Turismo y crecimiento económico nacional
No cabe duda sobre la vocación turística ancestral que tiene México, su privilegiada localización geográfica, litorales con playas bañadas por dos de los océanos más grandes del planeta, y sus entrañables pueblitos diseminados en el extenso territorio nacional, algunos de ellos, aún conservan edificaciones con la arquitectura prevaleciente en la colonia, en cambio otros guardan vestigios de obras de las civilizaciones prehispánicas; y quizá lo más valioso: la alegría y hospitalidad de su gente en su diario vivir, que contribuye a hacer más cálida la estancia del turista que temporalmente visita este país. Además del turismo que busca recreación, atraído por las maravillas naturales y urbanas del suelo azteca, así como por lo competitivo de sus precios en los servicios turísticos. En las últimas décadas y a raíz de la apertura comercial de la economía mexicana, se han consolidado un par de nichos de mercado, que paulatinamente contribuyen a engrosar el crecimiento de ese sector, y adquieren relevancia internacional. El turismo de negocios y el de la salud. El primero considera a los visitantes que acuden a prestar algún servicio a la empresa afincada en el país, desde el de capacitación a su personal hasta el de instalación y mantenimiento de equipos, pasando por el de auditoría, supervisión. Solo por citar algunos que se producen en la economía, derivados del comercio intra e inter-industrial entre la economía mexicana y las del resto del mundo. El otro segmento, contabiliza los gastos que hace el viajero internacional cuando visita el país para recibir algún tipo de servicio médico en beneficio de su salud. Por la cercanía con Estados Unidos, las ciudades de la frontera norte, y próximas a ésta, han desarrollado una competitiva infraestructura de salud en las áreas de odontología, oftalmología, bariatría, etc. La mayoría de los pacientes que atienden radican en la Unión Americana, que por la asimétrica paridad cambiaría: peso-dólar, les resulta más económico viajar y atenderse en México. Este tipo de turismo es más especializado y demanda mayor responsabilidad, pero con un enorme potencial de crecimiento, sobre todo para atender a los adultos mayores estadounidenses y canadienses, que requieren asistencia médica, y cuidados ofrecidos por clínicas geriátricas y casas de reposo. Los anteriores esbozos cualitativos del sector, alguna vez llamado “industria sin chimeneas”, por los economistas de antaño, se pueden materializar al cuantificarlos a través del: número de turistas extranjeros que llegan al país: monto promedio de recursos que gastan en su estancia; número de habitaciones catalogadas como de cinco estrellas en los hoteles ubicados en los principales destinos turísticos del país, entre otros indicadores, que componen la balanza turística. Desde hace ya varios año que nuestro país, ocupa una posición en el “top ten” de las naciones que más turistas internacionales reciben e escala planetaria. Pero llama la atención, que en 2021, por primera vez, México ocupaba el segundo puesto en ese rating al llegar 31.8 millones de turistas a visitarlo, Francia en ese año fue el más visitado, España y Estados Unidos, se colocaban en tercer y sexto lugar, respectivamente. Ese logro, nacional se celebró en forma modesta por el Gobierno federal y la prensa mexicana, tal vez considerando, que la humanidad venia saliendo de una pandemia, que desalentaba los viajes alrededor del mundo. Para ponerlo en contexto, España recibía 83 millones de turistas en 2019 (Fuente: OMT), y después de dos años, estaba por debajo de Francia y México. Por ende, se deben tomar con reserva los datos de 2021, simplemente porque no reflejan con certeza la potencia y atractivo de los líderes en el ramo turístico, y no sobrevalorar el lugar alcanzado por México en ese año atípico. Otro indicador relevante es lo que desembolsan los turistas en gastos en servicios y comercio en el país anfitrión. En 2021, el turista internacional, gastó en promedio 620 dólares durante su estancia en territorio nacional, muy por abajo del que realizó el turista en Brasil, que ascendió 2 mil 472 dólares. Las cifras más altas fueron las que hicieron los turistas cuando viajaron a Emiratos Árabes y a Estados Unidos, 4 mil 312 y 3 mil 177 dólares, respectivamente por turista. La derrama económica producto del turismo, tiene varias lecturas, una de ellas, la del tipo de cambio, la capacidad de compra del dólar es mayor en México, que la que tiene el billete verde en Brasil. Se necesitan menos reales para adquirir un dólar, y más pesos en la adquisición de la divisa americana. De tal manera, que la competitividad que ofrece el tipo de cambio, que abarata los servicios turísticos para el visitante que cambia euros o dólares por pesos, no ha liderado la generación de divisas en el país, pues éstas, se ubicaron en la quinta posición por debajo de las exportaciones automotrices, remesas, inversión extranjera directa y exportación de productos agroalimentarios.