VOGUE (México)

Un nuevo norte,

Conocida por su cultura emprendedo­ra, la capital de Nuevo León se perfila como un REFERENTE del arte y la cultura en nuestro país. Mano de obra e IDEAS de exportació­n nacional e internacio­nal, de Monterrey para el mundo

- Fotógrafa KARLA ACOSTA

Hacemos un recorrido por la ciudad de Monterrey, una urbe conocida por su cultura emprendedo­ra, la capital de Nuevo León se perfila como un referente del arte y la cultura en nuestro país.

1951, 15:00 hrs, Monterrey, Nuevo León, el silbato de salida suena en la Fundidora de Fierro y Acero, los trabajador­es se preparan para cambiar de turno, el acero caliente se vierte sobre moldes gigantesco­s para crear vigas, varillas y estructura­s que todavía hoy soportan una cantidad innumerabl­e de construcci­ones en el país y otras partes del mundo. Monterrey es conocido por su emprendimi­ento, por ser cuna de líderes empresaria­les como Eugenio Garza Sada, Lorenzo Zambrano, Manuel L. Barragán y más, que, junto al esfuerzo de una comunidad incansable, construyer­on lo que hoy es un estado pujante que crece, año con año, entre un 2.5 y 3% en su producto interno bruto, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía y Trabajo de Nuevo León en 2018.

Con el crecimient­o de industrias como la acerera, cementera y vidriera, y el paso de las décadas desde esta explosión industrial a lo largo del siglo XX, el arte y la cultura encontraro­n la manera de instalarse en la Sultana del Norte. Un ejemplo perfecto es MAR

CO –Museo de Arte Contemporá­neo–, que gracias a la iniciativa privada y bajo el diseño del arquitecto mexicano Ricardo Legorreta, fue inaugurado el 28 de junio de 1991. Su objetivo, desde su concepción, es acercar a la comunidad regiomonta­na al arte con énfasis en las artes visuales de México y América Latina, aunque por sus salas también han pasado artistas internacio­nales como Ron Mueck, Spencer Tunick y Loretta Lux. A partir de septiembre de este año, MARCO es dirigido por la historiado­ra de arte Taiyana Pimentel, quien asegura que tanto en Monterrey como en el norte de México y la frontera con Estados Unidos, late una escena artística pujante, en la que existen galerías independie­ntes importante­s y un movimiento artístico reflejado en sus institucio­nes educativas. Al frente de este recinto, Taiyana tiene como objetivo profesiona­l dar prioridad a la investigac­ión y curaduría dentro del museo, continuar con la investigac­ión de coleccione­s privadas en la región y, sobre todo, dar entrada a artistas nacio

nales con reconocimi­ento notable en el extranjero como Mario García Torres, Miguel Calderón, Teresa Margolles y Pedro Reyes, quienes contarán con exposicion­es individual­es para 2020.

Pero MARCO, como pionero en gestión institucio­nal al norte del país, no es el único espacio de grandes dimensione­s que fomenta el arte y la cultura en la región. Las universida­des de Nuevo León generan, además de artistas plásticos, un público consumidor de arte. El Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectu­ra y Diseño de la Universida­d de Monterrey –UDEM–, inaugurado en 2013 y diseñado por el ganador del premio Pritzker, Tadao Ando, es un claro ejemplo de esto. La Puerta de la Creación, como se le conoce al umbral de concreto aparente de perfil rectangula­r, recibe a quienes visitan esta joya arquitectó­nica ubicada muy cerca de la Sierra Madre Oriental, mientras que el Edificio Estoa, inaugurado en mayo de este año y diseñado por la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao, funge como conector entre la ciudad y la universida­d con una parte de la plaza completame­nte pública, además de formar parte del Plan Maestro de Infraestru­ctura de la UDEM cuya visión es crear un campus peatonal y un pulmón verde para la zona poniente de la ciudad.

Bajo un sol incipiente que en verano puede hacer que el termómetro en Monterrey llegue a más de 45ºC, se mueve y transforma una sociedad que, más allá de cómo la perciban los extraños o se refleje en redes sociales, camina hacia delante sin detenerse. Y la prueba está en que, si dejamos de lado esas grandes edificacio­nes que promueven al arte, encontramo­s personas como Ana Pérez Escoto, fundadora y directora de la galería de arte contemporá­neo Peana, quien genera oportunida­des para la comunidad artística local y nacional desde noviembre de 2016. En el 169 de Vía Clodia, en la colonia Fuentes del Valle, se encuentra una casa que por fuera no irrumpe con la estética del vecindario, pero que en su interior desvela una lista de artistas que incluye a Tezontle, Tomás Díaz Cedeño, Ana Montiel, Eamon Ore-Giron, Federico Pérez Villoro y Alexis Zambrano, y la residencia para artistas Persona que, auspiciada por la Fundación Rockefelle­r, beca a artistas mexicanos para residir y trabajar durante dos meses en Nueva York, además de ofrecer alojamient­o a artistas extranjero­s en Monterrey y así llevar a cabo intervenci­ones no invasivas en zonas naturales de la región. “Existe una gran inquietud por parte de la comunidad regiomonta­na por aprender y expandir, por descentral­izar el arte de la Ciudad de México y demostrar lo maravillos­o de Monterrey y de su infraestru­ctura para el arte que no existe en otra parte del país”, dice Ana sobre la escena actual de la ciudad que se nutre de proyectos como Peana y Persona.

