Buscan asilo humanitario migrantes con discapacidad
Con sólo una comida al día, tres hombres en situación de migración a la que se añade discapacidad, buscan obtener el asilo humanitario en Estados Unidos, pero no han podido acceder a la página para solicitarlo.
José Noé, originario de Honduras, indicó que no han podido acceder ni a la página, ni a la aplicación donde pueden solicitar el asilo humanitario.
Sentado en una banqueta del centro de la ciudad, indica que ha batallado mucho, lo mismo que sus amigos y compañeros de camino, quienes también tienen discapacidad.
José resultó mutilado de una de sus extremidades inferiores, luego de salir de su natal Honduras y emprender camino hacia la frontera.
Su accidente, relata el joven, se presentó en Querétaro, luego de que iba en el tren y cayó. Fue trasladado a Celaya, Guanajuato, donde le realizaron varias cirugías.
“Estuve nueve meses en el albergue donde me ayudaron gracias a Dios”, indica.
Su meta, es llegar a Estados Unidos pues relata que hoy más que nunca busca concluir su camino a donde se había planteado desde que salió de casa, para poder darle una mejor vida a su familia.
En Celaya, indica que hizo amigos que se encuentran en su misma condición, también perdieron extremidades inferiores y decidieron viajar juntos para poder lograr su objetivo.
Precisa que no han tenido problemas con autoridades, salvo al entrar a la entidad, cerca de Saltillo tuvieron una situación que prefieren no mencionar.
Darwin Joel, a quien también el tren mutiló su pierna izquierda, precisa que lo que buscan es poder cruzar. Su accidente fue en Celaya al caer del tren.
Lamenta que por su condición de discapacidad aunado a su situación de migración, en el transcurso no han podido obtener algún trabajo, por eso piden ayuda a la comunidad.
Indica que no pasarán de forma ilegal a Estados Unidos, por lo que esperarán en Piedras Negras hasta que puedan obtener su asilo humanitario.
Carlos, otro de los jóvenes, tiene una situación más difícil, dado que perdió sus dos piernas y se dificulta más el poder trasladarse.
Ha sido difícil, y al momento de querer relatar su historia, un nudo en la garganta se lo impide y prefiere callar, sólo alcanza a decir que se encuentra en el proceso de asimilar su situación.
Los tres hombres se encuentran mientras tanto en el albergue Casa Betania, donde el padre José Guadalupe Valdés les ha dado apoyo para estadía.