El consumidor al pozo y el distribuidor al gozo
En todos los círculos sociales con los que tengo contacto se consumen drogas, y así lo afirmo sin temor a ser juzgado. Le comparto mi contexto y le pido que no me tache de egocéntrico, pues esta descripción es más narrativa que con fines de presunción. Terminé una licenciatura, mis papás siguen casados, he tenido un empleo estable desde los 22 años, vivo felizmente con mi pareja y planeamos tener casa y familia. Nada más me faltó decir que voy cada domingo a misa pero ahí sí le estaría mintiendo.
Por fortuna tengo muchos amigos. Algunos ya tienen familia, otros ya compraron casa, hay quienes están haciendo maestría o doctorado con beca y también quienes emprendieron su propio negocio. Y le aseguro que los o las que aún batallan respecto a ingresos o empleo, también son espléndidas personas, nobles y solidarias. Algunos hasta van a misa. Aquí es donde insisto con mi afirmación: en todos mis círculos sociales se consumen drogas.
No me malentienda, esto no es una invitación, ni recomendación. Esta larga introducción es con el ánimo de cuestionar las políticas tanto del Gobierno Estatal como del Gobierno de México respecto al consumo de drogas. ¿Ha escuchado usted los spots de radio? Hablamos de dramatizaciones ridículas y guiones sobreactuados propios de “lo que callamos las mujeres”. ¿Observó los espectaculares en carretera? Sí, esos que tienen calaveras que aluden al peligro como si se tratara de aquella actuación de Don Ramón en el Chavo del 8.
Considero que el problema no está en el consumo, sino en la distribución. Así como también hay un problema gravísimo entre quienes juzgan con la lupa de la ley el consumo; personas repletas de clasismo y discriminación. Desde una generalización, quizá no exacta pero muy ejemplificadora, me atrevo a cuestionar ¿Por qué en un universo donde solo se consumía mariguana, ahora los barrios populares tienen acceso al cristal y los sectores dizque exclusivos consiguen con mayor facilidad la cocaína o el éxtasis? ¿Por qué quienes sólo terminaron la educación básica son quienes terminan encarcelados? ¿Por qué los consumidores de educación privada pueden despertar después de una noche de excesos pensando en chilaquiles para proceder a buscar sus fotos en la revista de sociales?
Por trabajo he tenido el privilegio de recorrer todos los municipios de Coahuila. En los pocos donde hay oportunidades laborales, quienes emplean me cuestionan respecto a la rotación laboral y la dificultad de conseguir empleados “limpios y sanos”. A su vez, yo les respondo con la pregunta ¿no cree usted demasiado extraño que el consumo de drogas haya aumentado tan significativamente en un estado donde no hay enfrentamientos armados? Entonces ¿quién distribuye? ¿Quién está destinando nuestros pequeños municipios a la miseria, envenenando a sus futuros trabajadores y dirigentes?
Necesitamos, como pueblo, arrancarnos el conservadurismo respecto al consumo de drogas con el máximo objetivo de dialogar desde el entendimiento y la planeación, pues es la única vía para emprender un verdadero esfuerzo hacia la prevención. No podemos esperar al relevo generacional para redireccionar el presupuesto y el gasto público; perdemos a miles de jóvenes en ese lapso.