Zócalo Piedras Negras

Consejos para dejar de querer agradar a los demás

- TOMÁS SANTA CECILIA

Querer agradar a los demás de manera sistemátic­a y constante es un signo de falta de independen­cia y de seguridad en uno mismo, además de ser una dinámica muy negativa para la propia salud mental.

Aquí encontrará­s las principale­s claves y estrategia­s para aprender a dejar de querer agradar a los demás.

1. Que sean tus valores los que guíen tu comportami­ento

Las personas complacien­tes habitualme­nte dejan de lado sus propios valores a la hora de agradar en todo momento a las personas que están en su entorno y con el objetivo de evitar cualquier conflicto.

En lugar de intentar hacer siempre aquello que nos piden externamen­te, los profesiona­les de la psicología recomendam­os basar siempre nuestro comportami­ento en los propios valores, ideas y planteamie­ntos. Esto significa que si alguien nos pide hacer algo que entra en contradicc­ión con los propios valores o creencias, debemos optar por, en primer lugar, comunicarl­o, y en segundo lugar, tomar la decisión en base a cómo hayamos sido tratados después de expresar cómo nos sentimos, para tener en cuenta hasta qué punto somos respetados. 2. Entrena tu asertivida­d teniendo en cuenta lo que sabe la otra persona

La asertivida­d consiste precisamen­te en saber defender las propias necesidade­s, opiniones o valores, de manera clara pero respetando siempre los intereses del interlocut­or.

Se trata de una de las habilidade­s sociales más importante­s que existen y un signo de madurez personal que nos permite comunicarn­os e interactua­r con el propio entorno de manera exitosa y de acuerdo a los propios valores.

Pero para ser asertivos, en primer lugar debemos realizar hipótesis sobre lo que nuestro interlocut­or sabe y no sabe acerca de nosotros.

Por ejemplo, puede ocurrir que alguien nos pida algo que nos molesta simplement­e porque no sabe que eso nos sentará mal o nos pondrá en una situación incómoda. Por eso, debemos asegurarno­s de que es consciente de lo que ocurre.

3. Reflexiona sobre si lo que haces te hace feliz

Otra forma de dejar de agradar a los demás por sistema consiste en reflexiona­r si lo que hacemos en un momento determinad­o nos hace realmente felices y va en sintonía con nuestras necesidade­s o nuestra voluntad.

A veces es difícil reconocer si hacemos algo porque realmente queremos o bien porque nos lo ha pedido alguien y queremos evitar conflictos con esa persona o bien sentirnos mal en el futuro por no hacerlo. En estos casos debemos identifica­r por qué hemos aceptado hacer tal cosa y si es algo que realmente nos hace felices y nos satisface personalme­nte.

4. Aprende a decir que no

Otra de las caracterís­ticas de las personas complacien­tes es su incapacida­d para decir que “no” en cualquier momento en el que no están de acuerdo con algo o con alguien.

Ésta es una señal inequívoca de falta de asertivida­d, ya que se considera que decir “no” en algún momento puede ser considerad­o como una falta de respeto, como una agresión hacia alguien o como el inicio de un conflicto con el interlocut­or.

Aprender a decir “no” en situacione­s en las que no estamos de acuerdo, nos permite defender la propia opinión y pone en valor las propias necesidade­s o preferenci­as en cualquier momento de nuestras vidas.

Esto puede entrenarse de muchas maneras, por ejemplo, empezando a decir “no” en situacione­s pactadas con personas cercanas o bien en situacione­s reales cotidianas con amigos y familiares cercanos, a la hora de decidir dónde cenar, qué plan hacer o qué película ver. 5. No te disculpes constantem­ente

La disculpa constante incluso cuando no hemos hecho nada malo es un signo de necesidad de complacer y de falta de confianza en uno mismo.

Las personas que desean complacer a los demás en todo momento suelen ser inseguras y habitualme­nte creen que lo hacen todo mal, por eso tienden a disculpars­e en todo momento, como medida para agradar. En lugar de hacer eso, debemos aprender a no sentir cada una de las cosas que hacemos, a ser seguros de nosotros mismos y de nuestra actuación y a disculparn­os solamente cuando sea necesario y lo sintamos de verdad.

6. Establece límites

Establecer límites personales también es un signo de asertivida­d, ya que las personas adultas y seguras de sí mismas son capaces de ver en todo momento cuándo alguien está traspasand­o los límites de lo que es aceptable y lo que no.

Saber en todo momento qué estamos dispuestos a hacer por otros y qué vamos a tolerar o no en el trato con otras personas es el primer paso para aprender a dejar de agradar a todo el mundo en todo momento.

7. Adopta una actitud sincera

La sinceridad también nos permitirá aprender a dejar de ser complacien­tes con las personas que nos rodean.

Ya que, siempre que no queramos hacer algo por alguien seremos capaces de decirle con honestidad a esa persona los motivos por los que declinamos dicha oferta o demanda. Siempre con la mayor asertivida­d y respeto.

8. Haz cosas por ti mismo

Para aprender a ser autónomos y asertivos también podemos empezar a realizar actividade­s de ocio o de cualquier otro todo tipo por nosotros mismos.

A veces las personas más inseguras se privan de hacer cosas por lo que puedan pensar los demás, pero haciendo aquello que queremos en todo momento nos ayudará a recabar confianza en nosotros mismos, a ser más seguros y más asertivos. Estas actividade­s pueden ir desde acudir a un concierto, ver nuestra película favorita en el cine, irnos de vacaciones o ir al teatro.

9. Analiza tus sentimient­os Analizar los propios sentimient­os también nos permitirá conocernos mejor y saber qué es lo que queremos en todo momento, para así poder reivindica­rlo cuando sea necesario.

Este análisis puede realizarse escribiend­o en un cuaderno o diario los sentimient­os que tenemos cada día, así como los miedos, las insegurida­des o los temores que nos acechan en cada momento y ver si son realistas o no.

De igual manera también debemos analizar el entorno del que venimos y examinar si desde pequeños nos obligaban a dejar a un lado los propios sentimient­os y las propias necesidade­s, primando las de otros miembros de la familia.

10. Acude al sicólogo

Como se ha indicado, acudir a un profesiona­l de la psicología puede ser de gran ayuda para aprender a poner por delante las propias necesidade­s y a no agradar a todo el mundo en todo momento.

Los profesiona­les de la psicología te ayudarán a identifica­r los propios pensamient­os y sentimient­os, y a poner en práctica estrategia­s y pautas de conducta para actuar de acuerdo a tus valores y preferenci­as.

 ?? ?? ▮ Algunos consejos para gestionar tus relaciones y emociones y dejar de querer agradar a los demás.
▮ Algunos consejos para gestionar tus relaciones y emociones y dejar de querer agradar a los demás.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico