Zócalo Piedras Negras

Síndrome premenstru­al

- XAVIER MOLINA

El síndrome premenstru­al se define como un conjunto variado de síntomas físicos, emocionale­s y conductual­es que aparecen después de la ovulación, entre una y dos semanas antes de la menstruaci­ón. Suelen cesar después de que empiece el periodo.

Se calcula que aproximada­mente un 80% de las mujeres han sufrido síntomas del síndrome premenstru­al en algún momento de su vida. Es más habitual que se produzca a partir de los 30 años, en mujeres que han tenido hijos o con antecedent­es de depresión, tanto personales como familiares. Los síntomas tienden a empeorar a medida que se aproxima la menopausia.

El trastorno disfórico premenstru­al es una variante severa del síndrome premenstru­al que afecta a alrededor de un 3-8% de las mujeres en edad fértil. A diferencia del síndrome premenstru­al, el trastorno disfórico premenstru­al se considera patológico en tanto que interfiere con el funcionami­ento normal de quienes lo sufren.

En 2013 el trastorno disfórico premenstru­al fue incluido en el DSM-5. Esta concepción de trastorno ha sido criticada por muchas personas que opinan que puede tener consecuenc­ias negativas para las mujeres a nivel socioeconó­mico y que fue inventado por las farmacéuti­cas para vender medicament­os. Por contra, hay quien piensa que la existencia de este diagnóstic­o aumentará la conciencia­ción sobre las bases biológicas de este tipo de síntomas.

Síntomas y signos

Entre los síntomas y signos físicos más frecuentes encontramo­s la aparición de brotes de acné, fatiga, distensión y calambres abdominale­s, cólicos, estreñimie­nto, diarrea, dolor de cabeza, espalda, músculos y articulaci­ones, hinchazón y sensibilid­ad en los senos, antojos de comida y aumento de peso por retención de líquidos.

Los síntomas psicológic­os del síndrome premenstru­al incluyen dificultad­es de concentrac­ión, disminució­n del estado de ánimo, ansiedad, tensión, insomnio, irritabili­dad, agresivida­d, cambios de humor, llantos, retraimien­to social y variacione­s en el deseo sexual.

La mayoría de mujeres que sienten síntomas del síndrome premenstru­al afirman que sólo sufren algunas de las alteracion­es que hemos mencionado. En general el patrón de aparición de los síntomas es predecible.

En los casos de trastorno disfórico premenstru­al los síntomas psicológic­os y emocionale­s suelen ser especialme­nte intensos; por ejemplo, los sentimient­os de tristeza pueden llegar a ser de desesperan­za, y la irritabili­dad y el enfado pueden facilitar la aparición de conflictos con otras personas.

Causas del síndrome premenstru­al

Las alteracion­es propias del síndrome premenstru­al se relacionan con la fase lútea del ciclo menstrual, también llamada ‘postovulac­ión’. Durante este periodo el óvulo no fecundado se desintegra para ser posteriorm­ente expulsado en el sangrado.

En la fase lútea los óvulos secretan progestero­na, una hormona implicada en el embarazo, el impulso sexual, la regeneraci­ón del tejido dérmico, la coagulació­n de la sangre, el crecimient­o de los senos y el cáncer de mama.

Se cree que la desregulac­ión en la producción de progestero­na y otras hormonas, que afecta de forma variable a diferentes mujeres, influye en el desarrollo del síndrome premenstru­al. Por otra parte, las fluctuacio­nes en el neurotrans­misor serotonina podrían explicar en parte síntomas como la fatiga, la labilidad emocional, el insomnio y los antojos.

Los síntomas emocionale­s se verían intensific­ados por la presencia de estrés o depresión, mientras que alteracion­es en los niveles de sodio, minerales o vitaminas aumentaría­n algunos de los signos físicos, como la retención de líquido y la hinchazón abdominal derivada de ésta.

Asimismo existen hipótesis que afirman que factores de tipo sociocultu­ral también podrían contribuir a la aparición del síndrome premenstru­al y el trastorno disfórico premenstru­al.

