Un Ritmo Para Cada Etapa. El ejercicio físico es esencial para gozar de una buena salud en las diferentes etapas de la vida.
Vivir en armonía con el cuerpo, gozar de una buena salud, encontrar un cable a Tierra y envejecer con dignidad. Estos son los principales motivos por los cuales el ejercicio físico debería formar parte de cada etapa en nuestras vidas
El sedentarismo trae severas consecuencias, mientras que el deporte nos brinda un sinfín de beneficios: reduce el estrés, el riesgo de enfermedad y libera endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad. Movernos a voluntad se trata de elevar la energía, de fortalecer la autoestima y de apostar por un futuro mejor. No existe una edad para hacer gimnasia, pero sí un entrenamiento más adecuado para cada fase de nuestra evolución. El cuerpo cambia y consigo también sus posibilidades. Por eso, en Vogue elaboramos una guía con las actividades indicadas para cada instancia. ¡Toma nota!
¿Sabías que el período más vulnerable para contraer sobrepeso es entre los cinco y los diecinueve años? En pleno proceso de crecimiento, es fundamental que los niños y adolescentes se muevan al menos una hora al día, con el fin de culminar una formación saludable. La educación física antes de los veinte no solo favorece el desarrollo, sino que además juega un rol importante en la construcción de la persona y en su desempeño social si practica deporte en equipo. La diversidad de ejercicios en este rango etario es clave para el dominio de distintas destrezas como la coordinación y la resistencia. Es esencial que los menores ejecuten prácticas aeróbicas como correr o andar en bicicleta, que adquieran la precisión necesaria para pasar una pelota y que refuercen sus músculos nadando o haciendo atletismo. Estos últimos tienen memoria. Todo lo que ejerciten en este lapso lo recordarán.
A LOS VEINTE el cuerpo llega a su apogeo. Luego, la capacidad de bombeo de oxígeno a los músculos comienza a decaer, disminuyendo su habilidad de respuesta. Por lo tanto, este es el momento indicado para trabajar la fuerza, los patrones de movimiento y la densidad ósea, con el objetivo de preparar al organismo para el futuro. En esta etapa, el incentivo cardiovascular variado es lo aconsejable para la eliminación de grasas y la fortificación corporal. Trotar, hacer spinning, crossfit o natación entran en esta categoría bautizada “cardio” que, complementada con otras modalidades como pueden ser el boxeo o las pesas, triplica sus beneficios. Moverse al menos tres veces por semana durante una hora es lo recomendable para los veinteañeros.
LOS TREINTA generalmente se tornan un tanto complicados. En muchos casos son una época demandante tanto a nivel familiar como profesional. Físicamente, comienzan los problemas de equilibrio, de postura y, si bien la masa ósea llega a su auge, después de esta edad comienza a debilitarse. El estiramiento, el entrenamiento cardiovascular y el mantenimiento de la tensión muscular devienen prioridad. Yoga y Pilates son perfectos para estirar, mientras el ciclismo y los sprints son óptimos para quemar rápidamente calorías frente a una agenda apretada. Las actividades más prolongadas de intensidad moderada, como caminar media hora al día o hacer aparatos en el gimnasio, colaboran quemando grasas y fortaleciendo el corazón.
A LOS CUARENTA el metabolismo enlentece y el aumento de peso usualmente comienza a llamar la atención. La receta a esta edad es mantener la movilidad para evitar un desmedido cambio en la balanza. Practicar la resistencia saliendo a caminar o a trotar se vuelve indefectible para contrarrestar la acumulación de grasa y revertir la pérdida de masa muscular. Hacer deportes de equilibrio y flexibilidad como yoga, Pilates y tai chi es una sabia opción para evitar las contracturas y la rigidez típica de la edad y para mantenerse en movimiento.
CUMPLIDOS LOS CINCUENTA, la fuerza disminuye y los síntomas posmenopáusicos promueven la aparición de enfermedades crónicas como la diabetes tipo dos o los problemas del corazón. El secreto a esta edad es elevar el ritmo cardíaco caminando ágilmente o trotando y lograr sentir el esfuerzo sin excederse. Las pesas que no superan el propio peso son perfectas para trabajar la masa corporal. Para esto son ideales las kettlebells o pesas rusas que incentivan un training integral. El ciclismo, la natación y los aparatos también pueden beneficiar al sistema coronario.
DE LOS SESENTA EN ADELANTE se le debe prestar especial atención a la salud. Las afecciones crónicas se acumulan y los riesgos de contraer cánceres como el de mama, colon o útero aumentan. Por eso, hacer actividad con constancia se vuelve indispensable. A esta altura, el sedentarismo puede ocasionar una pérdida de estado irreversible. Un cuerpo frágil es lo que se debe prevenir para enfrentar las décadas por venir. La natación y la gimnasia aeróbica son dos excelentes recomendaciones al igual que el baile, Pilates y yoga para mejorar la elasticidad. Las caminatas son el ejercicio cardiovascular por excelencia. A medida que avanza la edad, lo aconsejable es ir disminuyendo los niveles de impacto e intensidad para no lastimar al cuerpo. Cada capítulo de la vida nos propone renovar nuestra rutina con el fin de acompañar al organismo en sus procesos. Escucharlo, respetarlo y poner toda nuestra voluntad para darle las fuerzas y la vitalidad que necesita se vuelve nuestro deber sagrado. Salir a hacer deporte es una decisión que a veces cuesta. La clave está en hacerlo.