Talento VISIONARIO
La directora creativa del gigante Swarovski es la big boss de la CREACIÓN y un punto fundamental de esta marca austríaca que suma más de cien años de HISTORIA y tradición
Nathalie Colin, al frente de la dirección creativa de Swarovski –una de las marcas de bisutería más antiguas del mundo– es una mujer de fibra. Hace doce años que está al mando de un equipo de 50 personas, entre París y la sede en Wattens, Austria. En 124 años de historia, la marca sigue siendo mantenida por la familia fundadora, siendo hoy la quinta generación. “Mi papel como directora creativa es el de un maestro que destaca el talento de cada uno, creando una sinfonía perfecta entre todos”, cuenta Nathalie a Vogue en el showroom de la marca en París. Con la responsabilidad de crear dos colecciones al año –y de generar la venta de mil millones de euros para cada una–, el negocio aquí es serio. Entre joyas, relojes, accesorios y piezas de decoración para el hogar, cada línea cuenta con más de mil referencias. ¿De dónde viene la inspiración y disposición para tanto? “Mis viajes por el mundo, exposiciones de arte, música, mi hija de 15 años, mis amigos artistas, la moda... Todo me encanta y me hace viajar en el tiempo”, explica. La colección Otoño-Invierno, titulada Magic Light, nos lleva a Islandia y su universo de luz y sombras. “Creamos talismanes con ojos griegos brillantes que nos protegen, estrellas, lunas y galaxias infinitas, además de una pizca de espiritualismo con cartas de tarot y astrología, todo muy simbólico”, detalla. “Tengo una relación muy cercana con lo místico. Soy muy sensible a lo que es mágico. Mi deseo es que la digitalización del mundo mantenga el lado humano y los intercambios entre las personas. (...) Que el mundo sea un poco más sparkling”, finaliza.