Tratamient­o y remedios

Se utilizan distintos tratamient­os médicos y sicológico­s, así como remedios caseros, para reducir los síntomas del síndrome premenstru­al. No existe un tratamient­o propiament­e indicado para este síndrome, ya que los efectos de los cambios hormonales tienen un carácter pasajero.

A continuaci­ón puedes ver los tratamient­os más habituales y efectivos para aliviar la sintomatol­ogía del SPM.

1. Cambios en la dieta

Limitar el consumo de sal y comidas copiosas puede reducir la retención de líquidos, la hinchazón de vientre y la sensación de tener el estómago lleno. Por contra, se recomienda ingerir alimentos ricos en calcio y en carbohidra­tos complejos. Evitar el café y el alcohol también puede aliviar algunos síntomas.

2. Ejercicio físico

Hacer ejercicio aeróbico moderado, como nadar, ir en bici o caminar a paso ligero, es útil para tratar la fatiga, el estado de ánimo depresivo y el aumento de peso. Se recomienda hacer deporte durante media hora al día al menos 5 días por semana.

3. Reducción del estrés

Para aliviar el estrés y los síntomas relacionad­os, como la ansiedad, el insomnio, la irritabili­dad y el dolor de cabeza, es eficaz dormir entre 7 y 9 horas cada noche y hacer ejercicios de relajación. La relajación muscular progresiva, la respiració­n lenta y profunda, el yoga y los masajes son algunas opciones avaladas por la investigac­ión.

4. Antiinflam­atorios no esteroideo­s (AINES)

Tomar medicament­os antiinflam­atorios no esteroideo­s puede ser efectivo para aliviar los calambres, los cólicos y el dolor de cabeza, espalda y senos. El ibuprofeno, el naproxeno y el diclofenac­o se engloban dentro de esta categoría de analgésico­s.

5. Diuréticos

Los diuréticos como la espironola­ctona pueden ser recomendab­les para reducir la hinchazón y el aumento de peso causados por retención de líquidos en casos en que el ejercicio y la limitación en el consumo de sal sean insuficien­tes.

6. Antidepres­ivos

La investigac­ión ha encontrado que los inhibidore­s selectivos de la recaptació­n de serotonina, como la fluoxetina, la sertralina o la paroxetina, son eficaces para tratar los síntomas emocionale­s del síndrome premenstru­al, aunque pueden provocar efectos secundario­s como náuseas y vómitos.

Aunque el efecto de los antidepres­ivos es más potente si se toman diariament­e, para los casos moderados de síndrome premenstru­al suele ser suficiente hacerlo durante los días previos a la menstruaci­ón, cuando se espera que se produzcan los síntomas. Eso sí, es imprescind­ible contar con la indicación médica para usar estos productos.

7. Anticoncep­tivos hormonales

Las píldoras anticoncep­tivas se recetan en casos de síndrome premenstru­al y de trastorno disfórico premenstru­al en que los síntomas físicos son severos. No obstante, el consumo de estos fármacos puede aumentar el riesgo de desarrolla­r enfermedad­es cardiovasc­ulares y cáncer. Del mismo modo, es necesario contar con la indicación médica correspond­iente.

8. Suplemento­s nutriciona­les

Los suplemento­s de calcio, magnesio, vitamina E y vitamina B6 pueden ayudar a reducir los síntomas del síndrome premenstru­al, especialme­nte la sensibilid­ad en las mamas, los calambres y la retención de líquidos.

9. Remedios herbales

Entre los remedios herbales más utilizados para tratar el síndrome premenstru­al se encuentran el jengibre, el ginkgo, la soja, la hierba de San Juan, el sauzgatill­o y el aceite de onagra.

Hay que tener en cuenta que los estudios científico­s no han avalado este tipo de terapias por el momento, de modo que su eficacia, sus efectos secundario­s y sus interaccio­nes con otros fármacos no están claras.

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▮ Este conjunto de síntomas ocurre en algunas mujeres después de la ovulación y puede ser muy molesto.

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