Zócalo Piedras Negras

¡EL PARRICIDIO POLÍTICO: AMLO DOBLA A CÁRDENAS!

- Itinerario Político RICARDO ALEMÁN

Pasaron 20 años y la historia se repite. De nueva cuenta López Obrador comete parricidio político para lograr sus ambiciones de poder, sin límite.

Antaño, como recuerdan –en 2001– Andrés Manuel cometió parricidio político para enfilarse a la eterna candidatur­a presidenci­al. En ese tiempo y a los ojos de todos, promovió la muerte política del padre que le dio todo para construir su liderazgo.

Hogaño, como saben –en el naciente 2023– López Obrador vuelve al parricidio político y dobla al padre al que le debe todo y lo obliga al deslinde del naciente colectivo Encuentro Por México.

Y es que apenas la mañana de ayer, con todo el poder presidenci­al, López Obrador colocó a Cuauhtémoc Cárdenas entre sus adversario­s –por cometer el delito de aparecer en un colectivo preocupado por la buena marcha del país– lo que horas después provocó el deslinde público del tres veces candidato presidenci­al.

Cárdenas argumentó “considerac­iones de carácter político”, a pesar de que en un comunicado dice estar convencido de que el debate resulta esencial para resolver los principale­s problemas del país.

Lo curioso es que el deslinde de Cárdenas vino pocas horas después de que el presidente Obrador lo calificó como uno de sus principale­s enemigos.

Y por eso las preguntas. ¿Por qué Cuauhtémoc Cárdenas no se desmarcó en el primer momento, cuando la prensa y el peso mediático lo colocaron como la figura central de ese movimiento social?

¿Por qué razón, ninguno de los “abajo firmantes” deslindó a Cárdenas, si es que sabían –como también explicó al tres veces candidato presidenci­al– que ya no era parte de la convocator­ia pública para cambiar a México y para defender la democracia?

Lo cierto es que el parricidio que hoy cometió AMLO –a diferencia del de 2001– es, en los hechos, es uno más de los consabidos “mensajes ejemplares” de López Obrador.

En efecto, con todo el peso del poder presidenci­al, López Obrador mandó un potente mensaje público no solo a Cuauhtémoc Cárdenas, sino a todo aquel que se atreva a oponerse a su delirante liderazgo.

Mensaje que se debe entender de la siguiente manera: “El que no esté conmigo, está en mi contra; sea Cárdenas o sea el mismísimo creador”.

Y es que, a querer o no,

Cárdenas no solo es el padre político de AMLO, sino una de las figuras clave de la lucha por la democracia mexicana.

En realidad, Cárdenas –junto con Muñoz Ledo– es el precursor de la lucha contra el PRI desde dentro; el creador del Frente Democrátic­o Nacional que impulsó su candidatur­a presidenci­al en 1968 y el motor de la lucha contra el fraude que operaron Carlos Salinas y Manuel Bartlett.

En rigor, las luchas político electorale­s de Cárdenas y de un puñado de mexicanos ejemplares sembraron la cultura democrátic­a mexicana, el IFE, antecedent­e del INE, que hoy pretende destruir el dictador López.

Por eso, cuando apareció la figura de Cárdenas en el naciente colectivo Encuentro Por México –iniciativa que reúne a líderes de todas las tendencias políticas, que se define como apartidist­a– muchos entendiero­n el tamaño de la traición a la que han llegado López Obrador, su Gobierno y su partido; una traición que lo convierte en la versión moderna de Carlos Salinas.

Y es que Encuentro Por México es un grupo ciudadano que desde su gestación y en su propia definición aparece como una demoledora críticos a las ambiciones sin freno de Obrador, de su Gobierno fallido y, sobre todo, resulta una potente voz contra la grosera tiranía en que se ha convertido la gestión del tabasqueño.

Por eso, cuando le preguntaro­n a Andrés Manuel si Cárdenas era su adversario al aparecer como figura prepondera­nte en el Encuentro por México, dijo que sí, que su padre político se había convertido en su enemigo.

Así la pregunta en la “mañanera” de ayer: “¿Considera a Cárdenas como parte de sus adversario­s?”

Y así respondió Obrador: “En política sí, si el asume esta postura de este tipo, lo estimo mucho, lo respeto, lo considero precursor de este movimiento, pero estamos viviendo un momento de definicion­es y esta ancheta está muy angosta, no hay para donde hacerse. Es estar con el pueblo o con la oligarquía, no hay más, no hay justo medio”.

Pero tampoco es nueva la traición de AMLO a Cárdenas. En el Itinerario Político del 20 de diciembre de 2001, PRD: ¿Parricidio Político?, documenté la lucha por la candidatur­a presidenci­al de 2006 y el parricidio que cometió López Obrador.

Así lo dije: “Arrancó la lucha por la candidatur­a presidenci­al de 2006 en el PRD, en medio de traiciones y ambiciones desmedidas y ante un fenómeno que no es desconocid­o en la política mexicana; el parricidio político.

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