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La colombiana Gala Porras-Kim es una de las ARTISTAS que participan en la Bienal del museo Whitney. Su OBRA cuestiona la relación entre las instituciones culturales y las piezas que resguardan
La colombiana Gala Porras-Kim es una de las artistas que participan en la Bienal del museo Whitney. Su obra cuestiona la relación entre las instituciones culturales y las piezas que resguardan.
Muchos de los días de infancia de Gala Porras-Kim (Bogotá, Colombia, 1984) transcurrieron entre bibliotecas y colecciones particulares; merodeando entre escritorios, libros y documentos históricos. “Mi padre es filólogo y a menudo me llevaba con él a hacer sus investigaciones, desde muy chica aprendí a catalogar muy bien las cosas”, señala a Vogue. Vivió en Colombia hasta los 11 y un año después emigró a Los Ángeles, ciudad donde actualmente vive y trabaja. Llegó junto a su madre, una académica de origen coreano que realizaba un doctorado en la Universidad de California y de quien adquirió un profundo interés por México: “Se la pasaba leyendo autores mexicanos. Tenía una obsesión con la obra de Sor Juana”, cuenta.
Aquellas experiencias familiares derivaron en los pilares de su práctica artística, que tiene marcados intereses por temas como el lenguaje, los archivos y, sobre todo, el rol de las instituciones: “Me interesa mucho explorar la manera en la que los museos están contextualizando las piezas arqueológicas de otros países”. Lo anterior puede ejemplificarse con un proyecto que está en constante desarrollo, An Index and Its Settings, bajo el cual ha llevado a cabo una investigación alrededor de la colección
Proctor Stafford del museo LACMA. Se trata de un acervo conformado por 235 figuras y vasijas de cerámica provenientes de las costas del Pacífico de México. “Sabemos más de las piezas como algo que forma parte de un patrimonio que por lo que realmente son. Cada una está asociada al nombre de una persona (el coleccionista Proctor Stafford), que ganó mucho capital cultural, beneficios fiscales y dinero cuando la vendió al museo. Explorar cosas como esas me interesan porque son formas en las que operamos actualmente”, dice.
A ese tema, Porras-Kim le dedicará nueve meses a partir de septiembre, pues este año fue seleccionada como una de las 50 acreedoras de la prestigiosa beca del Radcliffe Institute de Harvard: “Me dedicaré a revisar las colecciones de cerámica que provienen del Oeste de México y que actualmente se encuentran en Estados Unidos. También el marco legal que tienen, porque muchas de esas piezas pertenecen a una colección con un nombre estadounidense y no se mostrarán nunca más en su país de origen”, dice sobre el enfoque que le dará a su participación en el programa. Por lo pronto, parte de su trabajo puede verse hasta el 22 de septiembre en Nueva York, en la Bienal del Museo Whitney, donde las curadoras Jane Panetta y Rujeko Hockley seleccionaron una serie de piezas que elaboró a partir del monumento Estela 1 de La Mojarra (que presenta jeroglíficos de tradición pre maya y post olmeca que aún están siendo descifrados por investigadores). Mientras que, a partir del 27 de octubre desplegará su faceta como curadora en la exposición del programa Open House del museo MOCA de Los Ángeles,
memoria.·FELIPE bajo el cual el recinto invita a artistas a montar una exposición a partir de la exploración de las piezas de sus archivos. Algo que no le es ajeno desde que tiene