Río Sabinas
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El río Sabinas, junto con el río Álamos, baña la gran región que comprende los municipios de Múzquiz, San Juan de Sabinas, Sabinas y Juárez. El río Sabinas proviene de 11 manantiales permanentes que afloran en la comunidad de El Nacimiento, pero que disminuyen o crecen, conforme al régimen pluvial de la zona. Su cauce superior se encuentra dentro de la Sierra hermosa de Santa Rosa, donde solo trae el líquido torrencial de la temporada de lluvias, tiene varios ríos, arroyos y manantiales afluentes, donde los más importantes son: Arroyo Hondo, Atascoso, Calvillo, Cidral, Conchos, El Oso, El Zocavón, El Zacate, Guadalupe, La Alameda, La Azufrera, La Babia, La Lajita, La Misión, La Mota, Las Rusias, Los Lobos, Mota del Cura, Nogalitos, San Antonio, San Francisco, Escondida, San Joaquín, San Jorge, Palo Alto, San Miguel, Santa Anna, Santa Gertrudis, San Pedro, Tío Simón, Tres Sabinas, Zamora, El Venadito, La Tinaja, El Álamo, El Mezquite, El Mimbre, Pata, La Leona,
El Blanco, etc. En algunos de sus tramos son tan bellos que parece llevarnos al mismo paraíso terrenal.
El río da vida a los lugares por donde pasa, desde la época prehispánica, ha sido tradicional que los antiguos pobladores de Coahuila visitaran sus márgenes para obtener la nuez de sus abundantes nogaleras. Casi desde donde inicia su caudal, los indios Kikapú y los Negros de Nacimiento por medio de sacas, riegan sus campos de cultivo en donde cosechan excelentes cereales, como trigo, frijol, sorgo, centeno y maíz. El frijol pinto que se obtiene es excelente y su cocimiento es rápido debido al alto consumo de humedad del cereal. La pesca arroja sabrosos bocados como los deliciosos bagres y robalos, se preparan suculentos caldos con sus mojarras y lisas que son abundantes. Es tan densa la sombra de sus nogales criollos, fresnos, álamos, sauces y sus sabinos que el agua, aún en la dura época estival es extremadamente fría.
En el lugar conocido como
El Paso de las Tablas, a 10 kilómetros al Norte de Múzquiz, habitan en sus árboles onzas y gran variedad de ardillas y pájaros de muchas especies. Se puede pepenar de arbustos que se localizan en sus orillas, orégano, chile piquín, té de menta y de una gran variedad de parras silvestres en las que por los meses de julio y agosto, cuelgan grandes racimos de uvas con sabor agridulce delicioso; así también se encuentran sembrados gran cantidad de árboles frutales que dan aguacate, durazno, membrillo y chabacano. El bellísimo río Sabinas es el único que merece llevar ese nombre en Coahuila, aunque la idea de que el crecimiento económico y la generación de empleos se justificaban por sí mismos, aún a costa de hacer del Río un gran depósito de basuras de la región, con aguas negras, desperdicios y una serie de sustancias químicas industriales, su contaminación es un ecocidio, la invasión de la planta acuática hydrilla, provocó serios problemas para su población acuática.
El río Sabinas está enfermo y su tristeza es evidente, pero parece que nadie se da cuenta que el Río Sabinas se está muriendo.” (Tomado de la columna periodística “Las Cosas de Coahuila”, de Álvaro Canales Santos)