Al hablar de Peana, también es necesario mencionar a Monumento, una entidad de proyectos multidisci­plinarios y colaborati­vos que va más allá de la creación de branding compuesta por cuatro socios: Ricardo Tejada, CFO, Rik Bracho y Raúl Salazar, directores creativos y Eduardo Hernández, director de arte. Después de hacer el concepto e identidad gráfica de la galería y tener una concept store en conjunto llamada Materia, crearon con Catalina Escamilla y Rodrigo Odriozola F-A-M-A, Feria de Arte Mexicano Accesible, que busca generar nuevo coleccioni­smo y dotar a Monterrey de un nuevo sentido de pertenenci­a artístico. Raúl Salazar afirma que “Monterrey es una ciudad internacio­nalmente reconocida, que tiene el mismo potencial en el espectro del arte” y espera que F-A-M-A termine por redefinir la percepción de ciudad industrial y la lleve hacia una esencia más sensible en cuanto a diseño, arte, cultura y calidad de vida. En su última edición, celebrada en noviembre, F-A-M-A presentó el trabajo de 40 artistas nacionales y 12 galerías.

Monterrey también empuja la creación de moda con marcas como Coeur, de Karla Correa, que no solo se enfocan en el diseño, también en el impacto que esta industria tiene en el medio ambiente. Monterrey encabezó este año la lista de ciudades más contaminad­as de América Latina, de acuerdo con la Environmen­tal Protection Agency, por lo que la existencia de firmas como la de Karla representa­n un punto de partida hacia la concientiz­ación del grave problema que enfrenta la tercera ciudad más grande de México, y el planeta en general. Simplicida­d en los detalles y un argumento contestata­rio hacia el crecimient­o desmedido del fast fashion y su impacto en el medio ambiente, se entrelazan con textiles sustentabl­es y una línea de producción artesanal hecha en México en la que una sola persona concibe una pieza de principio a fin y bajo altos estándares de calidad, lo que permite un proceso ético, transparen­te y humano. Coeur representa un nuevo enfoque en la moda que se genera en el norte y es amigable con su entorno.

Es 1986 y la Fundidora de Fierro y Acero da un último silbatazo antes de cerrar sus puertas para siempre tras caer en bancarrota, décadas más tarde se convertirí­a en un lugar icónico para el arte y entretenim­iento de la comunidad regiomonta­na. Ahora, en sus 231 hectáreas de extensión residen la Cineteca de Nuevo León, el Centro de las Artes, un museo dedicado a la siderúrgic­a en Monterrey bautizado como Horno 3, y es la prueba fehaciente de que la industria, el avance y el emprendimi­ento van íntimament­e ligados con el arte en esta ciudad rodeada de montañas que, en lugar

lugar.·R. de ensimismar­se en sus logros empresaria­les, se diversific­a para mostrar a México y el mundo un nuevo norte, aunque la brújula no cambie de S.

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 ??  ?? Dcha., de izda. a dcha.: Ágora Poniente en el edificio de Tadao Ando en la Universida­d de Monterrey; el Edificio Estoa de Tatiana Bilbao que se inauguró el 6 de mayo de este año en la UDEM. Arriba, de izda. a dcha.: la entrada de MARCO con La Paloma, de Juan Soriano; patio interior del museo con escultura en bronce Sandía, 2002, de Ana Mercedes Hoyos. En página opuesta: el edificio de Tadao Ando en la Universida­d de Monterrey.
Dcha., de izda. a dcha.: Ágora Poniente en el edificio de Tadao Ando en la Universida­d de Monterrey; el Edificio Estoa de Tatiana Bilbao que se inauguró el 6 de mayo de este año en la UDEM. Arriba, de izda. a dcha.: la entrada de MARCO con La Paloma, de Juan Soriano; patio interior del museo con escultura en bronce Sandía, 2002, de Ana Mercedes Hoyos. En página opuesta: el edificio de Tadao Ando en la Universida­d de Monterrey.
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