Sicoterapia para superar el miedo al rechazo al buscar pareja
Las relaciones de pareja nos hacen especialmente vulnerables porque tienen una alta capacidad de despertar en nosotros miedos y traumas enterrados, al exponernos a la aceptación y la valoración del otro. Además, generalmente, en las relaciones de pareja solemos dar mucho de nosotros mismos, y esto aumenta nuestra sensación de vulnerabilidad si no se parte de una base firme y segura.
Al enfrentar una nueva relación con miedo al rechazo, inconscientemente estamos sentando las bases de lo que se conoce como la profecía autocumplida. Es decir; como estamos pendientes de ese miedo al rechazo que nos invade, no nos sentimos cómodos en los primeros contactos con esa persona y, en consecuencia, nos mostramos inseguros, dubitativos, tímidos, e incluso, bruscos y a la defensiva. Todo ello hará que, finalmente, la persona en cuestión “se vaya”, lo que interpretaremos como una confirmación de nuestras sospechas que, a su vez, hará que nuestro miedo crezca. Un círculo vicioso que no lleva a ninguna parte.
Miedo al rechazo en una cita Las personas nos comportamos acorde con las ideas que tenemos de la realidad. Sin embargo, estas ideas no son siempre adecuadas; muchas veces son irracionales y están construidas sobre prejuicios y patrones de pensamiento rígido, que dificultan una interacción sana con el entorno. Aquí es donde entra la terapia cognitivo-conductual, que consiste en una reestructuración cognitiva del paciente con el objetivo de cambiar su modo de enfrentarse a las situaciones. La terapia cognitivo-conductual trata las ideas preconcebidas y las transforma en conceptos mucho más constructivos y adaptados a la realidad que nos envuelve para, de esta forma, adaptar también nuestra conducta y hacerla más funcional.
El proceso de la terapia cognitivo-conductual ante el al rechazo al buscar pareja.
A continuación, vamos a ver en qué consiste el método cognitivo-conductual y cómo puede aplicarse al miedo al rechazo de una posible pareja.
1. Hacer comprender al paciente lo que le sucede: Sicoeducación
Para un desarrollo óptimo de la terapia, el paciente debe ser consciente de lo que le ocurre y del porqué no puede superar su miedo. El terapeuta le explica cuál es su situación y establece un diálogo con el paciente con el fin de que este obtenga una visión clara de dónde está el problema. Este paso es imprescindible para empezar el tratamiento, porque prepara al paciente para un cambio en sus hábitos y maneras de pensar.
2. Diálogo para la reestructuración cognitiva
El siguiente punto pasa por una reestructuración cognitiva, es decir, la gestión de las creencias irracionales del paciente, que le llevan a actuar de forma contraproducente. Es un proceso lento y laborioso, puesto que muchas de estas ideas irracionales están muy ancladas en la mente del paciente. En este sentido, el diálogo con el terapeuta es básico. A través de la conversación y del método de preguntas-respuestas, el terapeuta va poniendo el foco en estas ideas erróneas y ayuda al paciente a ser consciente de ellas.
Por ejemplo, si el miedo al rechazo viene de una imagen distorsionada de uno mismo (fruto de una baja autoestima), el terapeuta hará conscientes estas limitaciones e intentará hacer ver al paciente que no se fundamentan en ninguna realidad objetiva. Del mismo modo, si el miedo proviene de una estricta educación familiar, el terapeuta facilitará al paciente la concienciación de estas limitaciones.
3. Afrontar el miedo: La exposición controlada
Todo miedo debe afrontarse. Es la única manera de disminuir la ansiedad que provoca en nosotros. Sin embargo, este afrontamiento debe efectuarse siempre bajo el control de un profesional y con un pacto preestablecido entre terapeuta y paciente. De lo contrario, puede ser altamente contraproducente.
La terapia de exposición debe ser un complemento de la terapia cognitivo-conductual para que tenga un resultado óptimo. Podríamos decir que es la parte “práctica” de la misma. Así, el paciente entra en contacto con los estímulos ansiógenos (empezando por los que le generan menor ansiedad), y así, paulatinamente, puede ir modulando sus emociones.
4. Técnicas de relajación
Son un complemento importante de la terapia cognitivo-conductual, ya que favorecen que el paciente se encuentre en calma para afrontar la terapia. Por otro lado, estas técnicas de relajación, que incluyen la respiraciones diafragmáticas y la relajación muscular progresiva de Jacobson, entre otras, son de gran utilidad para mejorar el día a día del paciente.