INSPIRACIÓN HOT-ROD
En los noventa y a principios del milenio, el diseño automotriz, particularmente en las compañías estadounidenses, estaba pasando por una crisis de identidad. Para solucionarla, muchas de ellas voltearon al pasado y lanzaron algunos modelos retro.
Pero el grupo Chrysler, en los noventa, hizo algo diferente. No revivió una marca, sino un concepto, el de los hot-rods, lanzando el Plymouth Prowler.
Hasta antes de 1997, nadie fabricaba hot-rods. No con esa intención, los hot-rods habían sido modificaciones que salieron en los treinta; principalmente en California, donde se modificaban coches para hacerlos rápidos y enfocados completamente a líneas rectas.
Pero Plymouth (ahora extinta) puso esta idea en producción con el Prowler. Se trataba de un coche con las proporciones de hot-rod clásicas, un enorme frente, con una parrilla puntiaguda y alta, con las polveras despegadas de la carrocería, convertible y con enormes neumáticos para el eje trasero.
El que logró que esta creación llegara a las distribuidoras con pocas alteraciones es nada menos que Bob Lutz; un ejecutivo que hizo lo mismo en General Motors unos cuántos años después.
Respecto a su construcción, era posible ver que al crear el Prowler, los diseñadores e ingenieros tomaron partes de diferentes coches como los controles del Neon, las ventilas centrales de un vehículo (minivan) y las laterales de otro.
El Prowler se fabricó entre 1997 y el 2002; al final se vendían como modelos Chrysler pues la marca Plymouth desapareció en el 2001.