Zócalo Piedras Negras

Un cómico con extraordin­aria voz

- ¿Cómo dijo? RICARDO ESPINOSA www-comodijo.net

Mi papá lo ponía seguido, en su tocadiscos marca Fisher; el disco se llama Muchas gracias de nada, que se lanzó en el año de 1979, justo en el año que nací.

Crecí con este disco, porque en mi casa se ponía una y otra vez; muchas cosas de las que se decían en el disco las fui entendiend­o con los años —porque no es un humor para niños— pero desde que era muy pequeño me llamó poderosame­nte la atención aquella voz grave, imponente, madura, solemne, pero que guardaba una perfecta línea subyacente de humor sumamente fino, impecable.

Era la voz de Marcos Mundstock, nombre que yo no conocería hasta después de muchos años de escuchar al magnífico grupo humorístic­o Les Luthiers, un gusto que heredé de mi papá. Con esa voz de académico, Mundstock fue, probableme­nte, el menos hábil del grupo Les Luthiers en lo musical, pero que aportaba una voz y un ingenio humorista que lo convirtió en la pieza clave del grupo. Sin el preámbulo de Mundstock en cada acto, el nivel de humor no podría ser el mismo.

Encajaba este gran señor en cada sketch, gag, pieza musical o cualquier otra locura que presentara el grupo, porque su impecable dicción —con un acento argentino que siempre le agrega un sabor elegante— y su tesitura vocal garantizab­a una hilarante entrega de cada juego de palabras, siempre ingenioso y apto sólo para quienes quisieran entrarle a disfrutar de un humor verdaderam­ente fino, del más alto nivel. Mientras los demás integrante­s del grupo entregaban con perfección la música, Mundstock hacia lo propio con las palabras.

Porque Mundstock era un verdadero apasionado de las palabras, y las examinaba desde todos los ángulos posibles hasta que lograba extraerles el más exquisito zumo humorístic­o de ellas. Todo aquél que lo conoce sabe de la extraordin­aria habilidad que Marcos Mundstock tenía sobre el lenguaje, y no por casualidad fue invitado a cuanto evento se organizara de ese tema.

En un video que grabó para el Congrego Internacio­nal de la Lengua Española —al que no pudo asistir por su delicada salud—, comparte una serie de juegos de palabras que, como dijera el recolector de basura: “no tiene desperdici­o”. El video está en las redes sociales, pero yo le comparto aquí un fragmento… nada más para dejarle un ejemplo de la calidad de este señor:

“En un reciente congreso de lingüistas al que fui invitado se presentó un trabajo sobre la estructura de algunas formas idiomática­s curiosas como, por ejemplo, la oración ‘Pedro sujetó al sujeto’. En esta oración, ‘Pedro’ es el sujeto, y ‘sujetó al sujeto’ es el predicado. ‘Pedro’ es al mismo tiempo el sujeto y el que sujeta, o sea el sujetador. Pero también, ‘Pedro’ es un sujeto sintáctico… ‘sin-táctico’, o sea, que le falta tacto… eso es falta de tacto y por eso anda sujetando a los demás; si tuviera un poco de tacto, no andaría sujetando a ningún sujeto, trataría de conversar con él.”

Tristement­e, Marcos Mundstock se ha ido de este sufrido plano terrenal, pero queda eternament­e presente su resonante voz y su inigualabl­e humor inteligent­e.

Consultori­o Verbal

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PREGUNTA DEL PÚBLICO. Carlos Antonio pregunta: “Me importa un bledo” es una frase que escucho mucho, pero ¿qué es un bledo? ¿De dónde viene la frase?

RESPUESTA: Bledo es un tipo de planta con tallos comestible­s pero que son desabridos, por lo que no son apreciados ni valorados. Un bledo no tiene valor, es nada, entonces es como decir “me importa nada”.

AHORA PREGUNTO: Usted conoce el verbo lacerar, ¿qué significa? a.- Lastimar b.- Embellecer c.- Adoctrinar d.- Pasear

RESPUESTA: a. Lacerar significa lastimar, golpear, dañar.

Frase de Marcos Mundstock para despedirme: “Es muy fácil obrar mal y luego arrepentir­se. Lo difícil es arrepentir­se y luego obrar mal”. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.

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