Lo que permanece...
What Remains es una iniciativa creada por mujeres fronterizas que buscan darle visibilidad y eco a las historias y el complejo andar de los migrantes. Con las palabras de KARINA GONZÁLEZ ULLOA.
Recuerdo que a principios de 2023 tuve que ir a renovar mi visa estadounidense a Tijuana porque, aunque vivo en el centro del país, las citas no prometían que tuviera ese documento pronto. Fueron poco menos de 48 horas de idas y venidas a la embajada, en las que taxistas y desconocidos siempre me echaban su bendición antes de continuar con mi camino para conseguir ese papel que para mí, era sólo un trámite, pero ahí entendí que para otros, la suerte de su vida cambia por conseguirlo.
Incluso, me sentí un poco malagradecida conmigo al no entender eso y no estar consciente de esas realidades... lo que terminó de darme un fuerte golpe de conciencia fue ver el muro: nunca lo había conocido porque no había pisado Tijuana hasta ese momento. Al verlo oxidado y con camionetas a escasos metros de diferencia que custodiaban el otro lado, no pude evitar preguntarme: ¿cuántos sueños desfallecen a lo largo de este muro y cuántos más se vuelven realidad?, ¿cuántas historias se encierran y gritan desde ahí? 9 meses después, un grupo de mujeres fronterizas me daría (sin saberlo) esa respuesta. Una de las problemáticas que se extienden por toda América es la migración. Día con día, una persona se sumerge en un viaje donde las posibilidades poseen todo tipo de finales, problemas y bienaventuranzas, así como historias con todos los matices.
Ante este gris fragmento de la realidad cotidiana, nacen grupos e iniciativas de personas que buscan ayudar a que esta situación tenga visibilidad (pues cubre distintos hilos del tejido social), también procuran que esas historias sean contadas, como es el proyecto What Remains, integrado por Adriana Alvarez, Iris Morales, Mabel Weber y Monica Lozano. “What Remains es un proyecto que reúne producción artística e investigación etnográfica para replantear la experiencia del migrante como una experiencia humana global y atemporal, que ocurre antes, durante y después del paso mismo. Compuesto por fotografía, ilustración, instalación multimedia, libros publicados, investigación académica y educación. Nuestro proyecto es un homenaje a aquellos que han emprendido este viaje pero han sido silenciados o cuyas voces nunca fueron escuchadas, principalmente entre la frontera en Ciudad Juárez y El Paso, Texas”, detallan por parte del proyecto.
“Queremos hablar no sólo de lo que ocurre durante el cruce, sino de qué pasa después de ese momento. Esto es algo que tratamos de retratar a través de fotografías, ilustraciones multimedia,
libros e investigaciones académicas. En realidad, es un homenaje a los migrantes para buscar hacer resonar sus historias de formas distintas.
El proyecto está integrado por cuatro fronterizas (así se describen ellas), Adriana se encarga de la parte de investigación, Iris del diseño, Mabel es la artista visual y Monica es la fotógrafa. “La narrativa visual de este proyecto se entreteje entre los objetos: hablamos de las historias que vienen con y por ellos, que son contados por las personas con las que nos encontramos”, agrega Monica.
“Con esta crisis humanitaria con la que estamos viviendo, cuando vienen las caravanas llegan numerosas personas y es muy difícil abordar el tema y tantas historias al mismo tiempo. Por eso nos cuestionamos sobre cuál era la forma de darle visibilidad a este tema y pensamos en la intimidad del viaje. Es cierto que este es un tópico que se expande por distintas fronteras en el mundo y, desafortunadamente, la gente no siempre quiere escuchar estas historias. Ahora se cuentan por medio de los objetos que ellos cargan. Fue así como iniciamos este proyecto con bodegones contemporáneos que muestran lo que portan cada uno de ellos. Cuáles son los objetos y las piezas con las que sobreviven. Para nosotros también son importantes los rostros, y ahí es donde entra Mabel, quien crea ilustraciones a partir de la fotografía que tomamos”, dice Monica.
Tras una breve charla me muestra imágenes que retratan, entre muchas cosas, una visión contemporánea de La Piedad, de Miguel Ángel, llevada a un escenario actual por un padre y su hija migrante.También habla sobre distintos testimonios que han ido grabando, y que Mabel escribe a modo de poemas que hacen temblar al corazón.
“Ya te imaginarás todas las historias que hemos escuchado, con algunas quieres cerrar los ojos. Una parte pepara culiar se da en los Centros de Atención al Migrante; cuando estos están rebasados, las personas se quedan afuera, en los parques o exteriores con comida y lo básico para vivir día a día”.
Si bien What Remains ya es una iniciativa con gran temple, La Trenza es su instalación artística que surge tras hacer una visita de la mano de Arts Everywhere (una iniciativa de origen canadiense que busca promover proyectos con causa social). Llegaron a una parte cerca del muro, en donde ya se siente el calor del desierto que cobija el cementerio de objetos... todos esos que las personas dejan antes de cruzar.
“Lo más fuerte fue ver los peluches, ese último recuerdo y ruptura con la infancia y el hogar que dejas atrás. Fue poco a poco que comenzamos a trabajar con instituciones con las que estamos hilando estas historias con investigación darle vida a La Trenza. Sacamos esa escena de horror del desierto y la pusimos al frente de los espectadores para hablar de las historias y el tema: las familias con las que empiezan esta pieza...”, detallan.
La Trenza busca expandirse con más objetos e historias, y procura llegar a muchas más personas a través un recorrido que ya tiene agenda en distintos puntos cardinales. ¿El motivo? No perder de vista las voces detrás de esos objetos, ni nosotros la conciencia en sus historias.
La Trenza es un proyecto de What Remains que nació del cementerio de objetos, en donde muchos migrantes se despiden de las pertenencias que siempre llevaron consigo y que cuentan sus historias.