Provenza DE ARTE
Al desvío de un arbolado camino de la Provenza FRANCESA, el Château La Coste se desvela majestuosamente. Una escapada perfecta para los amantes de la CREACIÓN, la arquitectura y la hostelería
Si hubiese que destacar a la vez uno de los proyectos artísticos y hoteleros mejor concebidos en Francia y, sin duda, en Europa evidentemente sería el de Château La Coste – Villa La Coste. Ambos han sido imaginados por el exitoso empresario irlandés Paddy McKillen, propietario, entre otros, del Claridges, The Connaught y The Berkeley en Londres. Su aventura con el Château La Coste comenzó hace unos quince años, cuando empezó a desarrollar los viñedos de forma biodinámica sobre una extensión de 200 hectáreas y el dominio como un destino internacional de arte, arquitectura y belleza natural en la Provenza. En el 2017 añadió a este espectacular proyecto la Villa La Coste, un hotel boutique de 28 lujosas suites (que en talla y armonía recuerdan a las suites de los Aman Resorts), de las que diez cuentan con piscina privada y unas vistas insuperables sobre la campiña provenzal. El hotel incluye dos restaurantes: el gastronómico, donde se pueden saborear productos locales y el regido por el chef argentino Francis Mallmann.
Sin lugar a duda, el parque de esculturas de arte contemporáneo y la arquitectura repartidas por todo el dominio constituyen el éxito mayoritario de la belleza de este lugar. Comenzando por la araña de Louise Bourgeois que recibe, imperiosa, al visi
tante a la entrada del terreno, sin olvidar las esculturas de Alexander Calder, Richard Serra, la capilla y el centro de arte de Tadao Ando o el pabellón de música de Frank Gehry, todo está pensado para maravillar al espectador. El recorrido a pie a través del campo dura unas dos horas y un poco menos con la ayuda de un buggy sobre algunos tramos. Este agosto se inaugurará la instalación Isla Singular de Jean-Michel Othoniel. Esta se tratará de un diálogo poético con el edificio ya existente de Renzo Piano, una intervención en este paisaje natural alrededor y al interior de dicha construcción, a base de un mar de ladrillos de vidrio de tonos marinos. La exposición durará hasta el otoño. Apenas se necesitan unas horas para sentirse embriagado por la sensación de bienestar y dulzura de vivir de este lugar intimista y único, situado a pocos minutos de la ciudad de Aix-en-Provence. Idealmente se requieren tres días para disfrutar plenamente de esta experiencia insuperable. ·LORENA VERGANI