El nuevo ritmo latino,
En sus manos el reguetón no es solo un género de música más, sino un vehículo que transporta mensajes, ideas y toda una revolución. Él es J Balvin.
Parte de una importante generación de artistas que están llevando el SONIDO de Latinoamérica a todo el mundo, J Balvin se ha convertido en una de las personalidades más importantes de la música actual. En sus MANOS el reguetón no es solo un género de música más, sino un vehículo que transporta mensajes, ideas y toda una revolución de identidad que parece no querer PARAR
Una revisión rápida a los listados de música internacionales más importantes arroja algunas cosas en las que vale la pena hacer hincapié. Una de ellas es la diversidad de sonidos que convergen en la cima: la industria musical dejó de pertenecerle al sonido genérico del pop estadounidense para darle paso a la más grande demostración de Xenomanía, aquella teoría del periodista musical Simon Reynolds que dicta que “en la era del internet, nada es extranjero”. En los primeros lugares hay pop, pero también hay hip hop, R&B, música electrónica y reguetón. Mucho reguetón. La segunda es ver cada vez a más latinoamericanos conviviendo en los primeros lugares de popularidad. Se trata de una nueva ola de artistas que continúan el legado comenzado por la popularidad de la música afrocubana en los años 40 y continuada por la mezcla de la música negra y latinoamericana en los 60 y el pop hecho en América Latina a finales del milenio pasado. Pero hay una diferencia importante, este nuevo puñado de artistas no se acomoda al sonido actual del mundo, sino que ellos mismos lo forjan. Y una de esas personalidades es J Balvin. “Los latinos venimos trabajando para que nuestra cultura, nuestro español, nuestras raíces, nuestras ideas sean respetadas, escuchadas y valoradas”, dice José Álvaro Osorio Balvin en entrevista para Vogue México y Latinoamérica, “todos en el mundo somos iguales y los latinos somos una fuerza muy grande para aportar al crecimiento del mundo”. Es, de hecho, una fuerza tan grande que él mismo se ha convertido en una poderosa voz de cambio cultural a través de su música. Es una parte importante de una comunidad de latinos que han logrado que los distintos ritmos de la región sean la constante y no más una extraña familiaridad.
“El sonido de hoy en día es una mezcla de nuestras culturas, de nuestras raíces, de lo que somos, de lo que inspiramos, de nuestro sabor y nuestro folclor, es el resultado de una diversidad de
costumbres y de talentos que han llegado a hacer una ola propia”. Y todo ello parece describir mucho de lo que hay en su música. De la mano de productores como Tainy o Sky, Balvin ha hecho referencia directa a otros ritmos que están en el ADN de Latinoamérica: desde el boogaloo nuyorican de los 60 hasta el rock en español de los 90, el dancehall jamaiquino de los 80 y más. Sabe cómo hacer una digna representación, porque conoce perfecto la historia que lo precede. La conoce tanto que, a diferencia de la ola de latinos que dominaron las listas antes que él, no sucumbe ante las exigencias del lenguaje. El español, dice, triunfa “por nuestro ritmo, por nuestro sonido, por nuestras letras fáciles y pegajosas, por la manera como narramos en nuestra música”. En un mundo dominado política y socialmente por las prácticas occidentales, él permanece auténtico y apegado a lo que cree: “Siendo real, nunca he usado máscaras, nunca me dejo llevar por la tendencia, al revés, intento crear, explorar, proponer, pero sobretodo respetando al otro, respetando su espacio, su escénica, tomando a la mujer como inspiración, con admiración, con fuerza”. Es algo natural, Balvin parece ir en contra de lo que dicta el resto. Cuando el algoritmo se ha convertido en aquel que decide qué es lo que escuchan las personas y cuando las playlists se han convertido en la oferta más común, él se toma el tiempo de crear discos con distintos conceptos. Siempre desde una perspectiva más holística que la de sus contemporáneos. Después de Real, La Familia y el éxito de Energía, Vibras y Oasis al lado de Bad Bunny, está listo para lanzar Colores, su quinto álbum de estudio. ¿Qué es lo que invierte en un disco nuevo? “Lleva mucho tiempo, lleva mucho amor, mucha dedicación, muchas, muchas canciones y luego sentarnos con mi equipo de trabajo e imaginar cómo va a ser el siguiente paso, luego escoger ente muchas canciones cuáles son las que deben estar en ese disco, escuchar, escuchar y soñar mucho”.
