En todo menos en misa; negocio en ciernes que cocina la alcaldesa de Múzquiz
¿Para qué querrían la alcaldesa de Múzquiz y la directora general del DIF municipal en aquella localidad, hermanas ambas, crear una empresa hacia finales de su primer año en el cargo, aún con dos terceras partes del trienio por transcurrir?
¿Es acaso tan relajado el servicio público que da oportunidad a emprender negocios privados al mismo tiempo? ¿O el trabajo en el ayuntamiento de la Región Carbonífera está tan aventajado luego de su primer año, que la presidenta municipal se puede permitir desentenderse de la administración 2022-2024 para la que fue electa bajo el emblema de Morena?
Localistas al fin, como lo demuestra su historial millonario de adjudicaciones directas con CFE (ampliamente documentado en este mismo espacio), ¿en dónde pretenden echar a andar los hipotéticos nuevos business las hermanas Flores Guerra, si no en Múzquiz?
¿Qué sigue entonces: Autorizarse permisos, concederse licencias para facilitar la operación de su razón social recién constituida? Es de Perogrullo: Si se crea una persona moral es para usarla, no para dejarla en suspenso por tiempo indefinido pues desde su apertura supone obligaciones con Hacienda.
Y ahora sí, al grano. No es cualquier sociedad mercantil sino una con 99 objetos sociales y ánimo de lucro, algunos de ellos reiterativos, siendo la construcción y obra civil el principal, específicamente desarrollos inmobiliarios (casas, bodegas, edificios, locales, oficinas), además de la explotación de lotes mineros y concesiones de yacimientos, y autotransporte de carga.
No se trata de una Asociación Civil sin fines de lucro, dedicada a la beneficencia, ni una Sociedad Civil, para voluntariado. Llama la atención que uno de sus objetivos comerciales sea “la celebración de todo tipo de contratos y convenios” –como señala el acta constitutiva en poder de quien esto escribe– y luego desarrolle la idea, mencionando por ejemplo pavimentaciones, limpieza y nivelación de terrenos, venta de materiales para la construcción o renta de maquinaria, actividades que son el pan de cada día en las contrataciones de cualquier municipio.
Si no quedó claro el concepto, el mismo documento lo detalla más adelante con todas sus letras: “la celebración de toda clase de contratos, convenios, así como la ejecución de actos jurídicos y la realización de toda clase (sic) de actividades con toda clase (sic) de personas o entidades públicas o privadas ya sea a nombre propio o en representación de terceros”.
Ejecutar obra pública, en otras palabras. Van por el pastel completo, pues.
Se llama Comercializadora Isbrava, S.A. de C.V., creada el pasado 14 de octubre de 2022, a escasos 10 meses de haber tomado posesión de la Alcaldía, en la Notaría 12 de Sabinas cuyo titular es José Luis Cárdenas Dávila, y fue domiciliada en el Barrio El Pescadito, en la cabecera municipal de Múzquiz.
Como se ha dicho al inicio, como socias figuran Tania Vanessa Flores Guerra con 99% de las acciones, además de fungir como administradora única, y el 1% restante pertenece a su hermana María Elena. Además de ellas, así sea como formalidad para llenar espacios obligatorios y que no parezca unipersonal dicha sociedad mercantil, la exdirectora de Obras Públicas y Desarrollo Urbano en el Ayuntamiento de Múzquiz, Damiana Gwendolyne Galindo Morales, funge como comisaria del órgano de vigilancia.
Cortita y al pie
No falla: Una vez conocen las mieles del presupuesto y los entresijos de la gestión, todo político con ambiciones deviene en “constructor”. Aunque por lo regular suelen esperarse a terminar el periodo constitucional de su mandato para no ser juez y parte. No tan evidente, por lo menos. Pero esto rebasa cualquier expectativa; lleva el conflicto de intereses a otro nivel.
La última y nos vamos
Por lo demás, la morenista de Múzquiz ha ocupado su tiempo al mando de una manera sui géneris: En vacacionar fuera del país por espacio de semanas y difundirlo ampliamente, en apoyar aspiraciones políticas variopintas fuera del municipio en horario laboral, en transmitir en vivo continuamente durante largas sesiones desde sus redes sociales, en iniciar conflictos contra todo lo que se mueve, y ahora en constituir una empresa todóloga que aspire a recibir contratos de entes públicos. ¿Y de gobernar, cómo andamos?