Raquel Berrios
Para la serie Têt-a-Teta, Agustina Ferreyra habla con la CANTANTE acerca de la importancia de la familia, Puerto Rico y su música como herramienta para ser FELIZ
Recuerdo bien el día en que conocí a Raquel. Fue en una fiesta de unos amigos en común en Puerto Rico. Después de nadar un rato nos sentamos en unas escaleras, ella agarró una guitarra que estaba por ahí y empezó a tararear canciones que se transformaron en una versión impromptu de Iko Iko de las Dixie Cups, y ahí estábamos todos mirándola y tarareando con ella. Recuerdo también pensar lo bella, magnética y talentosa que me parecía, así sin pretender mucho, naturalmente espectacular, como pocas personas pueden ser. Era la primera vez que la veía, y no sabía mucho sobre su vida, aparte de que había estudiado arquitectura pero era diseñadora y a veces DJ, tenía un novio que era músico y productor y se llamaba Luis, y juntos vivían en Brooklyn. Recuerdo también, tiempo más tarde, enterarme que Raquel y Luis habían empezado un proyecto que se llamaba Buscabulla, y escuchar Métele, uno de sus primeros sencillos, y pensar en ese día de la piscina y cómo lo que estaba oyendo era bastante similar a ese recuerdo que tenía de Raquel; refrescante, sexy y diferente a todo lo que había escuchado, o a lo que tradicionalmente asociaba con la música que se hacía en Puerto Rico y desde su diáspora. Buscabulla es un dúo experimental conformado por Raquel Berrios y Luis Alfredo Del Valle. Su música es una ingeniosa y sensual fusión entre funk, pop, R&B, y algunos guiños a la salsa, el reguetón, la bachata e influencias electrónicas. Ambos se conocieron por primera vez en el 2011, y al poco tiempo ya estaban trabajando
juntos. En el 2014 lanzaron su primer EP homónimo bajo el sello Kitsuné, coproducido por Devonté Hynes de Blood Orange, a quien personalmente admiro mucho (por no decir amo) y cuya música y producciones ocupan gran parte de mi Spotify, mientras que su segundo EP II se lanzó en enero de 2017 bajo su sello Baby Making Records.
Después de 10 ó 12 años de vivir en Nueva York, y tras haberle dado la bienvenida a su hija Charlie, Raquel y Luis decidieron mudarse de vuelta a Puerto Rico para trabajar en su primer LP que se lanzará en 2020 bajo el sello Ribbon Music. En 2017, y tras el paso del huracán María, el huracán categoría cinco que azotó a Puerto Rico causando la muerte de más de tres mil personas y provocando pérdidas estimadas en $91.61 billones de dólares, los artistas cofundaron el Puerto Rico Independent Musicians and Artists (PRIMA) una organización sin fines de lucro que apoya a los músicos y artistas independientes de Puerto Rico.
Entre emails y textos le pregunto a Raquel sobre lo que le emociona en estos días, y sin titubear me responde justamente eso; estar en Puerto Rico, haber vuelto, su casa, su familia, llevar a su hija a la escuela, meditar con Luis, estar en el estudio haciendo música juntos y con su banda, ir a la playa, comer rico. Y así, mientras hablamos sobre perder el tiempo en Instagram, cómo su música y su familia la hacen feliz, cómo cree que el fin del reguetón se aproxima, o cómo no tiene tiempo para una manicura pero cada que puede se escapa a comprar ropa usada, le pregunto sobre un consejo que le daría a alguien que quiere iniciar una banda y dedicarse a la música como ella, y el consejo que le daría a una versión 10 años más joven de sí misma y también, sin titubear, me responde que no perdería tanto tiempo en animarse a hacerlo; “Empecé a hacer música luego de los 30 y siempre pienso que, si hubiera tenido más agallas, lo pude haber empezado a hacer mucho más temprano en la vida. Tienes que ser bien honesta y no tener miedo a ser vulnerable y a evitar que cualquier opinión exterior afecte tu proceso creativo. En el arte y la música no hay reglas, y hay que saber entender lo que está sucediendo colectivamente
balance”.· pero tampoco dejar que eso te influencie demasiado al punto de perder tu originalidad. Todo en