MIX Master
Al combinar el pasado y el presente, lo lujoso y lo común, el uptown y el downtown, Julien Dossena ha marcado el comienzo de una fabulosa NUEVA era en Paco Rabanne
“¡Julien! ¡Julien! ¡Mira a la cámara!” Julien Dossena, el director creativo de 36 años de Paco Rabanne, está acostado en su cama jugando Tomb Raider, aparentemente indiferente a los ruegos del fotógrafo Nigel Shafran. Pero no es que sea grosero, o tímido. Él está concentrado en su Play Station. Hay una consola en su habitación y otra en la sala. “No soy un adicto”, dice un poco más tarde, apagando su décimo cigarrillo de la tarde. “Jugué cuando era adolescente, y todavía lo hago, porque es mejor que el Xanax. Estás viviendo otra vida en un segundo, tu cerebro se va a otra parte”. Cuando Dossena y su equipo se toman un descanso de la sesión fotográfica, se dispersan en la sala de estar, disfrazados de Paco Rabanne, listos para ir a un club nocturno. La suite de sillas y sofás Togo de cuero negro de Michel Ducaroy crean una elegante atmósfera de albergue para indigentes. El humo del cigarrillo es espeso, con paquetes esparcidos en las mesas laterales de Gaetano Pesce luchando por el espacio con barras de chocolate Valrhona. “Oh, ¿entonces vamos a tener una fiesta?”, pregunta Shafran.
Para Dossena, que con frecuencia organiza cenas improvisadas aquí para amigos y miembros del equipo, es solo otro día en la oficina lejos de la oficina. Hoy están presentes su asistente personal, Angie Rubini; su mano derecha de estudio, Jean-Philippe Chemin; la cantante estadounidense Kelela; la modelo Emmy Rappe; el DJ Benoît Heitz, que se hace llamar Surkin; y la actriz nominada al César, Marina Foïs. Aunque el apartamento de tres
habitaciones en París está repleto de ropa, vapor, catering y equipo fotográfico, Dossena mantiene una calma prematura. Cuando Chemin sale a mostrarle a su jefe el look que ha creado –una piel esponjosa de Paco Rabanne con pantalones ajustados estampados de cuadros–, de la colección femenina, Dossena parece orgulloso. “Se ve tan lindo, ¿no lo crees?”.
Las grandes pieles y los cuadros escoceses pueden sorprender a los aficionados de Rabanne como referencias extranjeras. Quienes recuerdan el apogeo de la marca en los años sesenta probablemente se imaginen los conjuntos espaciales de Jane Fonda, en los tiempos de Barbarella, o la escena de apertura de la película de William Klein Who Are You, Polly Maggoo? con modelos envueltas en láminas de metal de Paco Rabanne. Aunque era una estrella indiscutible de la moda de la era espacial, Rabanne (nacido como Francisco Rabaneda) se desvaneció en una relativa oscuridad en las décadas siguientes, salvo, quizás, por sus siniestras profecías. En el libro que publicó en 1999, poco después de retirarse de la moda, Rabanne predijo que, antes del cambio de milenio, la estación espacial rusa Mir se precipitaría sobrela tierra y se estrellaría contra París, arrasando la ciudad y, en buena medida, algunas pequeñas ciudades del suroeste de Francia.
Al margen del cataclismo, la familia Puig, propietaria de la marca, intentó relanzar la casa de moda Paco Rabanne en 2005, primero con el diseñador Patrick Robinson al timón, luego con Manish Arora en 2011, y de nuevo con Lydia Maurer en 2012, pero ninguna de ellas generó excitación. Dossena, que comenzó a diseñar como freelance en Paco Rabanne en 2013, fue el único que consiguió convertir la marca en algo amplio, diverso y que se pudiera vestir, con ropa que va desde pantalones delgados a trajes afilados de, sí, metal. Dice que cuando consiguió el trabajo intentó reimaginar cada pieza de ropa en un armario contemporáneo. “Hoy, ¿cuál es la chamarra de Paco Rabanne? No es una cosa hecha a la medida con pequeños botones couture. ¿Qué tal una bomber a la medida? ¿Una chamarra de mezclilla con un pequeño toque de plata?”
Él prestó especial atención a la ropa activa, haciendo referencia a las fragancias actuales de Paco Rabanne, con nombres como Invictus y Olympéa. Este engranaje de menor rango de precios se muestra junto con las colecciones de pasarela más formales; para el otoño, el mismo estampado cabbage-rose que adornaba los vestidos de malla brotó en pantalones cortos y faldas. “Todo lo que diseña Julien tiene su sentido práctico”, dice Foïs, quien viste los trajes metálicos de Paco Rabanne en la alfombra roja, y las gabardinas, los trajes y las botas el resto del tiempo. “La ropa siempre tiene una silueta fuerte, pero puedo moverme en ella”, afirma la actriz.
Dossena creció principalmente en Bretaña, en una pequeña ciudad llamada Le Pouldu –”en bretón, significa agujero negro, así que puedes imaginarlo”, dice–. Era un nerd de niño. “Dibujaba todo el tiempo. Tenía una obsesión con las ballenas, dibujando diferentes especies con mucha precisión. Luego me concentré en las lanchas rápidas: el motor, el volante, una pequeña ventana. Y luego fueron figuras”.
