EU PRESENTA RUDA RADIOGRAFÍA DE ESTE PAÍS:
La primavera llegó con todo: es posible percibir los cambios en el ánimo de las personas. No sólo es que las feromonas hayan iniciado su danza, que podría culminar en nueve meses con nuevos pobladores en el mundo. Es más que eso.
Es, por ejemplo, el ánimo renovado de algunos a quienes podríamos considerar más allá del bien y del mal, y más próximos a su pan chopeadito que a los escozores de algún gusto pecaminoso. Por ejemplo, don Andrés Manuel.
Una vez vencidos los gigantescos molinos que creyó combatir en meses pasados, como los malvados consejeros electorales y sus sueldos desalmados, don Andrés Manuel enfoca sus energías en otros villanos sin redención: los políticos gringos.
Uno diría “ni al caso”, pues ellos están allá, muy ocupados en sus grillas electorales… pero don Andrew sí sabe. Sabe que sus grillas nos llevan al pozo una y otra vez, al señalarnos como la causa de sus desgracias económicas y de salud pública, por culpa de los hermanos que se van de migrantes y los primos que les venden cualquier cantidad de sustancias para que se pongan hasta las chanclas.
Porque una cosa les debería quedar clara, en su amado sistema capitalista: un mercado se crea porque hay demanda, no porque haya oferta.
Y si hay mexicanos produciendo y exportando fentanilo –y antes cocaína, y antes mariguana y mucho antes, heroína–, es porque hay gringos que no quieren todo esto: lo demandan.
Todo eso y más los ha dicho don Andrés a los malvados políticos republicanos y neofascistas que ahora amenazan con invadir a México –qué raro–, o al menos mandarnos drones con explosivos –qué modernos– y así, según ellos, acabar con las drogas.
Pues no es así. En todo caso, acabarían con algunos proveedores de drogas, que rápido serían sustituidos por otros. Y si acaban con los narcos mexicanos, los de otro país tomarían la estafeta con singular presteza.
Por eso hay que aplaudir a don Andrés Manuel: porque lo ha dicho muy claro. Lo que no ha sido claro es el control del crimen organizado que debería tenerlo preocupado y ocupado, y al parecer ni a calor le llega.
Digo, una cosa es advertir que mientras halla adictos al norte del río Bravo, habrá narcotráfico… y otra muy diferente es no reconocer que aquí también los hay, y siguen aumentando sus números. Y no solo eso, que el negocio de los cárteles se ha expandido a otros rubros, como el secuestro y la extorsión.
Y si no hace algo al respecto, como parece ser el caso…, de nada servirán las guerras de saliva con sus pares gringos o con el Canciller
Anthony Blinken… porque ya no habrá país que defender. Todo esto será “plaza” del narco.