Un Edén en HOLBOX
Una edificación mágica –instalada en unos de los PARAÍSOS mexicanos más reconocidos– es donde se encuentra Punta Caliza, un espacio de alojamiento en el cual el OBJETIVO primordial es hacerte sentir como en casa, una obra de la joven arquitecta Claudia Muñoz
Al crecer en un ambiente creativo, con un papá arquitecto y una mamá pintora, para Claudia fue fácil expresarse a través de las artes. Decidió estudiar arquitectura, en la que a pesar de no estar segura que eso era lo que quería dedicarse, sabía que esa carrera le daría las bases necesarias para desenvolverse en cualquier otro aspecto creativo si es que decidía cambiar de opinión. “En más de una ocasión pensé en cambiar de decisión, pero cada que intentaba alejarme me daba cuenta de lo enamorada que estoy de la arquitectura y que no hay otra cosa que me gustaría hacer más”, dice. Su inspiración la encuentra en lugares, le gusta viajar y para ella entender los lugares a través de su historia y su arquitectura –cuando es bien lograda– es una experiencia que puede llegar a impactar a muchas personas.
A pesar de tener 25 años y estar empezando su carrera laboral, el primer proyecto en el que trabajó, Punta Caliza, tiene un gran significado en su vida pues junto con sus padres decidieron empezar el proyecto que tantos años soñaron, y qué mejor que en la isla de Holbox en la que quedaron atrapados por su magia y su lejanía con la realidad al emprender un viaje familiar.
Punta Caliza es un hotel con el simple objetivo de hacerte sentir como en casa, un espacio donde la gente pueda explorar el lugar del que Claudia y su familia se enamoraron. El terreno está rodeado por un manglar y alejado del mar, todas las habitaciones abren directamente a un patio inundado evitando depender del mundo exterior. El uso de materiales como la madera de cedro rojo –árboles que su familia sembró hace 28 años– y chukum, un material de la región utilizado en construcciones prehispánicas y reinterpretado en Punta Caliza, le dan un significado diferente a este proyecto pues el concepto de hospitalidad se vuelve más personal. “Nunca creí que la hospitalidad fuera tan bonita, o para mí. Pero este tiempo en Punta Caliza me he enamorado por completo. Es gratificante y aterrador”, explica la arquitecta mexicana. Sin duda, una visita a este maravilloso hotel es una experiencia inolvidable, en la cual el diseño mexicano y la pasión de esta talentosa arquitecta se reflejan en el ambiente.
Para Claudia Muñoz sus retos no terminan aquí, pues además de haber aprendido muchísimo de todas las experiencias que le regaló este mágico hotel, su tiempo se lo
·MARÍA quiere dedicar a su taller de arquitectura (VAGO) y a seguir estudiando, enfocándose en la cerámica para poder aplicarla en sus próximos proyectos. ZAMORA