Poco a poco se enfocó a los personajes femeninos, como a las mujeres atrevidas que descubrió en el escondite de cómics italianos de su padre, mujeres que, para él, parecían “tan increíblemente poderosas, como superhéroes”. En su adolescencia, revistas británicas como i-D, The Face y
Dazed & Confused le dieron a Dossena el primer sabor real de lo que se convertiría en su vocación. Para ese entonces, él estaba surfeando y patinando, y había desarrollado un amor duradero por Carhartt. (La sensata practicidad de los trajes de calle de los años 90 todavía demuestra cómo se viste Dossena, chamarras simples, jeans, camisetas y Stan Smiths). “Fui lento para ponerme a la moda porque la industria me asustó un poco”, recuerda. “Es un mundo intimidante, pero sabía que con la moda podía dibujar, dirigir y curar”.
Así, Dossena consiguió un puesto en la escuela de artes visuales de La Cambre, en Bruselas, donde estudió moda y se graduó con un máster; ganó el premio especial del jurado en el prestigioso Festival Internacional de Moda y Fotografía de Hyeres por su colección de estudiante, en 2006, y con este una invitación para crear una colección para la marca francesa de consumo en masa Etam. Pero Dossena tenía la mente puesta en Balenciaga, en la cual Nicolas Ghesquière tenía entonces una racha de casi una década. “Comencé a recibir ofertas de otras marcas, pero me negué, recuerda Dossena. “Llamé a mis padres y les dije: ‘Okay, van a tener que confiar en mí.
Para llegar a Balenciaga, puede que tenga que volver a hacer prácticas, así que por favor, quédense conmigo un momento más, les prometo que será la última vez”. Con la ayuda de la compradora de moda Maria Luisa Poumaillou, finalmente se le ofreció una pasantía en 2008, y poco después un trabajo
“UN MES PUEDO ESTAR TOTALMENTE OBSESIONADO CON EL MINIMALISMO, PERO TAMBIÉN ME ENCANTA EXPLORAR EL VIEJO GLAMOUR”
adecuado como diseñador senior. Pierre Hardy, quien diseñó la línea de zapatos de Balenciaga en esa época, recuerda cómo Dossena era “tan serio, siempre totalmente concentrado en el ajuste de la ropa, muy sensible al cuerpo”.
En 2012, antes de que él y Ghesquière dejaran Balenciaga, Dossena lanzó una pequeña línea propia llamada Atto, que se centró en la sastrería y en básicos diseñados a la moda, como las túnicas de gabardina y blusas de algodón blanco. Poco después, la estilista Marie-Amélie Sauvé, que trabajó con el equipo de Balenciaga, presentó a Dossena a Marc Puig, director general de Paco Rabanne. Ocho meses después de unirse al sello, Dossena fue ascendido a director creativo de tiempo completo, y Atto tuvo que irse. Dossena dice que construyó las diferentes divisiones de Paco Rabanne como pilares, centrándose en la longevidad y la practicidad más que en los trucos. “El mejor consejo que recibí fue el de Nicolas, quien dijo: “Sabes, entrar en la prensa ya es difícil, y algunas personas nunca llegan allí. Estoy seguro de que tú lo harás. Pero si fallas después de eso, estás acabado. No tienes muchas segundas oportunidades, así que tienes que durar. Si puedes estar allí en 10 ó 15 años, es cuando consigues algo; siempre lo he tenido en cuenta”. Seis años después, Dossena está en camino. Las ventas de Paco Rabanne en 2018 duplicaron las de 2017, y se espera el mismo ritmo de crecimiento para 2019. “En la moda, hay buenos y malos tiempos; Puig me dijo. “Tienes que vivir con ello. Pero este tipo está en llamas:’ Recientemente, Dossena ha complementado su elegante ropa deportiva con vestidos de corte sesgado y trajes crujientes en exuberantes estampados, vestidos de corpiño largos de coctel con colas dramáticas, y ropa casual de inspiración militar glamorosa. También ha colaborado desde 2016 con la leyenda del diseño gráfico Peter Saville en una colección de camisetas. “Me aburro si hago lo mismo”, dice. “Un mes puedo estar totalmente obsesionado con el minimalismo, pero también me encanta explorar el viejo glamour”.
En el momento en que las fotografías terminan, el sol está comenzando a ponerse. Dossena enciende el par de lámparas de mesa Gae Aulenti Patroclo que compró en eBay hace siete años. “Son como cascos de buceo, y me encanta la luz dorada que emiten”, dice. “Nunca más los encontraría”. Dice que echa de menos tener tiempo para buscar cosas a bajos precios, pero no se queja. Al despedirse de todos, se pone un poco sentimental. “En la moda, tienes que estar completamente preparado para cuando llegue tu momento, así que he seleccionado a personas, una por una, que comparten la misma ambición y visión que yo, que entiendan lo que quiero decir y creen en mí, pero a las que también quiero”, dice. “Eso es lo que más me enorgullece”.