Tierra de DIOSAS
Justo en la costa sur de SICILIA, tierra natal de Domenico Dolce, y con el templo de la Concordia como escenario, en el Valle de los Templos, Dolce & Gabbana presentó su colección de ALTA MODA Otoño Invierno 2019. Ahí, un grupo íntimo de invitados descubr
Existe algo en la atmósfera que rodea a los desfiles de Dolce & Gabbana de la cual no goza ningún otro show en cualquier parte del mundo ni semana de la moda. La historia italiana que se cuenta detrás de cada colección de Alta Moda de Domenico Dolce y Stefano Gabbana, se amalgama a la perfección con los escenarios majestuosos y tradicionales que las sustentan y dan vida desde 2012. Ya sea en el lago de Como, la plaza Pretoria o la Scala de Milán, la firma italiana presenta siempre, y de principio a fin, una lección magistral en moda y destreza artesanal.
Para Alta Moda Otoño Invierno 2019, un grupo íntimo de invitados se trasladó justo al filo de las grandes escaleras del templo de la Concordia, en la zona conocida como el Valle de los Templos, en la ciudad de Agrigento al sur de Sicilia, donde se alzan siete templos de estilo dórico construidos entre los siglos VI y V a.C., y catalogados como los más antiguos y mejor conservados en el mundo fuera de Grecia. Sobre una gran plataforma de madera que evitaba vulnerar el piso de este Patrimonio de la Humanidad reconocido por la Unesco desde 1997, desfilaron 125 looks coronados con las piezas de la colección Alta Gioielleria, presentada una noche antes.
Al punto de las 8 de la noche, mientras el sol descendía sobre las columnas del templo y pintaba el ambiente sacro de un dorado fulgurante, una orquesta conformada por mujeres arpistas
que evocaban a las vírgenes vestales que cuidaban el fuego sagrado dio inicio al desfile con sus primeros acordes. En él, la inspiración fue certera: la influencia de raíz que tiene Grecia en la historia de Italia y, sobre todo, la poderosa figura femenina en esta cultura milenaria. La armadura de Atenas, el arco de
Diana, todo fue contado y materializado por sus creadores y admirado por los invitados al desfile.
“Alta Moda es lo mejor de lo mejor… Eso es un hecho, pero más que eso, es amor. Todo viene del corazón y la Alta Moda y
Alta Sartoria son las más grandes expresiones de ello”, contaba
Domenico previo al show en el que, debido a los dos años que tardaron las negociaciones para presentar la colección en tan imponente lugar, se lograron crear piezas únicas de detalles exquisitos. Vestidos largos y cortos, capas, con transparencias, bordados y armaduras rematadas con escudos y flechas. Looks que, a simple vista parecían sencillos, pero escondían técnicas que solo los más experimentados artesanos podrían replicar, hasta creaciones tan exacerbadas como la propia mitología griega, desfilaron entre las columnas del que también fuera un templo cristiano en el siglo VI.
El blanco y dorado fungieron como protagonistas, abriendo el paso a frescos y piezas estructuradas, mientras que motivos de vasijas griegas, columnas y meandros en infinitos metros de fastuo
sas telas como seda, lino, terciopelo, encaje y tul, se mezclaron con plisados, bordados, drapeados y técnicas tan precisas como la intarsia para crear volutas, hojas de acanto y figuras humanas. Se posaron guirnaldas de diferentes dimensiones y materiales en los peinados de las modelos, así como reproducciones a escala de esculturas y bustos que también encontraron su lugar en las amplias faldas de una parte de la colección. Los pies fueron cubiertos solo por sandalias y gladiadoras de acabados dorados e incrustaciones minerales, olvidándose completamente de los tacones.
Las pinturas neoclásicas de Jacques-Louis David y Jean-Antonie-Théodore Giroust hicieron presencia en amplios vestidos de gazar que se escondían parcialmente del espectador hasta vislumbrarse en el ángulo correcto del recorrido. Marpessa Hennink, musa y directora de las colecciones de Alta Moda de
Dolce & Gabbana, cerró el desfile en un look de chifón blanco con detalles dorados, más de tres décadas después de posar justo en el mismo lugar para una campaña de la firma y frente a la lente del fotógrafo Ferdinando Scianna, mientras que Helena Christensen también desfiló en una túnica de tul negro y bordado de leopardo.
Al final del desfile, y como si se tratase de verdaderas estatuas vivientes, algunas de las modelos posaron sobre pedestales instalados entre las columnas del templo, haciendo alusión a legendarias cariátides, mientras que un quinteto posaba en las escaleras aún enfundadas en vestidos infinitos. Por su parte, los invitados se abrieron paso a una cena ofrecida entre árboles de olivo, y frente a los templos de Juno y Concordia enmarcados en una postal iluminada por los rayos de la luna que ascendía sobre el cielo, mismo que ha visto el surgimiento y caída de civilizaciones milenarias sobre la tierra siciliana.
Tras siete años de crear colecciones de Alta Moda, Dolce & Gabbana no deja de sorprender con su interminable fuente de inspiración confinada a un limitado espacio territorial, pero de riqueza cultural infinita. Tampoco con su propuesta que parece entender perfectamente a sus clientes, aquellos fieles consumidores de piezas que encajan en los gustos más discretos, pero sofisticados, hasta los que gozan de saberse acreedores de las fantasías más suntuosas de estos diseñadores. Seis meses después, Domenico y Stefano seguro se las ingeniarán para mostrar su herencia de una forma diferente
2020?· como en cada colección, si no es que ya tienen varias ideas en la mente. Sin embargo, aquí la pregunta es: ¿a qué parte de
Italia y momento de su historia nos llevarán en