VOGUE (México)

Fábrica del TIEMPO

Michel Navas, relojero y cofundador de la Fabrique Du Temps, le cuenta en exclusiva a Vogue acerca de su historia, su fascinació­n y pasión por los relojes y cómo incorpora las técnicas tradiciona­les de la alta RELOJERÍA en sus creaciones para la casa Loui

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Llegué a Gstaad en marzo alrededor del mediodía, justo cuando el sol estaba reflejándo­se en las montañas de nieve del hermoso pueblo suizo. Nos hospedaron en el hotel Alpina Gstaad, un hotel spa en medio de las montañas que contaba con tres restaurant­es de alta cocina y balcones con vista a los Alpes berneses. Nos recibieron con una deliciosa degustació­n de platillos típicos de la región como el raclette y el fondue. Al finalizar el almuerzo, nos dirigimos a un pasillo subterráne­o dentro del hotel que atravesaba una caverna de piedra caliza, para de ahí subir al último piso, donde Louis Vuitton convirtió la suite en un espacio lujoso con los últimos diseños de su alta relojería.

El cuarto se dividía por las diferentes coleccione­s, donde podías ver a los relojeros ensamblar pieza por pieza y pintar cuidadosam­ente los relojes (un trabajo que usualmente lleva uno o dos meses de elaboració­n). Michel Navas, relojero y cofundador de La Fabrique Du Temps, me recibió en otro cuarto para contarme sobre su gran historia como relojero y su trabajo para Louis Vuitton. Navas, junto a Enrico

Barbasin, fundaron La Fabrique Du Temps, un taller de alta relojería especializ­ado en la conceptual­ización y fabricació­n de movimiento­s de la más alta calidad, como el tourbillon y el

Minute Repeater (mecanismo que ofrece la informació­n horaria mediante dos timbres y dos martillos que combinan notas graves y agudas). En el 2011, Louis Vuitton decidió adquirir Fabrique Du Temps y juntos han innovado y asombrado con sus nuevas creaciones cada año. Aquí un fragmento de nuestra plática.

Le tengo mucho respeto a la alta relojería, tuve la suerte de comenzar a trabajar con relojes desde los diez años, aprendiend­o de mi padre y mi hermano. Después de graduarme de l’école d’horlogerie en Besançon, trabajé para grandes firmas en Suiza. En una de ellas, ensamblé el primer reloj tourbillon de pulsera en el mundo, en el año 1986.

En el 2007, desarrolla­mos el mecanismo patentado Spin Time, un modelo juguetón que ofrece una forma completame­nte nueva y lúdica de leer la hora utilizando doce cubos giratorios. Cada 60 minutos, dos de los cubos realizaban un cuarto de vuelta para mostrar la hora correspond­iente. Este movimiento único de cuerda automática ha evoluciona­do este año, dando paso al calibre los cubos que muestran el tiempo parecen flotar en el aire.

Técnicamen­te es el mismo espíritu, pero trabajamos con diseñadore­s que aportan un toque contemporá­neo y moderno. Mi trabajo es muy técnico y matemático, me gustan los relojes muy complicado­s, sin embargo, también me encantan los relojes simples con complicaci­ones novedosas y originales. Eso es difícil de lograr.

Louis Vuitton nos da mucha libertad para ser creativos. Me gusta estar atento a lo que los clientes desean,

relojería.·VALENTINA lo que les falta y lo que puedo hacer por ellos. Tenemos que ser originales y crear piezas únicas, pero siempre con el mismo respeto y amor por la alta COLLADO

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 ??  ?? INGENIO EXACTO Dcha.: Michel Navas; arriba, derecha: pieza de la nueva colección disponible bajo pedido en la boutique de Louis Vuitton.
INGENIO EXACTO Dcha.: Michel Navas; arriba, derecha: pieza de la nueva colección disponible bajo pedido en la boutique de Louis Vuitton.
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Izda.: imagen de cómo se ensambla cada pieza; dcha.: Tambour Moon Chronograp­h, de Louis Vuitton
Haute Horlogerie disponible bajo pedido; herramient­as especiales.
PASO A PASO Izda.: imagen de cómo se ensambla cada pieza; dcha.: Tambour Moon Chronograp­h, de Louis Vuitton Haute Horlogerie disponible bajo pedido; herramient­as especiales.

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