Zócalo Piedras Negras

Politiquer­ía mañanera

- De política y cosas peores CATÓN

Empédocles Etílez llegó a su casa cayéndose de borracho. No atinaba a meter la llave en la cerradura de la puerta. Se acercó el guardia de la colonia y le dijo: “Lo que usted tiene en la mano, don Empédocles, no es la llave de su casa: es un supositori­o’”. “¡Uta! -se asustó el temulento-. ¿Entonces dónde chingaos puse la llave?”... Llegó un médico amigo de Babalucas a verlo en su casa, pues había recibido un mensaje de él en el cual le decía que se sentía mal. Le preguntó: “¿Cómo te encuentras, Baba?”. Respondió el tonto roque con voz débil: “Levanto las sábanas y ahí estoy’”... Una jirafa entró en un bar. Se encaminó a la barra y tomó asiento en uno de los bancos. Luego paseó la vista a su alrededor, y en seguida le dijo muy molesta al barman: “¿Por qué todos se me quedan viendo? ¡Ya soy mayor de edad!”... Concentrad­os como estamos en politiquer­ías; sometidos a la cotidiana, incesante propaganda mañanera, y observando cómo las corcholata­s presidenci­ales descuidan sus labores por su afán de ponerse adelante en la carrera presidenci­al, olvidamos que hoy por hoy uno de los mayores problemas que afronta México es el desempleo. Si no se toman medidas para atemperar siquiera sea en corta medida los efectos de ese grave mal se estarán creando condicione­s para que tarde o temprano se produzcan conflictos sociales de gravedad. De hecho debería asombrarno­s que no se hayan registrado ya problemas como los que han acabado con la estabilida­d de otras naciones de América Latina. A toda la corte celestial deberíamos agradecer ese milagro, o al estoicismo que, se dice, posee el pueblo mexicano. El actual régimen, en nombre de un rancio nacionalis­mo y de una supuesta soberanía, se opone a la inversión extranjera; la considera peligrosa y atentatori­a contra el bien de la nación, y pretende revivir los viejos tiempos del estatismo económico que tantos y tan graves daños hizo al país. En la presente situación de México, agobiado por los muchos males que derivan de la falta de fuentes de trabajo, debe propiciars­e todo aquello que redunde en la creación de empleos y en el mejor y más racional aprovecham­iento de nuestros recursos. Ningún bienestar podrá conseguirs­e si no es a través del trabajo. Las dádivas en dinero alivian momentánea­mente la situación de algunos hogares, pero esa ayuda tiene un claro trasfondo político -el mismo presidente López lo ha reconocido así-, y llega siempre el momento en que se agotan los recursos necesarios para entregar esas pensiones, becas, ayudas o subsidios. Empleos es lo que más necesita ahora México, y no dogmas ya obsoletos o prácticas políticas demagógica­s ypatern alistas ... cierta pintor a contrató a un gallardo joven para que le sirviera de modelo en un desnudo que debía pintar. Apenas el adonis se colocó en pose, la artista fue hacia él y lo hizo objeto de toda suerte de tocamiento­s. “Perdona, guapo -le dijo luego de terminar su proceder-. Algunos pintores pintan lo que sienten. A mí me gusta sentir lo que pinto’”... Aquel manicomio era de paga. Un letrero decía: “Los clientes siempre tienen la razón’”... Solicia vivía sola, sin más compañía que la de un gato llamado Morrongo. Una noche la solitaria mujer llamó angustiada a la policía. “Manden una patrulla! ¡Un ladrón saltó la tapia de mi casa!’”. Le pidió el oficial de guardia: “¿Puede darnos la descripció­n del hombre?”. “Sí -respondió Solicia-. Es joven; alto, fornido; tiene cabello ensortijad­o; es moreno de ojos verdes, usa bigotito”. “Lo conocemos -le informó el oficial-. Es Eroticio Pitorraudo. Pero no es ratero: es un seductor de mujeres”. “Ah, vaya -se tranquiliz­ó Solicia-. Entonces no se molesten en venir”... FIN.

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