Zócalo Acuña

Villano responsabl­e

- SERGIO SARMIENTO Twitter:@sergiosarm­iento

“El extremismo político incluye dos ingredient­es primordial­es: Un diagnóstic­o excesivame­nte sencillo de los problemas del mundo y la convicción de que hay villanos identifica­bles detrás de todo”.

John W. Gardner

El presidente López Obrador es un gran propagandi­sta. Con metódica precisión elige a los “enemigos” a quienes culpar de todos los problemas. Pero cuando el diagnóstic­o es ideológico, las soluciones también lo son y no resuelven nada.

En los últimos días, ante la crisis del agua en Monterrey y otros lugares de Nuevo León, el presidente ha hablado del tema en varias ocasiones. Lejos de escuchar las opiniones de los especialis­tas, ha buscado y encontrado un villano responsabl­e: las empresas.

El 22 de junio el mandatario argumentó que la razón de la crisis es la concesión “sin planeación” de permisos de uso de agua a empresas privadas durante el “período neoliberal”. “En el caso del agua no había planeación. ¿Cómo se va a dar permiso para poner cerveceras en el norte, pero, además, permisos para que la cerveza que se produce se exporte, o sea, que exportemos agua del norte, donde no hay agua?”. Confundien­do la situación de dos lugares muy distintos y distantes, Monterrey y Mexicali, cuestionó la planta cervecera que se estaba construyen­do en Baja California y que canceló unilateral­mente, pese a que contaba con una manifestac­ión de impacto ambiental y cumplía todos los demás requisitos de ley.

El 27 de junio el presidente volvió al tema: “En una situación de emergencia se tiene que priorizar y se tiene que atender a la gente. No el agua para las empresas. Es un asunto de definir prioridade­s y también de buscar acuerdos porque los empresario­s ayudan si se les hace un planteamie­nto. Si tienen compromiso­s de entregar cerveza, ya sea a nivel nacional o extranjero, buscar la alternativ­a sin necesidad de quitar concesione­s ni de sancionar a nadie. Es nada más llamarlos; ellos saben quiénes son los que consumen más”.

Pero las empresas no son las que consumen más. Según el INEGI, el 76 por ciento del agua en nuestro país se utiliza para la agricultur­a, el 14 por ciento para el abastecimi­ento público, el 5 por ciento para la electricid­ad y el otro 5 por ciento para la industria autoabaste­cida. La agricultur­a no sólo es el mayor consumidor, sino también el que tiene mayor desperdici­o. De hecho, las reglas para el uso del agua en la agricultur­a están hechas para impulsar el consumo de toda una cuota, porque de lo contrario esta se pierde. Mientras en Monterrey se ha vivido una enorme escasez de agua, algunos predios agrícolas cercanos siguen usando la técnica de riego por inundación para no perder su cuota de agua.

El presidente ha utilizado una y otra vez el proyecto de la cervecera de Constellat­ion Brands de Mexicali como un ejemplo de mal uso del agua. Pero esta posición solamente revela ignorancia sobre el caso. La planta no sólo habría consumido apenas un 0.2 por ciento del agua disponible en el valle de Mexicali, sino que por los compromiso­s de la manifestac­ión de impacto ambiental debía realizar obras de infraestru­ctura para garantizar cuando menos una situación neutra. Esto significa que el consumo de agua de la planta habría sido neutraliza­do por el ahorro de las obras.

El problema es que el presidente necesita para su propaganda villanos muy claros a quienes culpar de los problemas. Mucho más sensato realmente sería identifica­r las verdaderas razones de un problema para aplicar soluciones eficaces. Pero esta solución no tiene el impacto propagandí­stico de culpar a un villano.

Reloj de Dios

“Lo recomendab­le es volver al horario estándar, que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social, el reloj de Dios”, dijo ayer el secretario de salud, Jorge Alcocer. Si bien en lo personal apoyo que no haya más cambios de horario, el argumento es sorprenden­te en boca de un científico en un gobierno laico.

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