¡Ay, Chihuahua!
El arte folclórico de la mexicana Ana Leovy se estampa sobre una nueva bolsa que promete ser la obsesión de todas. Con la fotografía de KARLA ACOSTA.
El día de la apertura de Zona Maco, Ana Leovy llevaba un jumpsuit de mezclilla con su pelo peinado en media coleta sostenida por un broche que deletreaba el nombre Bimba y Lola con piedras billantes y coloridas. La artista estaba en la feria de arte presentando su colaboración con la marca española: una serie de bolsas estampadas por la obra de Leovy. El modelo de bolsa en cuestión fue bautizada como Chihuaha, así que cuando la marca se acercó a la artista mexicana para proponerle el proyecto “querían que hiciera este perrito chiquito. [...] Yo quería hacer algo que no fuera como el perro chihuahua clásico”, dice Leovy, y en tan sólo diez días terminó las seis obras que intervendrían las bolsas.
Ana Leovy es una mexicana orgullosa de sus raíces, pero dedicarse al arte era su destino. “En mi casa todos son creativos. Mi papá es arquitecto. Mis hermanos también pintan. Todos estudiaron algo que tenga que ver con creatividad. Mi mamá también y como que siempre estuvo muy inculcado en mi vida desde chiquita”, cuenta. Al igual que muchas personas de su generación, optó por una carrera creativa que en su futuro la pudiera soportar económicamente: diseño gráfico. “Al final la pintura siempre estuvo ahí y el mundo del diseño no me llenaba”, destaca. Leovy es parte del gran grupo de jóvenes que se apasionaban por las bellas artes, pero no imaginaban la vida exitosa como artistas. Sin embargo, fue hasta que entró a la maestría en “ilustración aplicada a diseño [que] fue el parteaguas de todo. Ahí conocí a gente que era ilustradora y que realmente sí vivía de eso y que podías hacer mil cosas y no solamente un cuadro”, declara la artista.
En los trazos de Leovy es clara su tendencia al arte folclórico mexicano, mismo que ella misma ha desarrollado a través de distintas técnicas como el contorno ciego. “Me parece súper interesante porque los resultados siempre son como
súper locos. También te hace ver con mucho detalle y estar realmente observando a tu objetivo”, dice. Y sí, los diseños que hizo para Bimba y Lola se destacan por la fluidez y confianza de cada línea que conforman los chihuahuas surreales que, de alguna manera, guiñan a los emblemáticos alebrijes del arte popular nacional. “A mí me encanta ser mexicana y me gusta muchísimo el folclor. Todos los colores, todos los paisajes que tenemos. Se me hacen súper ricos, pero no necesariamente lo hago con intención, es algo que me sale; me gusta mucho jugar con los colores”, declara, “[...] los alebrijes siempre me han encantado. De hecho mis papás tienen una colección bastante grande”. Vivir en Cancún la hace estar inmersa en paisajes vivos que destacan por su flora y fauna, “[me] termina inspirando y se queda en mi subconsciente”.
La mancuerna entre Ana Leovy y la firma española es un ejemplo más de que el arte y la moda van de la mano. Ella se considera una persona muy colorida; no sólo incorpora su obsesión en su estilo, el cual también refleja su personalidad artística, sino que también lo hace en sus obras. “Hay veces que trato de hacer el ejercicio de usar solamente dos colores o blanco y negro y siempre acabo poniéndole mil capas de todo lo que encuentro”, comenta. Así que la colaboración con Bimba y Lola fue totalmente orgánica. Para la firma, el nombre de Ana Leovy representa el ADN colorido de su estética. “Fue un reto también porque quería que fuera algo que me gusta porque es una marca que me encanta y quiero estar orgullosa del resultado”, agrega la artista. Entre las primeras ideas de la mexicana cuando fue momento de escoger su carrera profesional, estaba el diseño de moda. “En algún momento también empecé a estudiar diseño de modas. Me di cuenta que me gustaba más la parte de plasmar los colores, los prints, todo eso. Y me encanta que con la moda puedes llevar [el arte] de la mano. Se me hace increíble pintar algo y que de repente lo veas tomar vida puesto en alguien y que se acomoda”, dice entre risas.
Leovy rechaza las proporciones, algo que es muy evidente en sus obras. Ella más bien ve el arte, y también la moda, con mucha dimensionalidad. Los figurines y las perfección le causaban cierto aburrimiento. “Me gusta más darle otro giro y hacer personajes que no necesariamente son proporcionados, que no tienen las características súper bonitas”, destaca. Por ejemplo, los chihuahuas creados para las bolsas se definen por sus grandes ojos, sus finas bocas y las orejas irregulares. “No sé por qué, cuando incluyo elementos animales, o de monstruos o como elementos fantásticos en mis piezas, trato siempre de mezclar estos rasgos humanos para hacerlo como o al revés. Hay veces que son como cara de animal y el cuerpo humano. [...] siempre me ha llamado la atención esta mezcla de personajes con la cara de ratón y las orejas de perro”, dice.
Como en toda colaboración, los retos fueron inevitables. El primero fue el tiempo limitado con el que
Leovy logró llegar a las seis artes finales; el segundo, para el equipo de Bimba y Lola, lograr encontrar la manera de estampar sobre las bolsas de piel las ilustraciones de la artista. Según declara el equipo, fueron muchas pruebas las que se llevaron a cabo para lograr que el diseño fuera sublimado de forma correcta siguiendo los colores que Leovy había utilizado, pero también asegurándose de que estos fueran perpetuos, es decir, no se borraran con el uso diario.
“Yo creo que me tardé en pensar [y] en aterrizar, en cómo iba a hacer que los perros fueran míos”, destaca, “hice muchos bocetos y sí me rompí el coco”. Y aunque asegura que la comunicación entre ella y la firma fue fácil, superarse para hacer de la mancuerna una que pudiera recordar por siempre, fue quizás su mayor desafía. Pero como Ana Leovy lo demostró, los sueños están hechos para quienes confían en su arte y ahora lo compartirá con una de las comunidades que más admira. -María José Gonzálvez
“Me gusta más darle otro giro y hacer personajes que no necesariamente son proporcionados, que no tienen características súper bonitas” – Ana Leovy