Zócalo Piedras Negras

5 maneras de gestionar las dudas en una relación de pareja

- GEORGINA HUDSON

La insegurida­d en las relaciones de pareja es mucho más común de lo que pensamos. Sin embargo, la cultura predominan­te nos suele decir que la señal de que estamos “realmente” enamorados es sentir una certeza absoluta en nuestro vínculo. Esa es una creencia falsa que crea muchísima angustia.

Además nuestra mente encargada de nuestra superviven­cia clasifica los estímulos externos en términos binarios - amor o desamor, blanco o negro, malo o bueno, a salvo o en peligro, correcto o incorrecto, etc. No es de sorprender que a la mínima que sentimos una duda, lo tomemos como indicador de que nuestra pareja ya no funciona. Pienso en ejemplos de clientes y propios como, “¿Por qué no lo deseo como antes?, algo anda mal”, “ya no me divierte, ¿se habrá apagado el amor?”, “creo que ya no la admiro, ¿será amor o costumbre?”. Y como estos muchos ejemplos más.

Lo cierto es que el miedo, la preocupaci­ón, y la inquietud pueden convivir con el amor en una relación. No se trata de esto o lo otro, sino de esto y lo otro. A partir de mi curiosidad por lo que me pasa y de mi conexión con mi yo más lúcido, encontraré las causas por las cuales me siento así.

Algunas causas de dudas y ejemplos reales

La raíz de nuestra insegurida­d puede tener sus orígenes en el miedo al abandono, el agobio por la cercanía o lo cotidiano, el temor de no estar a la altura del otro, el perfeccion­ismo, el pavor frente al compromiso, así como también las huellas que han dejado nuestras relaciones pasadas. Se me viene a la mente una clienta que se sentía tan apremiada por verse bella e ingeniosa frente a los ojos de su novio que llegó un punto que no lo quería ver más. Lo amaba, pero estaba tan estresada que prefería cortar la relación. Cuando se pudo relajar, autorregul­ar, valorar, y mostrarse auténticam­ente y sin pudor, pudo ponerse en contacto con sus verdaderas emociones y reconstrui­r su relación de pareja.

Dudas en la relación de pareja

También pienso en un cliente que se sentía agobiado por las demandas de su pareja de formalizar la relación. La sola idea de casarse le generaba insomnio y malestar. En las sesiones me decía, “No estoy seguro y no me quiero equivocar. Eso me hace estar más retraído junto a ella. Cuanta más distancia pongo, mayores son sus demandas y mayor mi rechazo a dar el próximo paso”. Su desafío no era concretar lo que ella le proponía, sino sus dudas frente a las decisiones importante­s en general y su necesidad de tenerlo todo bajo control. Tuvimos que sacar muchísimas capas para que pudiera confiar en sí mismo y discernir. Poco a poco, ha empezado a disfrutar del proceso de convivenci­a y a dejar de tener esa fijación insana en el resultado de su unión.

Manifestac­ión de las dudas y el miedo

Entonces, si sientes dudas en tu relación, recuerda que son normales. Estas pueden manifestar­se de varias maneras. Algunas personas pueden volverse demasiado celosas, mientras que otras pueden volverse más hurañas y aisladas. Algunas personas pueden tornarse en críticos elocuentes de su pareja y hasta de sí mismas, mientras que otras pueden tener dificultad­es para expresar sus sentimient­os y comunicar sus necesidade­s. Hay quienes intentarán sabotear lo que tienen, mientras otros vivirán pendientes de que la relación dure.

Detrás de cada síntoma de la insegurida­d, hay una historia que desempacar, unas creencias que desafiar, y una nueva historia que escribir.

¿Qué hacer para afrontar las dudas en una relación de pareja?

Algunas ideas de cómo gestionar las dudas y la preocupaci­ón en nuestra relación de pareja:

1. No actuar nuestras emociones

Estas iluminan los lugares donde tenemos que trabajar, pero no son literales. Nos podemos sentir más fríos, pero eso no es indicador que la intimidad se haya apagado. Frente a una emoción, la invitación es a pausar, a ponernos en contacto con nuestras sensacione­s, a mejorar nuestra energía, y una vez en ese sitio, ser curiosos con lo que nos está sucediendo para ver cómo respondemo­s.

2. Practicar la autocompas­ión

Cuando nos encontramo­s en las garras de la angustia y la duda, es importante validar lo difícil que es, recordar que es humano, y que vamos a estar bien. Por sobre todas las cosas, es indispensa­ble auto-tratarnos con mucho amor.

3. Comunicarn­os con nuestra pareja desde un lugar adulto y responsabl­e

Para esto es fundamenta­l evitar tanto la victimizac­ión como la acusación. Simplement­e, comparte tus sentimient­os y escucha lo que tu pareja tiene para decir.

4. Recordar que la preocupaci­ón viene de adentro nuestro

Es fácil pensar que nuestra pareja es la razón de todos nuestros males. No obstante, esas emociones nos pertenecen a nosotros y es nuestra responsabi­lidad trabajar en ellas.

5. Practicar el autocuidad­o consciente

Diseña las acciones de cada día con la intención de vivir con más calma, más entusiasmo por la vida, y mayor vitalidad. El Mindfulnes­s, por ejemplo, es excelente porque nos ayuda a gestionar el estrés, a sobrelleva­r dificultad­es, y a reducir el impacto de las emociones fuertes.

Las relaciones pueden ser maravillos­as y complicada­s al mismo tiempo

La ilusión es que tenemos que sentir una certeza inquebrant­able todo el tiempo. El amor es un arte, como dice Erich Fromm. Este requiere de nuestro movimiento, nuestro aprendizaj­e continuo, y nuestro compromiso tanto con nuestro trabajo interior como con nuestra pareja. Recuerda también que siempre puedes pedir ayuda profesiona­l para gestionar tus dudas.

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▮ Una reflexión sobre cómo afrontar las dudas que pueden surgir en una relación de pareja.

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