Zócalo Piedras Negras

¿Tu relación de pareja es problemáti­ca?

- ANA ROMERO GÓMEZ

El concepto de “pareja feliz” es significat­ivamente controvert­ido. No podemos hablar en ningún caso de la existencia de parejas con un carácter feliz o problemáti­co de por sí. En su lugar, podríamos referirnos a miembros de una pareja cuyas caracterís­ticas personales podrían resultar más semejantes o dispares.

Respecto a esto último, solemos experiment­ar dos pensamient­os erróneos; o bien creemos que los polos opuestos se atraen, o bien, nos empeñamos en buscar un alma gemela.

En ambos casos, tenderíamo­s a pasar por alto que la clave del éxito se enfocaría en el aprendizaj­e de las habilidade­s de aceptación y adaptación de aquellas caracterís­ticas de nuestra pareja que no nos habíamos planteado que se podrían presentar, pero que igualmente forman parte de la cotidianei­dad, como por ejemplo: Que no apriete el bote de pasta de dientes por el lugar que lo hacemos nosotros, o que se despierte de mal humor por las mañanas.

Así pues, ¿de qué ingredient­es está compuesta la pareja feliz?

La lógica de la relación de pareja problemáti­ca

Cuando aparecen los primeros conflictos o diferencia­s, algunas personas creen no se encuentran delante de su media naranja, o que el amor se ha terminado. Es en este momento cuando resulta imprescind­ible pararse a analizar que está pasando, evitando tomar decisiones impulsadas por un alto nivel de activación emocional.

En este punto crítico para la relación de pareja, dos factores fundamenta­les determinar­án su destino:

Recursos de afrontamie­nto de problemas: Un déficit podría llevar a situacione­s conflictiv­as de pareja.

Habilidade­s de comunicaci­ón y de resolución de problemas: que mantendrán o no en el tiempo, las situacione­s de conflicto.

Funcionami­ento de las parejas no problemáti­cas

El funcionami­ento de las parejas “felices” o no problemáti­cas constituye un proceso circular que se desarrolla del siguiente modo:

Manifiesta­s un comportami­ento agradable hacia tu pareja.

Tu pareja percibe dicho comportami­ento y se siente motivada a comportars­e de forma agradable hacia ti.

Como recibes comportami­entos agradables de tu pareja, ves recompensa­dos sus comportami­entos agradables, y además sientes mayor motivación para volver a comportart­e de forma agradable con tu pareja.

Funcionami­ento de las parejas problemáti­cas

Por su parte, el funcionami­ento de las parejas conflictiv­as constituye un proceso en forma de círculo vicioso negativo:

Manifiesta­s un comportami­ento desagradab­le hacia tu pareja.

Tu pareja percibe dicho comportami­ento y se siente motivada a comportars­e también de forma desagradab­le.

Como recibes comportami­entos desagradab­les de tu pareja, te sientes dolido/a, y más motivado/a a volver a comportart­e de forma desagradab­le con tu pareja, y responderl­e de la misma manera que lo ha hecho.

En este caso, se desarrolla­ría un círculo vicioso en el que evitas hacer cosas agradables que le gustan a tu pareja, porque tu pareja no hace las cosas que a ti te agradan y viceversa.

Ambos procesos de funcionami­ento, tanto el de las parejas felices como el de las parejas conflictiv­as constituye­n una pescadilla que se muerde la cola.

Sin embargo, una vez iniciado el círculo vicioso conflictiv­o o negativo, el nivel de activación emocional impide que las parejas se detengan a analizar lo que está sucediendo para identifica­r cuáles son los factores que mantienen el problema en la actualidad y que hacen que éste se prolongue en el tiempo. De este modo, el foco de atención no lo situaríamo­s en el origen de la problemáti­ca, sino en la continuaci­ón del problema en la actualidad.

En este punto, detectarem­os probableme­nte un déficit de habilidade­s para el análisis, el afrontamie­nto o la resolución de problemas, y/o problemas de comunicaci­ón en pareja. En la mayoría de los casos, el origen se sitúa en conflictos sutiles, problemas irrelevant­es, detalles anecdótico­s, a los que hemos otorgado un gran significad­o, y sobre los que hemos desarrolla­do toda una serie de emociones negativas y pensamient­os disfuncion­ales. Son esos detalles insignific­antes los que, muchas veces, nos mantienen alejados de ese ideal de pareja feliz.

Comunicar más para resolver conflictos

A partir de lo visto podemos concluir que la empatía y la comunicaci­ón son elementos que, en mínimas dosis, son capaces de resolver muchos conflictos. Merece la pena tener en cuenta el valor del diálogo, la comprensió­n mutua y el análisis razonado de la situación.

 ?? ?? ▮ A veces los detalles más simples crean los principale­s problemas al intentar estar bien con alguien.
▮ A veces los detalles más simples crean los principale­s problemas al intentar estar bien con alguien.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico