Color y calor,
Cuando nos azota el SOL, mantenernos hidratados y recuperar nutrientes es vital. El agua es una MARAVILLA de la naturaleza, pero a veces no es lo que el cuerpo nos pide; aquí unas ideas para recuperar la CORDURA que el calor derrite, al tiempo que disfrut
En verano es simple ser buen anfitrión. La necesidad de salir al menos por unos instantes del estado de estupor que ocasiona el calor extremo hará que nuestras visitas nos estén enormemente agradecidas con que solo les sirvamos algo muy frío, que sepa rico y se vea bien. Es cuestión de echar un buen puñado de cedrón en un tazón, cubrirlo con agua hirviendo y dejar que infusione. Cuando la infusión ya esté tibia, viértela en una jarra de vidrio, añade un poco de agua fresca, un poquito de azúcar moreno y montones de hielo. Guarda la jarra en el refrigerador hasta que lleguen las visitas, para que el hielo siga en estado sólido y todo alcance la temperatura perfecta, esa que permite que nuestros cerebros puedan nuevamente funcionar. Lo mismo se puede hacer con tres sobres de un buen té. Tus amigos te mirarán con ojos de infinita gratitud, como si les estuvieras sirviendo la ambrosía del monte Olimpo.
Puedes llegar aún más allá. Si tienes un dispensador de agua de vidrio, prepara aguas saborizadas. Llénalo de agua y añade rodajas de cítricos, bayas, fresas, hierbas aromáticas, incluso pepinos. La combinación es libre; lo importante es que el recipiente se vea colorido y alegre, y que el agua adquiera un delicado sabor. El objetivo es promover la hidratación a toda costa. Si tienes un rinconcito al que le dé el sol directamente, prepara ahí una jarra de sun tea, la bebida del sur de los Estados Unidos en la que es el sol quien cocina. Disuelve azúcar con agua caliente en un tazón, añade agua fría, agrega rodajas de duraznos, manzanas y limones, hierba buena y té negro. Cubre la jarra con plástico film y deja reposar bajo el sol un mínimo de dos horas, un máximo de cinco. Luego llévalo a la sombra y sírvelo sobre hielo.
Cuando se trata de preparar bebidas individuales, el frío, además de aportar frescura, aporta belleza. Aprovecha la hermosura que adquiere el vidrio pavonado por el frío, y ten siempre algunos vasos en el congelador. Coloca en la hielera bayas, hierbas aromáticas y flores comestibles, y llénalas de agua; tendrás hielos coloridos y fragantes para embellecer un vaso al instante. O sal a la calle y refréscate con un vaso de frescura e identidad, con una bebida tradicional latinoamericana. En nuestro país puedes encontrarte de horchata o aguas frescas: de frutas, nutritivas y coloridas, o de flores de jamaica. En Perú, una chicha morada –maíz morado,
boca.·ALESSANDRA especias y limón– y, si tienes suerte, un vendedor de guarapo, en su versión callejera: jugo de caña recién estrujada en un trapiche ambulante, música para la
LAS FLORES DE HIBISCO DEL AGUA DE JAMAICA; LOS VITROLEROS O GARRAFAS, COLMADOS DE AGUAS FRESCAS EN TODOS LOS MATICES; EL VIBRANTE REFRESCO DE MARACUYÁ; LA CHICHA DE MAÍZ MORADO; LA HORCHATA DE ARROZ; EL GUARAPO EN SUS MUCHAS EXPRESIONES: LATINOAMÉRICA SABE BIEN CÓMO COMBATIR EL CALOR EXTREMO. CON COLOR, CON SABOR, CON UN BREBAJE DE UN FRUTO DE LA TIERRA