desarrolla con Salvador, su jardinero. “Salvador es sumamente talentoso y todas las semanas hace arreglos con lo que se encuentra en el jardín, que llenan mi casa de ese ‘exterior’. Estamos empezando a colaborar haciendo esculturas que tienen que ver con su conocimiento sobre la forma y la composición. Me gustaría representar un año de flora californiana a partir de lo que sucede en mi patio. Salvador quiere titular el proyecto: Entertaining with shades of green”.
Y aunque reconoce que no todo el tiempo trabaja y que a veces pierde el tiempo viendo algo en Netflix, Milena tiene una rutina bastante estricta que le permite organizarse para hacer todo lo que hace teniendo como prioridad el cuidado de su hijo Leone, su trabajo y su cuidado personal.
“Tengo muy presente algo que alguna vez dijo Jerry Seinfeld, acerca de cómo sus tours son un deporte para el cual debe entrenarse. Hago lo mismo con mi trabajo. Me despierto temprano, hago una serie de sentadillas, llevo a mi hijo a la escuela, hago una hora de yoga, me alimento súper saludable, voy al estudio, trabajo, me acuesto temprano, básicamente es lo único que hago hasta que la obra está lista, empacada y rumbo a su destino”.
Y es que para Milena, el arte no es más que una serie de problemas que los artistas crean, cuyas soluciones son el reflejo de los tiempos que vivimos. Y conforme me dice esto, me doy cuenta que lo que me atrae y siempre me ha atraído del trabajo de Milena es que éste es un reflejo de ciertas cosas atemporales que disfruto y valoro mucho: el color, cierta exuberancia, la sensualidad formal de casi todo lo que nos rodea, y entonces entiendo que estas características son también un reflejo de ella misma, reflejo que traduce formalmente en su trabajo y aplica a todos los aspectos de su vida, ya sea disfrutando de los atardeceres rosados de Los Ángeles, transformando una galería de arte en una florería, o recostándose desnuda en alguna superficie tibia, actividad que en sus propias palabras, es su forma favorita de ocio.·