En Colores, Balvin cumplió un sueño más y al mismo tiempo conquistó un lugar enteramente nuevo para un género como el reguetón: el arte. Su portada fue diseñada por el legendario artista Takashi Murakami y, tal como el título del disco lo indica, es una explosión de color que conjuga perfecto la estética de su creador con la imagen que Balvin ha mostrado durante los últimos años. “Fue increíble trabajar con Murakami, yo lo admiro mucho, es un grande. Yo creo que la música me permite llegar a personas y conocerlas y admirarlas más. A él lo convencí de llevarle a toda esa juventud que me sigue su arte, su creación. Y si compran el disco en físico, ahí podrán ver las verdaderas obras de arte del maestro”. Parece tener sentido, Colores promete ser un concepto más para explorar muchas de las cosas que a él –y a su audiencia– le interesan. “Hay tantas cosas aún por hacer, yo siento que apenas voy comenzando, que no hemos hecho tanto, que hay que seguir unidos trabajando, hay que seguir haciendo música, hay que seguir con un gran mensaje de respeto y admiración por todos y todas”. Y así como sus discos reúnen algo especial en cada una de sus canciones, parece que el clóset de Balvin también. Con cada nuevo álbum hay una nueva representación a través de la moda. Mientras haya un nuevo concepto que explorar, habrá una nueva faceta de José. En sus manos, el estilo no es otra cosa más que el complemento de su arte. Algo que está en constante mutación y que se acomoda a las exigencias de su creatividad. Así como atrás quedaron los días en los que había que insertar la latinidad en los cánones de la música global, en el olvido están las tendencias a las que hay que sumarse. Para él todo es mucho más sencillo y al mismo tiempo más profundo: “La ropa es básicamente lo que me gusta, es mi estilo, lo que soy, es como la música que va evolucionando, que va proponiendo, que va llevando un mensaje, así veo yo la moda”.
Hablando de la primera ola de artistas de reguetón que alcanzaron un reconocimiento global a mediados de la década pasada, el académico Wayne Marshall describe su labor como “una descentralización del lenguaje español conectada a la migración y acelerada por la tecnología. Un esfuerzo que lleva lo ‘latino’ a un cada vez más creciente mercado latinoamericano en el mundo”. El texto, escrito a finales de los 2010, es, acaso, un preámbulo a la revolución que estaría por venir. J Balvin no solo es un colombiano que le da voz a un género fuera de sus fronteras, sino también una representación artística, musical y performática del ser latinoamericano. Alguien que representa a toda una comunidad que no está más en una sola región, sino que se ha esparcido a lo largo
pelear.·JOAN y ancho del mundo junto con su historia y sus ambiciones. Para él es solo el inicio, al nuevo ritmo latino todavía le faltan algunas batallas por ESCUTIA
EL CAMBIO ES EVIDENTE, PERO DEBEMOS SEGUIR TRABAJANDO, LUCHANDO PORQUE NUESTRA MÚSICA SIGA ABRIÉNDONOS CAMINOS EN EL MUNDO. NO ES FÁCIL, NO HA SIDO FÁCIL PARA LOS MAESTROS QUE COMENZARON ESTE MOVIMIENTO, PERO TENEMOS CLARO QUE NO VAMOS A PARAR Y EL MUNDO ENTERO VA A TENER QUE ESCUCHARNOS A LOS LATINOS Y ESE RESPETO NOS LO ESTAMOS GANANDO