NUESTRO Futuro
Todo desecho va, irremediablemente, a alguna parte. Mientras que una vida sin PLÁSTICOS resulta difícil de concebir, la
economía circular se ha convertido en la esperanza de los especialistas. “Hay que cambiar el sistema actual que, como demuestra el cambio CLIMÁTICO, es insostenible”, dice Marina Testino, en exclusiva, para Vogue
Hace tiempo leía un artículo de la periodista especializada Whitney Bauck. En este, Bauck se preguntaba sobre una aseveración que se ha tomado como regla por mucho tiempo: la industria de la moda es la segunda industria más contaminante. Aunque esta afirmación ha sido constantemente repetida, no existe un fundamento estadístico o científico que realmente lo compruebe. Sin embargo, aquello no niega la realidad. La moda, en efecto, contamina.
Cuando reflexionaba sobre esto, pensaba que por mucho tiempo hemos culpado a las industrias sin pensar en el gran impacto individual que tenemos sobre el ambiente. “No existe el concepto de away, todo va a alguna parte”, dice Marina Testino –modelo y activista en pro del ambiente–. Quizá este pensamiento fue una de las razones que la llevó a fundar una plataforma creativa dedicada a diversos proyectos sostenibles: Point Off View. “La cantidad de plástico que se produce y los efectos que tiene en el medio ambiente son devastadores, sobre todo, porque no desaparece. No somos conscientes de cómo el plástico envuelve nuestras vidas, nuestras prendas, y desafortunadamente, nuestro planeta”.
En esta ocasión, la modelo peruana asume el papel de directora creativa para una editorial de moda enfocada en el desecho. “La industria está empezando a darse cuenta que el daño es irreversible y que debemos actuar”, añade. Con esta visión, Marina ha reflexionado en los últimos años sobre este tema y enfocado sus proyectos en el impacto del plástico y cómo cada actor de esta industria puede transformarla. “Aún queda mucho por hacer. Lo primordial es solventar la falta de información respecto a cómo la industria y los consumidores asumimos el impacto de nuestros negocios y decisiones de compra. Para ello, lo primero es que nos concienticemos que todos somos una comunidad, que vivimos en el mismo planeta que, aunque la basura ‘no sea nuestra’, sí es nuestro planeta”, continua.
Hasta ahora, muchos habrán escuchado sobre la economía circular. El concepto, en pocas palabras, es pensar en un modelo circular donde la simple idea del desecho no exista, es decir, no hay un principio ni un final para las cosas. Si realmente es posible o no, o si podremos adaptarnos son algunas de las incógnitas. No obstante, científicos, especialistas y periodistas pareciéramos aferrarnos a la esperanza de ese futuro mejor. Muchos nos hemos preguntado ¿es posible un mundo sin basura? o ¿qué más deberíamos hacer? “Empujar la idea de consumo innecesario me abrió los ojos y me motivó a leer e investigar más sobre el impacto de la industria de la moda en el medio ambiente”, dice Marina. Después de todo, en la actualidad se aboga porque en el sistema de la la ropa se diseñe para durar más y usarse más; que los nuevos modelos comerciales permitan alquilar, revender o reciclar la ropa con mayor facilidad y esto tendría un impacto positivo en el desperdicio que tenemos. Diversas estrategias deberán implementarse para que, en cada una de las industrias, la economía circular progrese: mantener las cosas por más tiempo, reciclar (quizá, una y otra vez) y reparar son palabras que cobrarán más fuerza y resonancia para cada uno de nosotros. “Considero que uno de los retos principales del mundo hoy en día es que no nos sentimos afectados por los problemas de los demás. Estamos recibiendo constantemente información y contenidos que nos hace sentir en muchos casos ‘anestesiados’, desconectados y abrumados”, agrega.
Sin la participación activa, la idea de circularidad carece de sentido. Si reflexionamos sobre uno de los grandes aprendizajes de la industria de la moda en América Latina, podemos ver que un gran acierto ha sido volver a nuestros orígenes. “Un gran número de marcas latinoamericanas, tanto nuevas como no tanto, tienen la sustentabilidad en su ADN y forma parte de su esencia, de la tradición. Se aprecia el trabajo artesano, el material de calidad, el curar el producto y la inclusión social. Estos valores son claves para que la moda latinoamericana demuestre al munmoda
do que se puede hacer un producto bien y si dañar el ambiente”.
América Latina parece tener algunas cartas a su favor. Mientras en otras regiones del mundo la tecnología y la innovación forman parte de la visión futurista moda, la nuestra se alimenta de nuestros orígenes, lo que la fortalece y la consolida. Ignorar nuestra realidad sería un error. El talento y el trabajo que se realiza en nuestra región proviene de lo natural y deberíamos aprovecharlo (incluso más de lo que los hemos hecho). Diversas marcas latinoamericanas trabajan con los artesanos que vieron nacer nuestros textiles pero el reconocimiento de un comercio justo, la utilización de materiales
latinoamericana.· ATENEA eco-eficientes y la implementación de las cuatro R’s de la moda (reducir, reciclar, reparar y revender) abrirán paso al futuro de la moda MORALES