Mujer y poder,
Teresa Ruiz interpreta a la mítica REINA que se abrió camino entre los soberanos de la droga, en la serie Narcos: México. En su PAPEL como Isabella Bautista, ha tenido que explorar las complejidades que enfrenta la AMBICIÓN femenina en un mundo dominado p
Gia Coppola fotografía a Teresa Ruiz: la mítica reina que se abrió camino entre los soberanos de la droga, en la serie Narcos: México.
Fuerte y vulnerable. Una dualidad que la ha distinguido durante la producción de Netflix y que puedo reconocer también fuera del personaje. Han pasado casi dos décadas desde que Teresa Ruiz dejó su natal Oaxaca, siendo una niña de 12 años, y hoy está convertida en una mujer con poderoso encanto latino que se abre camino en Hollywood. Su destino estaba lejos de los caminos de tierra de Santiago Matatlán, por los que la actriz creció corriendo y jugando con sus primos. Recuerda ayudar a su mamá a embotellar mezcal: “Lo succionábamos con la boca por el tubo de un tambo a granel y lo pasábamos a las botellas que luego mi mamá vendía”. También la recuerda a ella vestida de tehuana, lista para la Vela “con su tocado de flores en la cabeza y a mi papá llevándola del brazo, me decían que cuando creciera también me llevarían”, me comparte Teresa.
A principio de los años setenta sus tíos paternos migraron a California, eran parte de uno de los primeros grupos de oaxaqueños que en la búsqueda de una mejor suerte transitaron al otro lado de la frontera. “Yo desde muy niña iba y venía de Los Ángeles porque en nuestra familia era ya muy normal movernos entre los dos países. Así crecimos casi todos los primos, como a los 12 años mi papá decidió mudarnos formalmente a Ciudad Juárez, y que yo cruzara diario para ir a la escuela en El Paso, Texas”. Fue así que terminó estableciéndose en Estados Unidos, y no regresó a México hasta que finalizó sus estudios y comenzó a trabajar como actriz. No es fortuita esa mirada afilada y esa firmeza de carácter. Estas migraciones curtieron su seguridad dentro y fuera de escena. No solo fue enfrentar el conflicto de identidad al que suele estar expuesto cualquiera que migra a una edad temprana, “criarte en otro país, adoptarlo como tuyo y ver al propio como lejano es algo extraño, sobre todo cuando estás creciendo”. En la etapa adolescente este choque interno se agudizó. “Recuerdo sentirme diferente a la mayoría de las muchachas populares de mi escuela, yo con mi cuerpo un poco más ‘llenito’, no medía 1.70 ni tenía la piel como porcelana. Cuesta mucho entender que ser diferente está bien, que ser moreno trae consigo un orgullo y una tradición en vez de un estigma, y que hablar español e inglés medio revueltos tampoco está tan mal”.
Ella se ha hecho fuerte a sí misma, con el mismo ímpetu con el que ha ido construyendo uno de sus papeles más importantes hasta ahora: Isabella Bautista, que nos dará mucho más en la segunda temporada de Narcos: México, cuya producción está en curso actualmente. Una mujer inspirada en Sandra Ávila Beltrán, la “Reina del Pacífico”, que durante los años ochenta movió importantes hilos en lo que entonces llamaban “la alta sociedad narca”. Fue la primera mujer narcotraficante que creó un imperio propio, a pesar de enfrentarse siempre a un mundo gobernado por hombres.
ELLA ESTÁ CONSCIENTE DE QUE FORMAMOS PARTE DE UNA SOCIEDAD AÚN ALETARGADA POR EL MACHISMO: “EL PATRIARCADO HA TRAÍDO TANTOS ABUSOS Y TANTAS VÍCTIMAS QUE ES MUY IMPORTANTE QUE TODAS LAS MUJERES MEDITEMOS MÁS SOBRE ESTO, Y COMENCEMOS A ENCONTRAR NUESTRAS PROPIAS FORMAS PARA CONSEGUIR QUE LA SITUACIÓN CAMBIE”
AUNQUE SU ATRACTIVO ES INDISCUTIBLE, NO SIEMPRE SE SINTIÓ CÓMODA EN SU PROPIA PIEL. “LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN PROMUEVEN CÁNONES DE BELLEZA QUE NO REFLEJAN A LA MAYORÍA, POR ESO ES TAN IMPORTANTE MOSTRAR DIVERSIDAD. DE ESTA FORMA AYUDAS A NIÑAS QUE (COMO YO EN LA ADOLESCENCIA) SE SIENTEN INADECUADAS Y MUY POCO REPRESENTADAS”
La primera temporada fue un atisbo de este personaje. “Apenas sospechamos sus motivos, lo único que entendemos por ahora es que es una mujer inteligente que busca abrirse camino en el mundo de machos en el que vive. Su inteligencia aún no se revela en avaricia, egoísmo y la sociopatía que caracteriza a este tipo de personajes en el mundo del narco”, puntualiza la actriz. Una interpretación que la ha llevado a mirar muy de cerca las dificultades de una mujer con hambre de poder en un país como el nuestro. “Por generaciones, las mujeres han sido castigadas cuando se comportan como si merecieran poder, se les sataniza, se les trata de hacer ver masculinas, se les cuestionan sus motivos, sus modos, se les bloquea”, afirma Ruiz, cuyo personaje es un enigma en el que cohabitan la sensualidad y la astucia. “La lucha de Isabella en contra de este statu quo es de las mejores líneas de historia que ha tenido la serie, y es definitivamente una de las partes que junto a las demás mujeres que trabajan en la serie (como nuestra productora Jesse Moore), disfrutamos más desarrollar”.
Para Teresa no es de sorprender que de una u otra forma el machismo ha orillado a muchas a preferir pasar inadvertidas. Pero ella no lo hace. Es una estrella en ascenso, que tras el éxito de Narcos: México y su participación en otras producciones como The Last Ship, The Delivery y Aquí en la Tierra, se ha unido al reparto de La casa de las flores y para el otoño tiene planes de trasladarse a Japón para filmar una película de acción y fantasía, con Sion Sono y Nicolas Cage… Una belleza mexicana destinada a romper fronteras.